Miguel Grau y el espíritu de la nación peruana

 

huascar Miguel Grau y el espíritu de la nación peruana Se ha escrito mucho de Miguel Grau, el digno y heroico marino peruano que, junto con Andrés A. Cáceres y Francisco Bolognesi, está en lo más alto de la escala de valores cívicos, militares, patrióticos e individuales. En esta fecha en que se cumple un aniversario más del combate de Angamos, invitaremos a la meditación planteando algunas preguntas y respondiéndolas.

—¿Fue Miguel Grau un héroe? ¡Por qué sí o por qué no?

 

—Sí, fue un héroe porque luchó valientemente en defensa del Perú y de Bolivia* (tengamos en cuenta que Angamos está en litoral boliviano hoy usurpado por Chile). Aclarar esto de entrada es muy importante, porque no todo militar que muere en combate es un héroe. La condición de héroe se identifica partiendo de consideraciones morales y del carácter de la guerra. Si un país invade a otro para quitarle territorio, los militares que participen en esa empresa de despojo son delincuentes y de la peor especie, sin que interese si murieron en combate, huyendo o fusilados. Veamos las cosas más claramente: cuando terminó la segunda guerra mundial, los generales y políticos alemanes y japoneses fueron ahorcados por un tribunal de justicia de los aliados, en razón de los delitos que antes y durante la guerra habían cometido, lo cual los convirtió en delincuentes. En el caso de la Guerra del Pacífico, Chile agredió al Perú y, consecuentemente, para los peruanos y el derecho internacional los militares chilenos que participaron en dicha guerra son delincuentes, sin excepción. Veamos un caso más actual: hay rateros y asesinos que se enfrentan a la policía y estando totalmente rodeados disparan hasta que se les acaban las balas o hasta que mueren; lo hacen por no entregarse o para dar tiempo a la huida de sus cómplices. Si no se toma en cuenta la motivación moral, tendríamos que llamar héroes a estos delincuentes que sucumben peleando. Nadie puede negar que el malhechor murió en combate contra los policías que lo rodeaban, pero eso no lo convierte en héroe, igual que a los militares chilenos delincuentes.

 
 


—¿Por qué murió Miguel Grau?

 

Desde el punto de vista puramente material, Miguel Grau pereció porque gracias a la campaña de políticos peruanos prochilenos que impedían la compra de armamentos, tuvo que entrar a la guerra en una completa inferioridad de condiciones, con un barco pequeño y algo anticuado que debía enfrentar a barcos chilenos más grandes y modernos. Por otro lado, desde el punto de vista moral, él cayó en combate defendiendo a su patria de la agresión de los chilenos delincuentes basura, y también porque no aceptó que Chile, país delincuente, se apodere de territorio peruano; él prefirió la muerte a ver nuestro suelo usurpado por los delincuentes chilenos.

 
 


—¿Los militares peruanos de hoy en día tienen el mismo pensamiento patriótico de Grau?

 

—La respuesta es un rotundo “No”, puesto que nuestros actuales militares si aceptan la usurpación territorial chilena de 1879-1833, por la cual se metieron a Arica y Tarapacá, y además aceptan —no sabríamos decir si deleitados o enojados— la usurpación actual del mar territorial y del triángulo de 37 000 m2 de suelo tacneño, de los cuales ha perdido el control y que en forma silenciosa el gobierno aprista deja pasar el tiempo para ceder eso también a Chile.

 
 


—¿Tienen algún vínculo espiritual los militares peruanos contemporáneos con Miguel Grau, Francisco Bolognesi y Andrés A. Cáceres?

 

—Los hechos demuestran que ninguno. En primer lugar por lo que hemos mencionado en el párrafo anterior (aceptan la usurpación territorial chilena y la consideran buena e intocable). En segundo lugar, porque las tres fuerzas armadas ya han empezado a identificarse con los chilenos delincuentes indeseables, lo cual queda demostrado por los homenajes de la Marina de Guerra del Perú (MGP) al abyecto hampón Arturo Prat, la misma bazofia que perdió la vida en su intento de asesinar a Miguel Grau; a esa hedionda piltrafa chilena de Prat han erigido una efigie en bronce en la Escuela Naval del Perú. Una persona desinformada o ingenua podría decir “Bueno, no es raro que la MGP haya actuado así, siempre se ha comentado que son prochilenos”. Pero no, compatriotas, la simpatía por Chile de nuestros uniformados no es exclusividad de la MGP, puesto que la fuerza aérea y el ejército, en vez de protestar contra los felipillos de la MGP por la vergüenza nacional que protagonizaron en abril de este año 2007 y desenmascararlos como traidores y serviles del país enemigo que es Chile, han guardado estricto silencio (claro, no sabemos si en forma discreta, no más, han felicitado a los marinos por esa asquerosa pleitesía).

 
 


Finalmente, debemos destacar que los homenajes a nuestros héroes máximos, que los son de todos los peruanos, están prácticamente monopolizados por los militares, cuyo sentir ya hemos expuesto. En estas ceremonias se excluye intencionalmente la participación de civiles, y se da la casualidad de ser ellos quienes con sus impuestos mantienen a los militares y además abrigan sentimientos patrióticos menos inhibidos, cuya expresión posiblemente llenaría de horror a los sirvientes de Chile, puesto que en esas actuaciones cívico-militares los civiles portarían carteles y banderolas que identifiquen por nombre al enemigo agresor, y no serían raros los carteles: “¡Muera Chile!”, “¡Chilenos rateros”, “No vender gas a Chile”, “Recuperemos Arica y Tarapacá”, etc., y reivindiquen el verdadero nacionalismo, el que va por la soberanía e integridad territorial histórica de nuestra patria.

 
 
 

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* Miguel Grau es reconocido en el país altiplánico como almirante de la Marina de Guerra de Bolivia.