Herbert Mujica Rojas

El gobernador de Tacna, Luis Torres, por falta de información, sin la menor duda, ha sugerido la donación de terrenos para usarlos como albergue de los ciudadanos foráneos, predominantemente venezolanos, en esa ciudad fronteriza.

 

tratado peru chile 1929



Nos negamos a creer que esté en los planes del gobernador crear un conflicto internacional de consecuencias inimaginables. Todo debe ser pura y franca ignorancia.

En el Protocolo Complementario de 1929, en su Artículo Primero, se estableció lo siguiente:

“Los Gobiernos del Perú y de Chile no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte de los territorios que, en conformidad con el Tratado de esta misma fecha quedan bajo sus respectivas soberanías, ni podrán sin ese requisito, construir, a través de ellos, nuevas líneas férreas internacionales”.

Imprescindible recordar que el Tratado de 1929, firmado el 3 de junio de aquel año, definió las fronteras terrestres entre Perú y Chile, tema irresuelto hasta esa fecha desde el comienzo de la guerra de invasión planteada por el país del sur al nuestro, en abril de 1879.

Sobre el Artículo Primero del Protocolo Complementario, escribió el tempranamente desaparecido ilustre embajador Félix C. Calderón, en su imprescindible libro El Tratado de 1929: La otra historia:

“Cómo puede apreciarse, ella consiste en la autolimitación que ambos países se han impuesto respecto a la suerte de Tacna y Arica, después de la entrada en vigor del Tratado de 1929” (p.290).

Es más, precisa Calderón que “De origen chileno e incluida a insistencia de ese país (el artículo 1º del Protocolo), lo que se persiguió con esa cláusula fue frustrar cualquier eventual arreglo peruano-boliviano en detrimento de Arica. Stricto sensu, esta limitación debió haberse aplicado solamente a Chile, como resultado de la cesión territorial de Arica que hizo el Perú. Lo curioso del caso es que habría sido la libre disponibilidad del Perú sobre Tacna, sobre todo en lo que se refiere a la construcción de una nueva vía férrea hacia La Paz, lo que habría querido restringir Chile. Y para ello no se le ocurrió nada mejor a la Cancillería de La Moneda que recurrir al texto del artículo sexto del Tratado boliviano-chileno de 10 de agosto de 1866, tal como lo recordara Culbertson” (p. 290, op. cit).

Obsequiar, ceder, alquilar en Tacna, a foráneos no peruanos ni chilenos, terrenos, representaría una virtual violación del Artículo Primero del Protocolo Complementario de 1929.

Y si un país viola un tratado internacional, se faculta a que el otro u otros, hagan lo propio, con señalada responsabilidad de los que perpetran el irrespeto, en este caso, Perú.

¿No es suficiente el cúmulo de intrincados problemas políticos, económicos, productivos, de profunda división civil, con predominancia de los grupos más poderosos y minoritarios, sobre una mayoría desposeída y muy pobre, como para agregar un desacato absurdo y temerario? ¿Y sin que traiga beneficio, el más mínimo, al Perú?

Consulté con fuentes y colegas en Tacna. Y el consenso de reprobación hacia cesiones o alquileres o cualquier cosa parecida, es unánime.

Los ciudadanos no peruanos pasean por todo Tacna, caminan con sus carpas, reposan donde pueden y ya existe el registro de asaltos y líos en detrimento de los lugareños que no pueden transitar libremente.

Tenemos la convicción que nuestra Cancillería tomará en cuenta esta variable tan importante de un Tratado que, como el de 1929, costó casi 50 años, concluir con todas sus dolorosas consecuencias que definieron el fin de la guerra (1879-1883).

¿No es hora de sugerirle al gobernador de Tacna que lea algo más para que no incurra en la emisión de burradas? La ignorancia no es excusa para malograr e insultar a la historia, madre y maestra.

En Tacna hay un funcionario diplomático a cargo de la Oficina Desconcentrada del Ministerio de Relaciones Exteriores en esa Región, que debería instruir y advertir al gobernador de su craso error y de las consecuencias negativas que podría acarrear su disparate.

Pero, si el que está en Tacna de RREE, no se dio por enterado, estoy cierto que los sabios pensantes que tiene Cancillería en su sede central, si exhibirán alguna preocupación por el asunto. No es para menos.

En momentos de conflictos sociales, y éste lo es, en grado sumo e involucra a personas no peruanas, se extraña la voz de los políticos. No es que sean muy inteligentes, pero el tema es francamente escandaloso.

¿Y han previsto algo los hombres de prensa? ¿O están muy ocupados en la chismografía banal de ocurrencias sin ninguna trascendencia?

Repitamos con González Prada: ¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

 

26.04.2023