Por César Vásquez Bazán

«Habla suavemente y camina llevando un gran garrote; llegarás lejos».- La política imperialista promulgada hace 117 años, el 2 de septiembre de 1901, por el coronel vicepresidente de Estados Unidos Theodore "Teddy" Roosevelt.

La política de Roosevelt sobre el gran garrote aplicada a las naciones latinoamericanas, en especial las ubicadas en el Mar Caribe (Caricatura de W. A. Rogers, 1904)

A comienzos del siglo XX, el ícono imperialista Theodore Roosevelt puso en circulación el lema hablar suavemente y caminar llevando un gran garrote que seguiría a partir de ese momento la política exterior de Estados Unidos, especialmente en América Latina. Roosevelt se refirió al tema en dos discursos pronunciados en Minneapolis, en el año 1901, y en Chicago en 1903.

El mensaje de Roosevelt es similar en ambos discursos y mantiene la siguiente estructura:

1.  En asuntos de política exterior es conveniente para Estados Unidos mantener un tono diplomático y declarativo moderado, caracterizado por la suavidad de la expresión y la no estridencia en las palabras.

2.   Al mismo tiempo, la Unión Americana debe mantener fuerzas militares  −y, en especial, la Armada− con el más alto nivel de preparación y equipamiento capaz de hacer cumplir de manera efectiva los designios de la política exterior del Gobierno, en especial la Doctrina Monroe.

3.  Debe existir una asociación directa entre los objetivos e intereses de la política exterior estadounidense, las formas de la expresión diplomática y los recursos militares con los que se pueda hacer cumplir los designios del Gobierno.

En términos generales, la política de hablar suavemente y caminar llevando un gran garrote ha sido mantenida a lo largo del siglo XX y en lo que va del siglo XXI por los diferentes gobiernos de Estados Unidos. Sólo en los últimos años, con el advenimiento de la presidencia Trump, se ha notado un endurecimiento declarativo que ha dejado de lado la suavidad a la que se refieren los dos discursos de Roosevelt.

El comentado discurso de Theodore “Teddy” Roosevelt sobre “el gran garrote” fue publicado por The Minneapolis Journal de Minneapolis, Minnesota, el 2 de septiembre de 1901, página 16.

Vicepresidente Theodore Roosevelt en Minneapolis el 2 de septiembre de 1901

La mañana del 2 de septiembre de 1901, en la inauguración de la Feria del Estado de Minnesota, en Minneapolis, el coronel Theodore Roosevelt, vicepresidente de Estados Unidos, pronunció el discurso al que se conoce con el nombre de su principal proposición: «Habla suavemente y camina llevando un gran garrote». El siguiente es el texto traducido al español en el que Teddy Roosevelt se refiere al gran garrote y la manera en que se relaciona con la aplicación de la política de hegemonía estadounidense sobre el continente americano contenida en la Doctrina Monroe.

“Aquí mismo permítanme hacer un enérgico llamado, como yo sé hacerlo, en favor de no decir nada que no querramos decir, y de actuar sin vacilación en defensa de cualquier cosa que digamos. Probablemente muchos de ustedes conocen el viejo proverbio: «Habla suavemente y camina llevando un gran garrote; llegarás lejos». Si continuamente un hombre fanfarronea y profiere amenazas huecas, si carece de cortesía, un gran garrote no le impedirá verse envuelto en problemas, y hablar suavemente tampoco lo ayudará si detrás de esa suavidad no existe fuerza, poder. En la vida privada hay pocos seres más odiosos que el hombre que siempre fanfarronea, y si el jactancioso no está resuelto a respaldar sus palabras con hechos su posición se torna absolutamente despreciable. Lo mismo sucede con la nación. Es insensato e indigno darnos el lujo de autoglorificarnos indebidamente y, sobre todo, de denunciar en forma irresponsable a otros pueblos. Cuando en cualquier circunstancia entremos en contacto con una potencia extranjera espero que siempre nos esforcemos por expresarnos sobre ella en forma cortés y respetuosa.

Hagamos evidente que tenemos la intención de hacer justicia. Hagamos igualmente evidente que no toleraremos que, a cambio, se cometan injusticias con nosotros. Más aún, hagamos que sea más evidente que no utilizamos palabras que no estemos preparados para respaldar con hechos, y que si bien nuestro discurso es siempre moderado, estamos listos y dispuestos a hacernos respetar. Esta actitud será la más segura garantía de la paz que se hace respetar, cuyo logro es y debe ser siempre el objetivo primordial de un pueblo que se autogobierna. ...

Ésa es la misma actitud que debemos asumir con respecto a la Doctrina Monroe. No hay la menor necesidad de fanfarronear al respecto. Menos aún debería usarse como pretexto para nuestro propio engrandecimiento a expensas de cualquier otro estado de América. Pero lo más enfáticamente debemos evidenciar que tenemos la intención de mantener la antigua posición estadounidense. De hecho, es difícil entender cómo alguien pueda adoptar otra posición en un momento en que todos aguardamos la construcción del Canal de Panamá. La Doctrina Monroe no es ley internacional pero no es necesario que lo sea”.

Texto en inglés

“Right here let me make as vigorous a plea as I know how in favor of saying nothing that we do not mean, and of acting without hesitation up to whatever we say. A good many of you are probably acquainted with the old proverb, «Speak softly and carry a big stick – you will go far.» If a man continually blusters, if he lacks civility, a big stick will not save him from trouble, and neither will speaking softly avail, if back of the softness there does not lie strength, power. In private life there are few beings more obnoxious than the man who is always loudly boasting, and if the boaster is not prepared to back up his words, his position becomes absolutely contemptible. So it is with the nation. It is both foolish and undignified to indulge in undue self-glorification, and, above all, in loose-tongued denunciation of other peoples. Whenever on any point we come in contact with a foreign power, I hope that we shall always strive to speak courteously and respectfully of that foreign power.

Let us make it evident that we intend to do justice. Then let us make it equally evident that we will not tolerate injustice being done us in return. Let us further make it evident that we use no words which we are not which prepared to back up with deeds, and that while our speech is always moderate, we are ready and willing to make it good. Such an attitude will be the surest possible guarantee of that self-respecting peace, the attainment of which is and must ever be the prime aim of a self-governing people. …

This is the attitude we should take as regards the Monroe doctrine. There is not the least need of blustering about it. Still less should it be used as a pretext for our own aggrandizement at the expense of any other American state. But most emphatically, we must make it evident that we intend on this point ever to maintain the old American position. Indeed, it is hard to understand how any man can take any other position now that we are all looking forward to the building of the Isthmian canal. The Monroe doctrine is not international law, but there is no necessity that it should be” (The Minneapolis Journal, septiembre 2, 1901, 16).

Discurso del Presidente Theodore Roosevelt sobre La Doctrina Monroe pronunciado en Chicago, Illinois, 2 de abril de 1903

El 2 de abril de 1903, en Chicago, Illinois, el presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt pronunció un discurso en el que se refirió a la vigencia de la Doctrina Monroe, los deberes de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental, la construcción del Canal de Panamá y los problemas de ese momento con la República de Venezuela. En el discurso Roosevelt defendió la necesidad de una diplomacia basada fundamentalmente en el poderío naval de Estados Unidos y mencionó nuevamente su proposición de «hablar suavemente y caminar llevando un gran garrote». El siguiente es el texto traducido al español:

“La Doctrina Monroe no es ley internacional, y aunque creo que un día puede convertirse en tal, esto no es necesario mientras siga siendo una característica cardinal de nuestra política exterior y mientras tengamos la fuerza y la voluntad de hacerla cumplir. Este último punto, mis conciudadanos, es muy importante y es uno que como pueblo nunca podemos permitirnos olvidar. Creo en la Doctrina Monroe con todo mi corazón y alma; estoy convencido que la inmensa mayoría de nuestros compatriotas también cree en ella; pero preferiría infinitamente que la abandonáramos a ver que la planteáramos y fanfarroneáramos al respecto, y no pudiésemos conformar la fuerza de combate eficiente que, en última instancia, puede hacer que sea respetada por cualquier poderosa potencia extranjera interesada en violarla.

La jactancia y las fanfarronadas son tan objetables entre las naciones como entre los individuos, y los hombres públicos de una gran nación deben a su sentido de autoestima nacional expresarse cortésmente sobre las potencias extranjeras, de la misma manera que un hombre valiente y respetuoso trata con cortesía a todos a su alrededor. Pero aunque jactarse es malo, e insultar a otro sin motivo es peor, aún peor es alardear, incluso sin insultar, y cuando se responde no poder hacer efectiva semejante jactancia. Hay un viejo adagio casero que dice: «Habla suavemente y camina llevando un gran garrote. Llegarás lejos». Si la nación estadounidense se expresa con suavidad y, al mismo tiempo, conforma y mantiene en la más elevada preparación una armada completamente eficiente, la Doctrina Monroe llegará lejos. Pido que piensen sobre esto”.

Texto en inglés

“The Monroe Doctrine is not international law, and though I think one day it may become such, this is not necessary as long as it remains a cardinal feature of our foreign policy and as long as we possess both the will and the strength to make it effective. This last point, my fellow-citizens, is all important, and is one which as a people we can never afford to forget. I believe in the Monroe Doctrine with all my heart and soul; I am convinced that the immense majority of our fellow-countrymen so believe in it; but I would infinitely prefer to see us abandon it than to see us put it forward and bluster about it, and yet fail to build up the efficient fighting strength which in the last resort can alone make it respected by any strong foreign power whose interest it may ever happen to be to violate it.

Boasting and blustering are as objectionable among nations as among individuals, and the public men of a great nation owe it to their sense of national self-respect to speak courteously of foreign powers, just as a brave and self-respecting man treats all around him courteously. But though to boast is bad, and causelessly to insult another, worse; yet worse than all is it to be guilty of boasting, even without insult, and when called to the proof to be unable to make such boasting good. There is a homely old adage which runs: «Speak softly and carry a big stick; you will go far.» If the American nation will speak softly, and yet build, and keep at a pitch of the highest training, a thoroughly efficient navy, the Monroe Doctrine will go far. I ask you to think over this” (Roosevelt 1904, 121).

Obras consultadas

The Minneapolis Journal. Minneapolis, Minnesota, septiembre 2, 1901.

Roosevelt, Theodore. 1904. Addresses and Presidential Messages of Theodore Roosevelt 1902-1904. With an Introduction by Henry Cabot Lodge. New York and London: G. P. Putnam's Sons.

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Agosto 31, 2018