Pérez de Cuéllar cree que el Perú y Chile deben superar diferencias

Diplomático perdió la vergüenza

Para el ex secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Javier Pérez de Cuellar, el Perú y Chile deben superar sus diferencias siguiendo el ejemplo de Francia y Alemania.


Indicó que Francia y Alemania, tras enfrentarse militarmente en dos guerras mundiales, actualmente son un ejemplo de cooperación. "Yo vivo en Francia y allí veo todos los días lo que hacen los franceses y los alemanes para reafirmar su unidad y ese es un ejemplo que deberíamos seguir", declaró a la Agencia Andina.

Francia y Alemania se enfrentaron en diversos conflictos políticos y militares, el último fue la Segunda Guerra Mundial que causó millones de muertes y pérdidas económicas. Después, ambos países lograron superar sus diferencias y dieron nacimiento a la Unión Europea, uno de los bloques de integración más importantes del mundo.

"Peruanos y chilenos debemos tratar de encontrar constantemente razones para reafirmar nuestra unidad y eso es lo fundamental", y agregó que confía en que Perú y Chile algún día podrán superar sus diferencias y lograrán llevar una relación armoniosa. "Así lo espero y creo que eso va a ocurrir", indicó.

Llegó tan alto en la diplomacia, pero...

No sabemos cómo este señor tiene el desparpajo de hablar de las relaciones entre el Perú y Chile, cuando sus negligencias complicaron las relaciones con ese país ladrón, pues Pérez de Cuéllar firmó las escandalosas notas reversales y con ello echó sombras sobre el derecho peruano en la delimitación marítima, por lo cual los delincuentes del gobierno chileno aprovecharon para decir que el punto Concordia no es el inicio de nuestro límite, sino que pretenden correrlo al Hito 1, para así robar nuestro mar.

Esta traición o estupidez de Pérez de Cuéllar complica la posición peruana, claro está, no al punto en que vayamos a perder, pero implica que nuestro litigio deba emprender un camino mucho más escarpado, todo por culpa de las notas reversales firmadas por él, que Chile emplea con malicia.

Entonces, habiendo complicado las relaciones del Perú y Chile, al parecer, este señor ya perdió toda la vergüenza al estar declarando sobre una relación en la cual él jugo un papel perjudicial para el Perú.

Que no compare a Alemania con Chile, país delincuente

Pérez de Cuéllar parece no haber estudiado la historia o tal vez padece de algún problema de pérdida de la memoria, es más fácil creer esto que pensar que este señor malévolamente quiera borrar los crímenes históricos y los latrocinios presentes de Chile, país enemigo.

Lo sucedido entre Francia y Alemania no tiene punto de comparación. Lo que hay de común es que en ambos casos hubo un país agresor y un país agredido. Lo demás dista mucho de ser equivalente.

En primer lugar, las tropas alemanas ―aunque se trató de una ocupación en parte cruenta― no cometieron los actos de saqueo, pillaje y violación con la población francesa como hicieron los chilenos en su delincuencial accionar en el Perú.

Segundo, Alemania había ocupado los territorios de Alsacia y Lorena durante la Segunda Guerra Mundial. Esas tierras eran objeto de la ambición alemana desde 1870, cuando el militar alemán Moltke las ocupó durante la guerra franco-prusiana, pero, al perder los alemanes, dejaron entonces esos territorios. Lo mismo sucedió durante la Primera Guerra Mundial y después durante la segunda.

En cambio, Chile no ha devuelto los territorios de Tarapacá y Arica y ahora usurpa nuestro mar territorial y pretende robar casi cuatro hectáreas de tierra tacneña, por la estupidez de Pérez de Cuéllar y su camarilla.

En tercer lugar, los alemanes de hoy educan a sus niños ―y a su pueblo en general― enseñándoles que Hitler y su régimen nazi cometieron atrocidades y condenando ese pasado, además, está prohibido realizar apología del nazismo o de Hitler. Por el contrario, los chilenos de hoy enseñan a su pueblo y sus niños que los jefes de la Guerra del Pacífico, tales como Lynch, Baquedano y otros, que comandaron la banda saqueadora y violadora chilena, ¡SON HÉROES! Inclusive tienen monumentos levantados en honor a esos pillos. Sus libros de historia los consideran héroes. Un pueblo así educado lleva dentro una mente delincuencial. No es de extrañar que los chilenos sigan armándose y considerando al Perú un botín, como cuando la turba chilena lo gritó en un partido de fútbol contra el Perú en Chile.

Cierto es que formalmente a esos actos se les llama actos de guerra de invasión, pero ellos correspondieron a la propagación y difusión en Chile ―durante décadas―, de una ideología que tras las crítica a Perú y Bolivia como países desorganizados y corruptos, propugnaban la “purificación” de ambas naciones “enfermas” mediante una guerra de usurpación y despojo que se inició en 1879. Por lo tanto, la Guerra del Pacífico y sus consecuencias reflejan la consumación de una criminal y premeditada conducta delincuencial del país agresor. En todo el mundo, el único militar honorable es el que lucha en defensa de su país, repeliendo una invasión; por el contrario, el militar que invade otro país es un delincuente ante la ley internacional.

Caso aparte es el de Pratt. Los chilenos han tenido el atrevimiento de formular al Vaticano un pedido de beatificación de Pratt, quien murió intentando asesinar a Grau. Este personaje, si de verdad hubiese sido santo, debería haberse abstenido de participar en una campaña de usurpación y pillaje. Como sustento del pedido al Vaticano muestran una carta de Grau dirigida a la viuda. Conociendo la caballerosidad de Grau, ¿creen ustedes que él hubiese sido capaz de humillarla en ese momento haciendo alusión a la participación de su esposo en la empresa delincuencial? Obviamente, tenía que haber escrito palabras de consuelo. Por lo tanto, la carta de Grau en esas circunstancias no cambia el hecho de que Pratt apoyó la usurpación y el saqueo.

En cuarto lugar, Chile está muy lejos de la altura del pueblo alemán, un pueblo de primer mundo y educado, que es respetuoso de las leyes, que ha ganado limpiamente el primer lugar de potencia europea, no como Chile,  país atrasado que tiene lobbistas que buscan corromper autoridades y penetrar en la prensa peruana y de los otros países vecinos para defender sus intereses contra los intereses nacionales. Y el pueblo peruano está lejos del educado pueblo francés, donde tiene acceso a la buena educación desde el más pobre al más rico, y donde el francés respeta a su patria, y entre los políticos actuales franceses no hay, como en el Perú, políticos hambrientos dispuestos a vender soberanía y riquezas al lobby que más le pague, mucho menos permiten que se coloque un busto a un hampón nazi, como acá han tenido el descaro de permitir nuestros marinos y el traidor Allan Wagner.

Teniendo la clase de países que tenemos, no podemos abrazarnos alegremente como lo hacen franceses y alemanes, porque el chileno, Caín de América, siempre está esperando listo con el puñal en la mano para hundirlo en el peruano.

No sabemos cómo este señor Pérez de Cuéllar tiene agallas para hablar en público sobre el Perú y Chile. ¿Por qué entonces no explica por qué firmó las notas reversales?

¿Por qué más bien no repara en algo el mal que hizo en la Cancillería y no propone una evaluación de todos los esperpentos que mantenemos bien pagados y bien vestidos, para que así echemos de la carrera diplomática a sujetos como los traidores Fabián Novak o Allan Wagner?


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