cecilia perez
Cecilia Pérez

Por Rocío Ferrel

A propósito de las bravatas de los expresidentes chilenos, que incitan a desconocer el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ)  calificándolo de “salomónico”, salió a declarar la ministra vocera del gobierno chileno Cecilia Pérez, quien confirmó lo evidente: la componenda de la gran prensa peruana con los chilenos.

Pérez buscó calmar los ánimos y esgrimió las consabidas mentiras:  "Chile respeta los tratados internacionales...  nuestro gobierno es intransable en el derecho internacional, los tratados internacionales y de los tribunales internacionales", pese a que Chile es un violador contumaz del derecho internacional*.

La susodicha se atrevió a hablar del pasado de latrocinio y crimen contra el Perú de Chile y dijo: “Somos un país que siempre, en el pasado y hoy día, hemos acatado las resoluciones nacionales y también las internacionales, somos un país que respeta el derecho internacional y respeta la autonomía de instituciones independientes”, como si no existiese un amplio prontuario de asesinato, saqueo y crímenes de guerra nunca resarcidos.

La prensa felona

“Hemos construido una fraternidad, una hermandad, y hemos construido excelentes relaciones entre ambos Presidentes", dijo  y agregó, refiriéndose a las relaciones con el Perú, que “hoy día se han ido profundizando lazos con el gobierno, sectores económicos comerciales, con la prensa, con el poder  legislativo”.

Que haya relaciones entre instituciones estatales de los dos países es cuestionable, porque hasta el mismo presidente Ollanta Humala calificó la política de “cuerda separada” con Chile de inmoral, pues mientras ellos usurpan nuestro mar y cerca de cuatro hectáreas de Tacna, no deberíamos avanzar en relaciones comerciales con el salvaje país del sur. Claro está, Humala se ha olvidado de estas proclamas de cuando era candidato.

En la danza también entra la gran prensa peruana, que debería cumplir un papel formar opinión pública en su calidad de peruana, pero está sumisa a los deseos del enemigo que usurpa mar y tierra de nuestro país, dando así gusto a la cancillería chilena, que diseña esta estrategia para aumentar su influencia en el Perú, lo cual admite satisfecha Cecilia Pérez.

¿A la prensa francesa se le habría ocurrido acercarse al gobierno alemán mientras su país era objeto de robo territorial por parte de Hitler, para coordinar lo que hay que informar? ¿La prensa palestina busca al gobierno israelí o a la prensa israelí para conversar sobre lo que hay que decir? ¿A la prensa iraní se le ocurriría entrar en conciliábulos con la prensa o gobierno estadounidense, que amenaza con atacar a Irán? ¿Los argentinos entrarían en contubernio con la prensa y gobierno ingleses para pactar lo que se informa sobre Las Malvinas? No. Sólo ciera prensa peruana, llena de excremento desde los años de Montesinos, es capaz de buscar al enemigo para coordinar lo que a Chile le conviene que se pregone.

Nótese que si la ministra chilena está contenta con la prensa peruana, no puede referirse a medios pequeños como este, tiene que estar satisfecha con la gran prensa, esa que recibe a manos llenas la publicidad de Lan, Saga, Ripley, Wong, Metro, Sodimac, Fasa, etc., y que está presta a publicar portadas anticipándose a cualquier hecho que pretenda afectar los intereses chilenos.

Esto explica por qué esa prensa acepta con la cerviz inclinada que Chile se jacte de decir que respetó antes y respeta ahora el derecho internacional, cuando es un contumaz violador del ordenamiento legal internacional. Eso explica por qué llama "área en controversia" al mar peruano que Chile usurpa, en lugar de hablar de usurpación. Eso explica por qué aplaudió el TLC con Chile y las intenciones de entregar nuestro gas a Chile y calla sobre:

  • la corrupta entrega de cielos abiertos a Chile,
  • la destrucción de la Escuela de Aviación Civil,
  • la usurpación chilena de cerca de cuatro hectáreas de Tacna en torno al punto Concordia,
  • la infame colocación del busto del hampón chileno Arturo Prat (que murió intentando asesinar al héroe Miguel Grau) en la Escuela Naval

y un sinnúmero de silencios, incluyendo la intención de borrar de la memoria histórica los crímenes de guerra perpetrados por Chile o las brillantes victorias peruanas, como la de batalla de Tarapacá, que ignoraron este 27 de noviembre

También se entiende por qué reciben casi a diario a declarar a impresentables como el traidorzuelo Fabián Novak, quien no se retracta de haber publicado un libro contrariando la posición peruana en esta disputa marítima y dando la razón a los chilenos (por lo cual fue condecorado por Chile), sin que ninguno de esos pestilentes periodistas siquiera le pregunte sobre su traición.

Y, por supuesto, esta prensa gusta de llamar “hermanos” a los chilenos, todo un deleite y gozo para la cancillería chilena, ni más ni menos.

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*Como muestra de la contumaz actuación delincuencial de Chile tenemos:

Durante la guerra de 1879, Chile violaba la Convención de Ginebra al asesinar a los heridos peruanos, mientras que, por el contrario, Miguel Grau si respetaba la Convención de Ginebra y rescataba a los náufragos chilenos y los mantenía prisioneros sin asesinarlos.

Viola el Tratado de Ancón de 1883, pues se negó a realizar el plebiscito previsto en el tratado para realizarse en un plazo máximo de 10 años, para decidir los destinos de Arica y Tacna. Chile nunca cumplió con la realización del plebiscito y se dedicó a perseguir y a asesinar a los peruanos de Tacna de Arica, para que al momento del plebiscito haya pocos peruanos. Los chilenos que ocupaban Arica y Tacna hasta prohibieron cantar el himno nacional a los peruanos y asesinaban a los maestros que enseñaban el himno nacional peruano y la Historia del Perú. Ante la no realización del plebiscito posteriormente se acordó que Tacna se quedaba como parte del Perú y Arica se anexaba a Chile.

Viola el Tratado de 1929 al desconocer que el inicio de la frontera es el punto Concordia, en la orilla del mar. Tampoco construye el muelle como estipula el tratado, ni en el lugar ni con las dimensiones acordadas hasta la fecha.

Viola la Convención de Otawa al haber colocado minas antipersonales homicidas en la frontera.

Violó su condición de garante del Protocolo de Río vendiendo armas a Ecuador en pleno conflicto de este país con el Perú.


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