Gobierno y medios ignoran Combate de Iquique

Escribe: Herbert Mujica Rojas

Un pueblo que venera a sus héroes y les rinde culto como ejemplo ético de consagración al deber en defensa de su soberanía popular y nacional, merece los destinos que se propone conquistar para la victoria de sus ideales. No otra cosa que repulsa y condena merece un gobierno “nacionalista” que “olvida” que un 21 de mayo de 1879 el Huáscar con Grau al mando hunde la nave chilena Esmeralda, rescata a sus náufragos, Perú pierde su mejor barco, Independencia y los marinos en el agua son abaleados por orden vergonzosa.

En pleno litigio jurídico con Chile en la Corte Internacional de La Haya por el contencioso limítrofe marítimo, en el derrotero de una escalada muy en ciernes y a poco de las vistas orales de fin de año, el gobierno de Ollanta Humala incurre en el “lujo” controvertido de hacerse de la vista gorda con la Historia, madre y maestra de los tiempos.

No sólo el gobierno. Luego de una revista electrónica de los medios de comunicación, se comprueba pesarosamente que Expreso, Correo, La República, Perú21, La Primera, Diario16 y Andina transitan también por el indecoroso camino del “olvido” del suceso histórico. La excepción la da, escuetamente, Radio Programas del Perú que sí alude al hecho. ¿No era que los medios de información debían informar? Esto sólo tienen un nombre: ¡Vergüenza!

A los olvidadizos hay que recordarles en la pluma del contralmirante AP Hugo Ramírez Canaval el combate del 21 de mayo de 1879 en Iquique.

Leamos.

Historia, madre y maestra

El Combate Navalde Iquique del 21 de mayo de 1879

Escribe: Hugo Ramírez Canaval

El Combate Naval de Iquique, realizado el 21 de mayo de 1879, tiene un doble significado muy especial en nuestra historia, no solamente para quienes están interesados en la gloriosa tradición naval peruana, sino también para los estudiosos de la “etnografía”, porque en aquella mañana el mundo conoció la manera de ser de dos pueblos vecinos. En ese día, los peruanos y los chilenos “nos pintamos de cuerpo entero” –como decía mi sabia abuela– con todas nuestras virtudes los de acá, y con todas sus tristes realidades los de allá.

No voy a relatar el Combate, estimado lector, pero para situarnos, diré que ese día sucedió el primer encuentro de nuestro glorioso Monitor al mando de Grau y la fragata Independencia al mando del Capitán de Navío Juan Guillermo More, que habían salido a pesar de estar tan mal reparados de urgencia, luego de varios años desarmados con las calderas y los cañones en tierra; tenían dotaciones sin entrenar, y –para colmo– no contaban con la munición adecuada, disparaban balas-bolas como perdigones gigantes que rebotaban en el casco de los blindados chilenos. Así, zarparon para buscar a la poderosa escuadra enemiga que sabían que estaba bloqueando el desguarnecido puerto de Iquique.

Debemos  remarcar este gesto valeroso y atrevido. Los peruanos de entonces, no salieron a buscar auxilio como es costumbre nacional en otros cuando están asustados, esos que en 1866 vinieron a pedirnos auxilio, y ahora buscan auxilio en Ecuador.

Sobre el Combate Naval de Iquique, sabemos que al comenzar las acciones, el Capitán de Corbeta Carlos Condell con su buque la corbeta Covadonga huyó del escenario a pesar de que  su  jefe Prat le había ordenado combatir. Sabemos también que por designio aciago del destino --que por otro lado fue muy pródigo con Chile–, perdimos en el primer día de operaciones a nuestro mejor buque --la Independencia-- que varó en una roca desconocida, mientras perseguía a Condell. En ese primer día perdimos el 50% de la escuadra.

Sabemos que por no poder emplear los cañones para no dañar a la población, Grau decidió emplear el espolón y que en el tercer intento hundió a la Esmeralda. Que el comandante de la Esmeralda, Capitán de Fragata Arturo Prat, como consecuencia del golpe, cayó a la cubierta del Huáscar, donde falleció. También sabemos que Grau ordenó rescatar a los sobrevivientes, quienes una vez formados en cubierta del Monitor (siete oficiales y cincuenticinco tripulantes) corearon el agradecido y sonoro  ¡Viva el Perú generoso! lanzado por el Teniente Uribe, Segundo de Prat. Le cuento estimado lector, que en aquellos precisos momentos y solamente diez millas al sur, en Punta Gruesa, el chileno Condell que había huido cobardemente, se puso “valiente” al ver que sus perseguidores de la Independencia varada en una roca desconocida, trataban de salvar sus vidas, y los cañoneó y ametralló por cuarenta minutos, hasta que apareció en el horizonte  la silueta del Huáscar, con los rescatados chilenos a bordo... Volvió a huir... Veamos lo que dicen los historiadores chilenos y los documentos chilenos:

--Carlos López Urrutia dice: “Condell  al verse atacado... decidió desobedecer las órdenes de Prat y emprender la retirada... More trató de maniobrar con el fin de atacar a la  Covadonga con el espolón por haber perdido su cañón de proa... la Independencia se varó, la quilla quedó destrozada y el buque escorado. Condell gobernó de manera que se situó con su buque a la popa del blindado donde podía cañonear  a su gusto sin peligro...”

--Jorge Inostrosa dice: “Entretanto la Covadonga huía hacia el sur... si la Independencia en la persecución entraba en la caleta Chiquinata que conocía el piloto Stanley, podía darse por encallada”.  Continúa relatando y cuando llega a la Independencia encallada, dice: “Condell viró para pasar cerca y gritó ¡fuego! con ferocidad... era aquella una matanza  despiadada”.

--El  “Diario de la Guerra del Pacífico” de El Mercurio de fecha 28 de junio de 1979, bajo el título: “Sin la Providencia que guió a Condell” se publica una carta  de fecha 28 de junio de 1879, que dirige el Comisario General, civil Sotomayor, al Ministro Varas, y  le dice: “Es muy sensible y hasta inexplicable que poseyendo la escuadra tan poderoso material no haya podido aún hacer algo... sin la Providencia que guió a Condell por los escollos en que varó la Independencia, la campaña habría sido una verdadera derrota.”.

Así, hemos tenido información sobre dos acciones que distinguen a peruanos y chilenos, pero es preciso decir --además-- que mientras Grau encomia como un caballero y enaltece los méritos de Prat, el cobarde Condell denigra y pretende manchar el nombre del comandante de la Independencia Capitán de Navío Juan Guillermo More. Veamos lo que al respecto ha escrito el historiador venezolano Jacinto López, dice: “Cuando la Covadonga cañoneaba a la Independencia, náufraga e impotente, ésta arrió su bandera, asevera Condell... More negó indignado esta aseveración... De aquí en adelante se verá que los comandantes de los buques chilenos trataban sistemáticamente de deslustrar y desprestigiar  a la armada peruana... Condell no es sino el primero que la puso en práctica.”

Como no es posible que nos igualen en clase, en profesionalismo, en valor, en audacia, y mucho menos en caballerosidad, lo que siempre han hecho es denigrar a los peruanos. Los chilenos de ahora intentan borrar sus páginas de vergüenza, por eso su afán de cambiar la historia.

 

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