En el diario limeño Perú.21 del 24 de febrero de este año, con el título “SMP: Clausuran locales donde se ejercía la prostitución clandestina [VIDEO]”, se lee:

 

La zona se había convertido en el punto donde trabajadoras sexuales ofrecían sus servicios en hostales o bares gracias a las mafias que se dedican a la trata de personas que operan en el lugar.

 

Comentario

1) Es incorrecto el uso de corchetes en lugar de paréntesis, que corresponde en el contexto.

 

2) Desde hace algunos años se ha difundido el uso del término “trabajadora sexual” en lugar de prostituta o meretriz. Los promotores, dentro y fuera del Perú, por lo general son miembros de ONG defensoras de la mujer, ayudados por la prensa afin a su pensamiento, quienes creen que ello dignifica a aquellas mujeres.

La prostitución no es un trabajo, decir eso es denigrar a todo trabajador, pues todos los trabajos son dignos y no se puede incorporar en la categoría de trabajo a la prostitución.

Si no es trabajo, ¿qué es? Es un acto de degradación moral, que tiene agravantes, como cuando se realiza en lugares públicos no autorizados para ello, causando escándalo, desorden, afectando la moral pública, incluso a niños. Con ello dañan los espacios residenciales o comerciales devaluándolos y tornándolos en zonas que evita el público.

La prostitución, también puede dañar físicamente al transmitir diversas enfermedades ya conocidas.

Esclavas sexuales

No obstante, cuando hay mujeres que son obligadas a prostituirse, no se puede decir que sean prostitutas, sino esclavas sexuales, víctimas de trata, de proxenetas o de explotación sexual. Son muy diferentes a las que ejercen el meretricio por voluntad propia. Pero ese término no es fácil de emplear en la información periodística, pues en las operaciones policiales, donde los datos son preliminares, no siempre se puede determinar si fueron obligadas o no al meretricio, lo cual sólo se puede afirmar con seguridad si son menores de edad.

Las prostitutas son personas que requieren de ayuda social, psicológica y material para salir de su oscuridad. Aunque no sean indigentes, sino mujeres de clase media que quieren acumular bienes materiales, o argumenten que quieren pagar sus estudios, se trata de personas vulnerables al haber caído a un nivel tan bajo que ninguna familia quisiera para sus hijas. Lo mismo se puede decir de los hombres que ejercen la prostitución.

De otro lado, el término “trabajadora sexual” favorece a los proxenetas, pues normaliza esta actividad y hasta los proxenetas podrían jactarse de dar empleo.

Se trata de una actividad nociva para la ciudadanía. Toda sociedad que tolera la prostitución es atrasada, no se puede decir que se trate de una sociedad desarrollada ni avanzada, por más que ostente gran desarrollo tecnológico y científico.

Dicho lo anterior, el término "trabajadora sexual" debería ser evitado, por más que continúen promoviéndolo sujetos a sueldo de diversas ONG, grandes en ansias de figuración, pero pequeños en entendimiento.