Embajador Solari Tudela: “En La Haya falta lo más importante”

El embajador Luis Solari Tudela, ex vice ministro de Relaciones Exteriores, fue de los primeros en señalar la necesidad de reclamar justicia ante la Corte Internacional de La Haya y, con el conocimiento de todo el proceso realizado hasta ahora, habla del mismo. Recuerda que el gobierno se vio empujado a presentar la demanda en 2009, pues nunca quiso presentarla.


—El canciller García Belaúnde ha dicho que se ha avanzado en un 80% la demanda que el Perú presentó ante La Haya, ¿Se entiende que queda poco por resolver?
—No, la parte oral, que se abre dentro de unos meses, es muy importante, porque allí podemos suplir, en el caso que sea necesario, toda aquella argumentación que podría haber faltado durante la fase escrita. Son dos fases, la oral y la escrita. La escrita se termina con la presentación de la dúplica chilena y la fase oral empezará en algún momento, dentro de algunos meses. Yo no diría que es 80% el avance.

—La fase oral es decisiva…
—Ciertamente, la fase oral es decisiva, porque además es la última fase en la cual hay que añadir alguna serie de precisiones, por ejemplo, este tratado de límites con Ecuador tendrá que ser mencionado en la fase oral porque es un argumento que va a favorecernos.

—¿Se tiene que incluir el tratado con Ecuador?
—Bueno, por lo menos tendrá que decirse, porque esa es una prueba que tiene el Perú de que lo que argumenta Chile, de que el tratado del 54’, por ejemplo, es un tratado de límites, no es cierto; porque si fuera así, ¿qué necesidad ha tenido Ecuador, entonces, de firmar un tratado de límites con el Perú?

—Ahora, ¿es necesario mantener el actual equipo ante La Haya o peligra el trámite ante La Haya?

 

IMPENSABLE DESACATO AL FALLO

—Hay mensajes optimistas en ambos lados, ¿pero qué pasaría si uno de los países no acepta lo que resuelva la Corte?
—Estoy convencido que tanto el Perú como Chile van a acatar estrictamente lo que la Corte diga. De más de cien sentencias que ha dado la Corte, 99.9 se han cumplido. Si Chile o Perú se resistiesen a cumplir la sentencia se convertirían automáticamente en unos parias internacionales. Yo no creo que en la mente de uno u otro gobernante haya la idea de llevar a su país a una situación tan grave como esa.

EL TEMA DEL PUNTO CONCORDIA

—¿Y el tercer argumento?
—La tercera parte, que no está en la controversia, pero que fluye, es que nosotros, en nuestra demanda que todo el mundo puede leer, decimos, con toda razón, porque lo dice el Tratado de 1929, firmado por Perú y Chile, que el punto inicial de la frontera es el punto Concordia. Ellos dicen ahora que este no es el punto inicial, que es el Hito N° 1. Y nosotros al presentar la demanda hemos señalado que es el punto Concordia y la Corte puede resolver también este punto.

—¿Esos son los tres puntos clave de la fase oral?
—Es a lo único que tenemos que ir. No podemos tocar otros temas porque ese es el fondo de la controversia.

—¿Incluido el tercer tema?
—Lo del punto Concordia no es un tercer tema, nosotros no lo consideramos como un tema de controversia porque eso está resuelto por un Tratado (de 1929). Simplemente lo señalamos. Los chilenos ahora han dicho que no, que la frontera no empieza en el punto Concordia, sino en el Hito N° 1, pero eso es reciente. Es absurdo.

—Yo le voy a ser franco. En el equipo que está ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, hay el equipo extranjero, de los juristas extranjeros, y el equipo que está en Lima, de los peruanos. Los juristas extranjeros son los que en la mayor parte han hecho el escrito, la memoria, la contra memoria, y los que hicieron también la demanda inicial que sí conocemos. Ese equipo, yo sí creo que no debe ser tocado.

—¿Por qué?
—Porque es el equipo que ha elucubrado, que ha sustentado, que ha formulado la memoria y todos los escritos que hasta ahora hemos presentado ante la Corte Internacional de Justicia. No se olvide que ese equipo, además de estar compuesto por juristas internacionales de reconocida competencia, es un equipo que nos cuesta mucho, cientos de miles de dólares, y en su totalidad quizá algunos millones de dólares. Allí está Allain Pellet, por ejemplo, a quien yo conozco personalmente porque he trabajado con él cinco años en la Comisión de Derecho Internacional de Naciones Unidas y que conocemos los peruanos además porque nos asesoró en la controversia que tuvimos con Ecuador. Es decir... Está un ex presidente de la Corte Internacional de Justicia, como juez ad hoc nuestro.

—Es un equipo de lujo

—Es un equipo muy competente. En eso sí hay que reconocerle al gobierno, que seleccionó con acierto ese equipo de abogados. En lo que se refiere a la parte peruana, son personas también de reconocida competencia, pero algunos de ellos han tenido posiciones contrarias al planteamiento peruano. Como por ejemplo, públicamente han sostenido que el punto inicial de la frontera peruano-chilena es el hito N° 1. Lo cual es exactamente lo contrario a lo que dice el Perú, que sostiene que es el punto Concordia. Entonces, naturalmente se ve pues la necesidad de evaluar a ese equipo. Y, por último, no se puede hacer un juicio de valor sobre el trabajo que han hecho, sin antes conocer el texto de los escritos que se ha presentado. Nosotros queremos como peruanos que el trabajo haya sido muy bien hecho. Esos son nuestros deseos.

—¿No se conoce lo que ha hecho este equipo peruano?

—No lo conocemos porque la misma Corte, en su reglamento, impone una reserva a toda la tramitación que hay ante ella en una controversia.

—Entonces es saludable que el nuevo gobierno evalúe a este equipo.
—Saludable y necesario, porque ya entramos a la fase final y es bueno hacer un alto y decir: bueno, ¿qué se ha hecho?, ¿cómo se ha hecho, ¿cuán bien está? No lo sabemos, yo no podría opinar, por un elemental sentido de responsabilidad, como opinó Lourdes Alcorta, quien dijo que han hecho un trabajo fabuloso. Ojalá que así sea, es lo que todos deseamos.

—El Canciller García Belaúnde también ha elogiado el trabajo del equipo y ha dicho que se debe mantener a Alan Wagner.
—Bueno, son amigos. Y además quiere ir él de segundo de Alan Wagner. Está buscando empleo, no sólo estabilidad laboral para el otro, sino empleo. Por ahí lo ha dicho, que le gustaría integrar el equipo de La Haya.

—¿El éxito de la demanda peruana no depende entonces de la permanencia de Alan Wagner?
—No, el éxito de la demanda peruana depende de la buena argumentación que se ha hecho. No hay que olvidar una cosa: que este gobierno no quiso nunca presentar la demanda. El gobierno del Perú fue refractario a presentar esta demanda. Tan es así que el Canciller, en un momento dado, cuando se le consultó en un viaje que hizo con Alan Wagner a Chile, para el “Dos+Dos” (reunión de cancilleres y ministros de Defensa), dijo: “ese tema – el de la demanda marítima— no está en agenda”. Eso está registrado. ¿Y por qué?, porque no querían molestar a Chile, no querían presentar la demanda.

—¿Cómo surgió la necesidad de presentar la demanda?
—La demanda se presenta porque se va creando en la opinión pública nacional un sentimiento de que esa situación tan inequitativa que tenemos en el mar del Perú en Tacna tenía que terminar. Y eso culmina con una marcha que dirige Ollanta Humala hacia la frontera sur, donde demostró que los chilenos se han apropiado y ocupan ilegalmente algo así como 37,766 metros cuadrados de territorio peruano, porque nuestra frontera debería comenzar en el punto Concordia, pero ellos dicen que no, que empieza en el Hito N° 1 y de allí trazan un paralelo. La marcha sirvió para demostrar que si todo estaba bien como decía el gobierno, debían llegar al punto Concordia, pero los chilenos los detuvieron allí, con lo cual se demostró que había una ocupación ilegal.

—Entonces…

—Ahí el gobierno quedó al descubierto y no tuvo más remedio que presentar la demanda. Esa es la historia, lo que pasa es que nosotros nos olvidamos con una gran facilidad de las cosas y pasamos la página muy rápido, pero yo que he seguido el tema desde el comienzo tengo todo aquí (señala su cabeza), como una fotografía, cada paso que se ha dado.

—En buena cuenta, este gobierno fue empujado a presentar la demanda ante La Haya…
—Claro que sí. Fue obligado. Y de nuestros distinguidos juristas, ninguno, —y la invito a hacer una investigación en los archivos periodísticos—, se pronunció a favor de que el Perú presentase la demanda ante Chile. Ninguno de ellos. Solamente cuando el gobierno dio luz verde, ahí comenzaron a opinar. Antes ni se atrevían, porque comenzaba el gobierno y todos naturalmente tenían una expectativa del gobierno aprista.

—El embajador Alan Wagner ha dicho que le parece una broma el anuncio del presidente electo de evaluar el desempeño del equipo, ¿Qué opina de esta declaración?
—El presidente electo no puede hacer una broma de un tema tan delicado y tan sensible como es la controversia marítima con Chile.

—¿Qué profesionales deberían incorporarse al equipo peruano de La Haya?
—Si hay que modificar, si hay que reforzar ese equipo de La Haya, naturalmente tendrá que ser con personas que están vinculadas al tema de la controversia del Perú con Chile.

—¿Qué podemos esperar de la dúplica chilena que debe ser presentada el 11 de julio? El canciller chileno dijo a fines del año pasado que contendría nuevos “datos”.
—No sé, no tengo idea, la verdad, qué nuevos elementos pueden tener. El punto de partida de Chile es que ya hay un tratado y que consecuentemente la posición peruana no es admisible. Si tienen algún nuevo elemento para demostrar que esto es un tratado, yo lo dudo mucho. Lo cierto es que la tendencia de la Corte es la de ser muy prolija en la cuestión de la existencia de tratados de límites. En una última sentencia, por ejemplo, que han hecho, ellos han dicho, casi textualmente, que para que un tratado de límites marítimos sea tal, debe revestir ciertas características, como por ejemplo estar acompañado de mapas, de croquis, coordenadas, etc. Bueno, eso a nosotros nos suena como Música celestial, porque es precisamente lo que sostenemos. Porque esos tratados del 54’, del 52’, no tienen ningún mapa, croquis, nada. Por eso es que nosotros sostenemos, con justa razón, de que eso no es un tratado de límites y que hay que hacer uno.

—¿Podemos esperar tranquilos entonces la decisión de la Corte?

—Yo espero confiado y espero que la argumentación que han hecho los abogados haya sido lo suficientemente sólida para que se imponga finalmente el criterio que sostiene el Perú.

—¿Hay duda de que ha sido así?
—Yo no podría afirmar ni una cosa ni la otra. Lo que tengo es el deseo que esa información haya sido completa, coherente y todo lo demás. Ese es mi deseo, pero que no se confunda mi deseo con la realidad, porque no tengo manera de saberlo. Ahora, cuando termine la fase escrita, con la dúplica de Chile, ya el procesal de la Corte permite que todo sea divulgado, que todo se conozca. Ahí vamos a conocer, los que no estamos en el gobierno, efectivamente qué cosa es lo que se ha dicho, qué cosa es lo que ellos nos dicen, cuáles son nuestras posibilidades.

—¿El gobierno debió dar más información sobre el proceso?

—No lo podía hacer, porque el reglamento de la Corte dice que esto debe mantenerse en reserva y en eso el gobierno ha actuado correctamente, lo mismo que los chilenos. Por lo demás, en la prensa chilena hay más trascendidos de los documentos que en la parte nuestra. Ahora, las declaraciones que se hacen son optimistas, porque tienen que serlo, lo mismo que en chile. Las declaraciones políticas tienen que ser así, no pueden ser de otra manera.

—Siendo tan importante la fase oral, ¿qué debería contener?

—Nosotros, en esta controversia, apuntamos a tres cosas. Primero apuntamos a que esta área de los 37,900 kilómetros que se obtiene por el trazado desde el punto Concordia de una bisectriz, hoy ocupada por chile, pase a la soberanía peruana. La otra es que la medición que nosotros hacemos desde nuestras costas en el punto más extremo, Punta San Juan y Camaná, abarcan un triángulo que hoy día es altamar, y donde obtenemos 26,000 Km más. Esta es una medición hecha de acuerdo a la Convención del Mar, no es nuestra, antojadiza. Chile rechaza esto porque dice que es altamar, no sabemos cómo, porque nosotros acatamos la Convención del Mar por derecho consuetudinario, pero ellos son firmantes de la Convención. No deberían contestar esto. Pero lo hacen porque ellos han ideado un espacio marítimo que denominan “mar presencial”, que es un meridiano que tiran de la Isla de Pascua hasta encontrarse con el paralelo que, según ellos, parte del Hito N° 1, que no es el límite fronterizo —lo es el Punto Concordia—, pero en el mundo nadie les reconoce el “mar presencial”. Lo único que se reconoce es el “mar territorial”, la “zona contigua”, “zona económica exclusiva”, la “plataforma continental” y las “aguas internas”. El “mar presencial” es rechazado en todas partes del mundo.

Esvieta Topovich
Redacción, La Primera