El mundo en la economía o la economía en el mundo


Por Luis Atkins Lerggios, Dhc.*

Muchos hablan con gran entusiasmo y con más esperanza, que la crisis económica mundial, así como en sus respectivos países ya ha terminado y se encuentran o nos encontramos en franca recuperación y crecimiento, pero la realidad, según mi personal punto de vista, es otra y no tan esperanzadora.


De acuerdo a como leemos los renglones torcidos de los que dirigen la economía mundial, que son los grandes operadores de Wall Street y los del G-20, basados en los recursos, necesidades y en las capacidades operativas que tienen, creo que la crisis no ha terminado y la veremos todavía durante el 2010 y en el 2011, aunque muchos, después de leer este artículo, me tilden de pesimista, como ya lo han hecho en otras ocasiones, pero después, cuando lo que digo se torna realidad, me critican porque no insistí en mi posición.

¿Por qué lo digo? Porque veo todavía en el futuro inmediato nuevas turbulencias en la macroeconomía de muchos países, por que diariamente vemos un dólar débil, pero también, cada día vemos la revaluación de otras monedas frente a esta divisa, lo que en el mediano plazo, será la causa de serias repercusiones en la economía del mundo y muy especialmente, en los países como los nuestros.

Qué fácil es cuando tenemos un problema y podemos endosárselo a otro y que sea ese otro, el que cargue con la culpa y pague por algo de lo que no es responsable, ni podrá solucionar, pero que si sabía que esta situación se le podía venir encima y no hizo nada por evitarlo o palearlo, como ha sido el caso de muchos países latinoamericanos frente a esta crisis.

El mundo ha sido testigo cómo los Estados Unidos, han transferido su crisis económica al resto del mundo y si no lo cree usted que así ha sido, le hago una pregunta muy fácil: ¿si la crisis se inició y se dio en los Estados Unidos, por que se devaluaron las monedas de muchos países, incluyendo los nuestros?

Tampoco de nadie es desconocido que Gordon Brown, Primer Ministro de Inglaterra no hace mucho propuso al G-20, poner un impuesto a todas las transacciones financieras que diariamente se hacen en todo el mundo por medio de los bancos, propuesta que no fue aceptada por Timothy Geitherner, Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, quien dijo que no se podía aceptar porque su País no podría soportarla y este impuesto, que se gravaría a las grandes transacciones financieras, especialmente a los bancos operadores de divisas, quedó en el cajón de los recuerdos.
   
Pero ya tan lejano como en el año de 1972 James Tobin, quien fuera galardonado con el Nobel de Economía en 1981, hizo una propuesta parecida, buscando gravar a los grandes fondos especulativos, que desestabilizaban en su beneficio, las economías de países con monedas débiles.

Sin embargo, el G-20, de ésa época, también rechazó la propuesta, pues ellos juegan a favor de la banca y de los banqueros de sus naciones y que los demás países, que no están dentro de este petit Grupo, se las tenían y se las tienen que arreglar solos, mientras millones de personas sufren con estas especulaciones, mientras que muy pocos se hacen y se siguen haciendo riquísimos.

En estos primeros días del mes de enero del 2010 en que escribo este artículo, no dudo que próximamente el Presidente Obama este proponiendo un impuesto similar a los bancos, pero los republicanos dificultarán la aprobación del mismo, lo que dará inicio a una batalla sería que se verá debilitada o reforzada, si un demócrata o un republicano ocupa el escaño que dejara vacante Edward Kennedy en su natal Massachusetts.
 
En nuestros países latinoamericanos, hemos sido testigos no solo de la crisis económica por la que hemos pasado, también, los efectos que esta crisis ha tenido y sigue teniendo, donde los que menos tienen son los más sufren y este grupo socioeconómico tienen que vivir con salarios que no satisfacen sus necesidades personales y mucho menos las de sus familias.

Esta crisis ha enfocado sus mortales dardos a la perdida de cientos de miles de puestos de trabajo y hacia los salarios y estos, se han debilitado más aun, por la pérdida del poder adquisitivo de las monedas, así mismo, hemos visto que las empresas pierden productividad, disminuyen también sus ventas y esta crisis mal atacada, ha afectado no a todos los sectores por igual, pues más se ha ensañado en la industria, en el comercio, en la agricultura y menos en los servicios, pero para comprobar lo anterior, solo hay que ver cómo ha disminuido el crecimiento del PBI y como ha crecido el número de desempleados de nuestros países durante el año 2009 que acaba de terminar.

Esta crisis también ha afectado la satisfacción de las demandas y las necesidades de la población, pues se está comiendo menos, se está comprando menos ropa y por lo que respeta a la satisfacción de los aspectos biopsicosociales de las personas, no se tienen los recursos necesarios, pues se está comprando menos que lo que se compró en el año 2008.
 
Aquí hay que señalar que todas las personas tienen necesidades biológicas, psíquicas, sociales, de alcanzar sus objetivos, de tener un trabajo que le reditúe un ingreso digno para el mantenimiento suyo y el de su familia, salud para él y los suyos, así como educación entre muchas otras más necesidades, que le den al ciudadano un futuro seguro y digno, pero son más las personas que no tienen satisfechas estas necesidades y la cifra, desafortunadamente,  sigue creciendo año con año, dando paso a protestas populares y a las que los funcionarios de los gobiernos y los políticos en turno, que cada 15 días tienen asegurados sus ingresos y muy altos por cierto comparados con los de la mayoría de la población, no prestan atención, menos las atienden y con sus políticas arcaicas, que ya no satisfacen estas demandas de las mayorías, sigue la pobreza creciendo y esto, se está dando tanto en los países subdesarrollados, en vías de desarrollo y también, en algunos de los desarrollados, que  han tenido estos últimos que tomar mediadas nunca antes tomadas por ellos.

Es por lo anterior que los tres niveles de gobierno de nuestros países, deben reaccionar rápido e iniciar el diseño de nuevas estrategias, para este tramo de crisis,  porque todavía faltan muchas situaciones económicas que hay que lidiar y esta crisis, que alguien en México la catalogara como un “resfriadito” para la economía de este país, por no hacerle frente con políticas adecuadas, se convirtió en una verdadera catástrofe para la gran mayoría de la población.

Tenemos que ser fríos y calculadores en el manejo de la economía, en este tipo de situaciones no se vale que los gobiernos den respuestas políticas, con lo cual se logra el voto fácil, pero después vienen los graves problemas, no podemos dejar de señalar que también estos problemas, vienen por la confianza desmedida de las autoridades del sector económico en sus propios trabajos y ahora, estamos viendo que esta confianza no fue justificada.

Ahora bien, es muy importante tener en cuenta que “la post-crisis”, también traerán muchas consecuencias socioeconómicas, sobre todo, en la captación de inversiones nacionales e internacionales, que son muy necesarias para generar nuevos puestos de trabajo y este, será el juego de todos los países, pues cada quien estará promocionando sus ventajas competitivas frente a las que otros países puedan ofrecer y la seguridad, la infraestructura física y el agua, la energía y el recurso humano, son las variables indispensables que las empresas toman en cuenta para tomar una decisión de invertir en  un determinado país.

Por eso siempre he dicho que: “la economía es el arte de la predicción, seguida de la acción profesional económica adecuada, para aprovechar todos y cada uno de sus efectos” y aquí no podemos olvidarnos el viejo dicho chino que dice: “donde hay una crisis, hay una oportunidad”. 

No es posible que siendo el desarrollo económico el factor más importante de la vida de un país, se dejen tantas variables sueltas, se habla de inflaciones de un dígito, pero las amas de casa que son las verdaderas economistas de nuestros países, se preguntan: ¿Entonces, por que el aceite, la carne, el pescado, los huevos, el gas y el arroz entre muchos otros productos de primera necesidad, están al doble del precio que tenían el año pasado? ¿Cómo que un dígito la inflación? Y esto mina la confianza de los ciudadanos en sus gobiernos, que muchos de ellos de la mentira hacen su modus operandi.

* Rector de la UMI