Ministro Sánchez recomenzó privatización de Petroperú


Por: Humberto Campodónico


Con el pretexto de que ha caído el precio del petróleo, el ministro de Energía, Pedro Sánchez, acaba de anunciar que “Petroperú va a revisar su estrategia de cómo ha de proceder con la implementación de la modernización de la Refinería de Talara” (El Comercio, 23/8/09).


Sin embargo, su verdadero propósito es recomenzar la privatización, proceso en el que participó como alto funcionario de la COPRI del régimen de Fujimori en los 90 y continuó bajo Toledo en el 2001 y 2002, cuando quiso privatizar Egasa y Egesur, lo que finalmente se impidió por el “Arequipazo”.

La caída de los precios es un pretexto porque las refinerías compran la materia prima (petróleo), la industrializan (refinan) y luego venden el producto terminado (combustibles). Sus ganancias provienen del margen de refinación, que es la diferencia entre el precio de compra del petróleo y el precio de venta del producto terminado. Nada tiene que ver el precio del petróleo. ¿A quién quiere engañar Pedro Sánchez?

Este margen no está sujeto a los vaivenes de los precios. El margen de refinación de Rótterdam se mantuvo en US$ 6/barril desde el 2000 hasta hoy (www.cristaldemira.com, 25/6/08). Quienes sí ganan son los productores, pues sus costos se mantienen iguales (US$ 8/barril en el Perú). Lógico, ganan más cuando lo venden a US$ 130 que a US$ 40/barril.

Justamente, fue la privatización del Lote 8 (Selva) y de Talara de Petroperú en 1996, cuando el Sr. Sánchez estaba en la COPRI, los que le quitaron a Petroperú la renta petrolera causando pérdidas que la propia empresa estimó en US$ 1,100 millones hasta el 2004, las que han aumentado a US$ 1,600 millones hasta la fecha. Con ese dinero hace rato que se habría pagado la modernización de Talara.

El proceso de modernización, que eleva la producción de 62,000 a 90,000 barriles diarios, tiene la asesoría de la CAF (Alan García asistió a la firma del convenio en el 2007) y está sumamente avanzado: están listos los estudios de ingeniería, impacto ambiental y factibilidad. También están los postores. ¿Entonces?

La intención es privatizar a Petroperú matándola por inanición, porque sus gasolinas no se podrán vender a partir del 2010 por sus contenidos de azufre muy altos (2,500 partes por millón). Esto lo sabe Sánchez, que ha dicho: “El producto que se va a comercializar localmente debe tener ese estándar (50 partes por millón de azufre) y si no se puede producir se va a importar” (ídem). Si hay importación, la refinería para de trabajar. Y muere todo Talara.

¿A quien beneficia esta “suspensión”? A la estatal chilena ENAP, que en sociedad con el Grupo Romero es dueña de Primax. La comercializadora de ENAP, Manu Perú, ya nos vende los excedentes de sus refinerías Aconcagua y Bío Bío —más de US$ 300 millones en el 2008—. Así, ENAP tiene el camino listo para cumplir su objetivo de ser el primer refinador del Pacífico Sur. También gana Repsol “La Pampilla”, que ya no tendrá competencia en el mercado nacional.
Quien pierde es el Perú, pues se queda sin empresa petrolera y la energía es clave en el siglo XXI. Recordemos que todos los países de la Región, todos, tienen empresa petrolera. Quienes las privatizaron ya están de regreso: Argentina ha creado Enarsa y Bolivia ha recuperado los campos petroleros y las refinerías “capitalizadas”.

Mientras en Chile ENAP lidera el consorcio que ya construyó el Terminal de LNG para solucionar las restricciones de importación de gas de Argentina, aquí el consorcio Perú LNG va a exportar el gas del Lote 56, con lo cual nuestras reservas de gas irán a México, dejándonos sin la cantidad necesaria para autoabastecernos en los próximos 20 años. ¿Puede ser esto posible?

Petroperú debe ser potenciada con personal honesto y de alta calidad técnica, a la vez que se moderniza la gerencia y se establecen adecuados mecanismos que impidan la corrupción (como en Colombia, Brasil y Chile). El escándalo de los petroaudios está siendo aprovechado por la derecha económica para privatizar Petroperú, con el respaldo del gobierno. Los sindicatos, partidos políticos (incluidas las bases del APRA), la sociedad civil, las universidades y los colegios profesionales deben parar esta ofensiva que hoy va por Petroperú, los puertos, aeropuertos y, mañana, por Mantaro de Electroperú. Es hora de levantar cabeza.

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