La actual invasión chilena del Perú y la grave omisión del Presidente de la República

En pleno siglo XXI, Chile invade territorio del Perú

Como se informó, el canciller chileno Mariano Fernández, después de su viaje a Europa, donde se reunió con los abogados que contestarán la demanda peruana ante La Haya, sostuvo que los límites seguirán igual e insistió en desconocer el punto Concordia.


Mariano Fernández sostiene que el límite inicial entre los dos países es el paralelo 18 °21” 03”, marcado con el Hito 1, tierra adentro, y no el punto Concordia, a la orilla del mar, en el paralelo 18° 21” 08”, según establece el Tratado de 1929.

En La Haya no se discute la posesión ilegal de las casi cuatro hectáreas de Tacna que ejecuta Chile al desconocer el punto Concordia, sino la delimitación marítima. Pero toda delimitación marítima tiene puntos de partida en los límites terrestres. Es decir, trazar un límite partiendo del punto Concordia, como lo hace el Perú, es el límite correcto. Trazarlo desde el hito 1 recorta dominio marítimo al Perú.

Fernández en actitud errática

En cuanto a Fernández, primero dijo que Chile rechazaría la competencia de la jurisdicción de La Haya. Ahora, tras reunirse con los abogados defensores de Chile en Europa, proclama un triunfo y —como si fuese el Perú el que huye de la sentencia de La Haya— demanda al Perú aceptar el fallo de La Haya.

De modo que las poses del canciller chileno tienen más el color de la confusión y de la improvisación que las de una convicción de Estado, pues no reflejan un rumbo seguro ni estable.

Posición del Perú

Frente a la usurpación chilena del área terrestre correspondiente al punto Concordia, el canciller peruano José Antonio García Belaúnde, en el año 2007 minimizó el asunto al señalar que esa porción invadida por Chile es del tamaño de “su chacrita”, infeliz frase que le valió críticas de muchos.

Cuando el gobierno chileno crea la región Arica Parinacota, el Perú protestó ante el entonces canciller Alejandro Foxley, porque el proyecto de ley desconocía el punto Concordia y consideraba en su lugar el hito 1. Finalmente, el Tribunal Constitucional chileno decidió dar la razón al Perú, al confirmar el contenido del Tratado de 1929, y, consecuentemente, la mención de dicho hito 1 se suprimió en la ley.

Ocupación

No obstante, el gobierno de Bachelet se niega a dejar de incursionar en ese territorio peruano de casi cuatro hectáreas, al cual impiden ingresar a los peruanos. Lo grave es que el gobierno aprista, lejos de exigir al gobierno de Bachelet respetar el Tratado de 1929, decidió reprimir una visita realizada por los nacionalistas a esa zona el 4 de abril de 2007, vísperas del aniversario de la guerra de rapiña de Chile contra el Perú.

En cualquier parte del mundo la ocupación de territorio por un país vecino implicaría una respuesta inmediata, es decir, desalojo del invasor y ejercicio de la soberanía.

García se ha caracterizado por una actitud de complicidad con los chilenos, pues lejos de hacer respetar la soberanía peruana, reprime marchas como las realizadas a ese punto de nuestro territorio, al mismo tiempo que permite la ocupación chilena de esa área, para que el enemigo tenga argumentos de posesionario. No sólo eso, otorga privilegios a los chilenos mediante un TLC con Chile lesivo a los intereses nacionales.

De esta forma García incumple la Constitución Política del Perú, pues según su Artículo 118 corresponde al Presidente de la República:

1. Cumplir y hacer cumplir la Constitución y los tratados, leyes y demás disposiciones legales.
15. Adoptar las medidas necesarias para la defensa de la República, de la integridad del territorio y de la soberanía del Estado.

García no hace nada por hacer respetar el Tratado de 1929 al permitir la ocupación chilena de las cuatro hectáreas en Tacna traicionando así a su obligación de “Adoptar las medidas necesarias para la defensa de la República, de la integridad del territorio y de la soberanía del Estado”, según la Constitución manda.

El Congreso, antes que ocuparse de escandaletes, debería introducir precisiones en el Código Penal para tipificar con más claridad esta clara traición a la patria, lo que facilitaría la acusación de un Presidente de la República que incurra en graves omisiones a favor de un país invasor de nuestro territorio, como lo hace el actual Presidente con Chile, situación que podría darse con cualquier país limítrofe.

Además, urge erigir un espigón, no hay justificación para que no se reuna una comisión mixta para señalar el punto de construcción, que debió ejecutarse desde 1930, pues la capacidad de levantar construcciones a la orilla del mar tiene milenios, como lo demuestra por ejemplo el célebre faro de Alejandría.