En el diario El Comercio de hoy 18 de enero de este año, con el título “Los que no marchan”, se lee en su editorial:

Si esto fuese conocido o entendido, este Diario se resistiría a creer que habría quien salga a protestar de buena fe en nombre de la “justicia social” porque se está dando una ley que hace más barato – y por lo tanto más posible– que parte de personas que hoy no tienen ningún derecho laboral pasen a acceder a alguno de ellos. Salvo, claro, que se entienda que la “justicia social” es algo que puede ser adquirida por una minoría (los que tienen la suerte de estar contratados por las empresas, en su mayoría grandes, que trabajan en la formalidad) a costa de una mayoría (los que ven sus posibilidades de ser contratados formalmente disminuidas cuanto más caros sean estos tipos de contratos, en un país en el que los empleadores de dos tercios de la población empleada son mypes).

En el portal del diario español El Mundo del 11 de enero de este año, con el título “Los remiendos lustran al Sevilla”, se lee:


La clasificación habla de un Sevilla portentoso. La realidad muestra cualquier cosa menos ésa. Juega poco y simple el grupo de Emery, tocado por las bajas y con problemas serios en todas las líneas. Beto se aleja cada día más de la figura de un portero fiable, la defensa sufrió la lesión de su líder Pareja, el mediocampo adolece de creatividad y arriba Bacca pasa por un momento seco. La situación no es sencilla para Unai Emery, entrenador que pese a campeonar no enamora precisamente al sevillismo, entre otras cosas por decisiones aparentemente peregrinas. Una de ellas fue la de apartar a Iborra. Merece la pena detenerse en este punto.

En el portal del diario limeño El Comercio del 26 de diciembre de 2014, con el título “Tasa de interés promedio de tarjetas bajó a 40,1% en noviembre”, se lee:

Por otro lado, el número de tarjetas utilizadas avanzó 3,4% en el onceavo mes, respecto al mismo en el 2013. Así, para este mes la suma de tarjetas en poder de clientes financieros fue de S/.8,36 millones.

lengua serpiente 2Por Robert Fisk

Dianne Feinstein, presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, presentó el 9 de diciembre el informe sobre técnicas de tortura de la CIA en la guerra contra el terrorismo.

Gracias a Dios por Noam Chomsky. No por toda una vida de asaltos devastadores a nuestra hipocresía política, sino por su lingüística. Mucho antes de llegar a conocerlo, en mis tiempos de estudiante, cuando me afanaba en mi curso universitario de lingüística, el trabajo de Chomsky me alertó sobre el uso pernicioso del lenguaje. Por eso condeno de inmediato la vil semántica del Pentágono y la CIA. No sólo esa vieja frase lobuna “daño colateral”, sino el lenguaje entero de la tortura. O, como la llaman los chicos que torturan en nuestro nombre, “técnicas perfeccionadas de interrogación”.

En el portal de la BBC del 17 de noviembre de este año, con el título “Las tierras que llevaron a la caída de un presidente en Paraguay”, se lee en el artículo de Veronica Smink:

Sin embargo, a último momento el juzgado suspendió el proceso -la segunda postergación que anuncia en 2014- con el justificativo de que no había logrado convocar a unas 50 personas llamadas como testigos.

En el portal del diario español El Mundo del 4 de diciembre de este año, con el título “Lufthansa se mantienen en huelga por tercer día en esta semana”, se lee:

El sindicato de los pilotos, Vereinigung Cockpit (VC), decidió ayer mantener la convocatoria de huelga, que será la tercera en esta semana después de las realizadas lunes y martes, primero en vuelos domésticos y de medio recorrido, para extenderse en la segunda jornada a los intercontinentales.

En el diario limeño El Comercio del 22 de noviembre de 2014, con el título «Lorena Salmón: "Ni un pelo de tontas"», se lee:

La cosa siempre ha sido así. Es un misterio pero las mujeres siempre queremos el pelo que la genética no nos pudo dar. Las lacias añoramos los rulos libres y voluptuosos. Las rizosas gastan un presupuesto designado exclusivamente para plancharse el pelo (aunque esto suena vintage), hacerse el laceado japonés o ponerse keratina en toda la cabeza, práctica que sospecho, además, tóxica porque cada vez que voy a la peluquería y soy testigo de este procedimiento, estilista y cliente tienen que salir al aire libre para hacerlo.

En el portal del diario español El País del 12 de setiembre de este año, con el título «Torres-Dulce: “Se legisla a golpe de alarma social”», se lee:

El jefe de los fiscales aprovecha todas sus comparecencias para reclamar medios y reinvindicar cambios legislativos que otorguen a los representantes del ministerio público mayor autonomía e iniciativa en los procesos penales.