En el portal del diario español ABC (Salamanca) del 3 de agosto de este año, con el título “La colaboración vecinal logra un mes de julio sin fuegos en Las Batuecas”, se lee:

Lo mismo ocurre con las empresas que se dedican a la explotación de la caza, conscientes de que los incendios contravienen el mantenimiento de especies tan ansiadas por los cazadores como la cabra montesa. Por su parte, los vecinos y las corporaciones locales entienden que los incendiarios deberían de ser conscientes del peligro real, ya que existe mucho temor a que en uno de los fuegos intencionados las llamas se cuelen en el casco urbano.


Comentario


1) El verbo contravenir significa actuar en contra de lo mandado. Por tanto, para ello se requiere de la voluntad de una persona, quien decide infringir la norma establecida. Los incendios no son personas que contravienen mandatos, son hechos que ocurren como consecuencia de una circunstancia fortuita o por acción intencional.


2) El verbo deber funciona como auxiliar en perífrasis de infinitivo que denotan obligación y suposición o probabilidad.

Cuando el significado del verbo deber es obligación, a debe le sigue un verbo en infinitivo: debe contestar. Con este sentido, la norma culta rechaza hoy el uso de la preposición de ante el infinitivo: debe de cumplir.

Cuando el significado del verbo deber es probabilidad o suposición, a debe le sigue la preposición de antes del verbo en infinitivo: debe de haber terminado. Con este sentido, la lengua culta admite también el uso sin preposición: debe haber terminado.

En el ejemplo el sentido es obligación y no suposición: “deberían ser conscientes” y no “deberían de ser conscientes”.

 

Podríamos decir por ejemplo:

Lo mismo ocurre con las empresas que se dedican a la explotación de la caza, conscientes de que los incendios afectan el mantenimiento de especies tan ansiadas por los cazadores como la cabra montesa. Por su parte, los vecinos y las corporaciones locales entienden que los incendiarios deberían ser conscientes del peligro real, ya que existe mucho temor a que en uno de los fuegos intencionados las llamas se cuelen en el casco urbano.