Jorge Manco Zaconetti

En verdad, los acontecimientos recientes en PetroPerú con el cambio de directores, todos economistas que desconocen del sector de hidrocarburos, con excepción del nuevo presidente del directorio Carlos Linare s Peñaloza, impuesto por el inefable ministro de Economía y Finanzas, José Arista en la nueva correlación de la Junta de Accionistas, donde el MEF representa el 60 % de participación en el capital social de la petrolera estatal. ¡Contra la ley de su creación donde PetroPerú es un empresa del ámbito del sector de energía y minas, de un plumazo con un DS de menor categoría, la petrolera estatal pasó al ámbito del MEF!

 

Petroperu edificio 5

El señor Linares Peñaloza tiene mucho que explicar al país pues entre agosto de 2015 a enero de 2019, ha sido gerente de finanzas de PetroPerú, como también gerente general. Es, en última instancia uno de los responsables de la ingeniería financiera del endeudamiento externo de PetroPerú para hacer posible la Nueva Refinería de Talara.

Gran parte del endeudamiento externo, sea con los préstamos de CESCE la entidad financiera del gobierno español por US $ 1,000 millones con vencimiento en el 2030, y que PetroPerú ha estado honrando puntualmente, y los bonos corporativos a largo plazo por US $ 3,000 millones en la Bolsa de los Estados Unidos que se pagarán hasta el 2047, se pactaron desde el 2016 en la diversas administraciones de la empresa.

Los demás miembros del directorio tales como Tuesta Cárdenas, Boza Pro, Oliver Stark conocen de petróleo, solamente cuando llenan de gasolina sus vehículos. La lógica del ministro de economía y finanzas José Arista, es que los nuevos directores de PetroPerú, no hayan sido funcionarios, empleados, ni proveedores ni asesores de la petrolera estatal. ¿Por qué no aplicaron ese razonamiento con el Ing. Rómulo Mucho que tiene intereses contantes y sonantes con la Tía María?

Es más, supuestamente tienen hasta diciembre del 2024 para sanear la empresa, ponerla en azul, cuestión que no será posible, por el efecto “arrastre de pérdidas”, y las depreciaciones que se tienen que aplicar por las inversiones realizadas de más de US $ 6,500 millones de la Refinería de Talara, que por lo menos tardarán tres años más.

Se debe asumir, que la pérdida de participación en el mercado de combustibles menor al 30 % actualmente, que representa menores ingresos y utilidades tomará su tiempo en recuperarse, y una fuerte competencia con transnacionales que tienen mayores espaldas financieras como sería el caso de Repsol, Valero, Exxon/Mobil.

Lo cierto y evidente es que la Nueva Refinería de Talara no es un “elefante blanco” como sostiene el ministro parlanchín Ing. Mucho Mamani, pues en enero pasado ya generaba una utilidad operativa de US $ 29 millones de dólares, que será mayor en la medida que funcione al 100% de su capacidad. Es más, la utilidad operativa sería mayor si PetroPerú estuviera integrada a la producción propia de crudo y gas. Es decir, si tuviera los lotes del noroeste como el rentable lote X.

El nuevo directorio de PetroPerú tiene en común el libreto liberal. Todos provienen del mundo privado, son financistas, incluso son empresarios privados como Oliver Stark, que debe ser amigo de Mucho Mamani, pues cabe preguntarse qué hace en el directorio de PetroPerú, un director de la empresa Sociedad Minera del Perú SAC.

En tal sentido, los propios miembros de la Junta de Accionistas, los ministros y viceministros de los ministerios de Economía y Finanzas y de Energía y Minas, no respetan las propias normas del cuestionado gobierno de Boluarte/Otárola que a nombre del Estado promulgó para mejorar la gobernanza en PetroPerú, según lo estipulaba el DU 023-2022, en el sentido que los nuevos directores de la petrolera estatal tengan un conocimiento del sector, y que no sean elegidos políticamente a dedo, como ha sucedido en la historia.

Es más, PetroPerú invirtió US $ 2.8 millones abonando a las consultoras Arthur D. Little y Columbus para su reestructuración, aplicando las recomendaciones para nombrar a sus gerentes y directorio por los criterios de la meritocracia.

 

pozos petroleo 1

 

Todo ello es “papel mojado” para la dupla Arista /Mucho, que desconoce la problemática del sector de hidrocarburos y en especial los efectos de la privatización en PetroPerú. Una empresa que hasta el 2022 no tenía lotes petroleros propios, y hasta ahora no tiene grifos en propiedad, de los 4,500 existentes en el país que están ligados a las cadenas del grupo Romero (Pecsa y Primax), Repsol entre otros.

Es tal el desconocimiento o mala fe del ministro José Arista que en una entrevista para el diario “El Comercio”, el decano que tiene como principal accionista al grupo Graña y Montero, que por el roche de la corrupción de Odebrecht, se ha cambiado de nombre como AENZA, el cual tiene intereses concretos en los lotes petroleros próximos a su vencimiento.

Como ha sido el caso del lote I y V, explotando los lotes III y IV de Talara, y administrando los terminales marítimos de propiedad de PetroPerú, en especial el terminal del Callao y del norte del país.

MINISTRO PRIVATIZADOR
En tal sentido, el nuevo ministro de economía y finanzas sostiene “ En cualquier lugar del mundo las petroleras estatales son rentables y muchas veces mantienen a los gobiernos centrales, pero en este caso se da la situación inversa, en la que el Gobierno Central es el que mantiene a la empresa petrolera” (El Comercio 29/2/24).

El ministro José Arista y el parlanchín de Mucho Mamani debieran saber que las empresas petroleras son rentables cuando son “integradas”, es decir tienen producción propia de petróleo y gas, pues acceden a la renta petrolera, es decir, asumen la diferencia entre el precio internacional del crudo menos el costo interno de producción.

Mejor aún son más rentables si tienen grifos propios, es decir, acceden a los márgenes minoristas de los griferos, la diferencia entre el precio de los combustibles a nivel mayorista, con el precio final de comercialización en la venta al público de los combustibles.

En tal sentido, sirva de ejemplo la rentabilidad obtenida por PetroPerú en el lote I de Talara en el 2022 que con una mínima producción de 500 barriles diarios, tuvo como rentabilidad neta US $ 6.7 millones de dólares. En tal sentido, con la producción del lote X próximo a licitarse el 7 de abril, la petrolera estatal hubiera tenido una renta neta, una riqueza asegurada, descontados costos, impuestos y regalías, superiores a los US $ 160 millones con una producción promedio de 12 mil barriles diarios, al margen de los ingresos del gas natural.

En verdad, el nuevo directorio apunta a la reprivatización de los lotes petroleros, en especial de los lotes cuyos contratos fueron firmados por dos años en Talara. Se propone vender los activos y propiedades que tiene PetroPerú, como el edificio principal, un drástico recorte del gasto de personal invitando al retiro a más de 840 trabajadores, sobre todo aquellos mayores de 60 años, como si el gasto de personal fuera el principal problema de PetroPerú. Como dice el refrán la “la soga se rompe por el lado más débil”.

 

nueva ref Talara torre

 

Históricamente PetroPerú siempre ha sido rentable para el Estado, salvo períodos críticos en razón de la injerencia política de los gobiernos de turno. Por ello, se debe identificar a los verdaderos responsables de la crisis de la petrolera estatal, en especial aquellos que retrasaron adrede la construcción de las inversiones en las unidades auxiliares y complementarias de la Nueva Refinería de Talara, que al final significaron tres años de atraso, pues esta debió estar operativa en junio del 2019.

Esta demora de por sí explica gran parte de los sobrecostos que PetroPerú tiene que asumir.

 

Diario Uno, 03.03.2024