Recortes de libertad, seguridad y democracia

libertad de expresion

Por Xavier Caño (*)

En 2007, más de 500 medios informativos fueron censurados, según informe de la organización internacional ‘Reporteros sin Fronteras”. La censura aún fue más feroz en Internet, especialmente en foros de discusión y blogs. China se llevó la palma, pues, aparte de otras tropelías, cerró 2.500 web, blogs y foros mientras se celebraba el congreso del Partido Comunista de China. En Siria, el gobierno hizo imposible en Internet el acceso a la red social ‘Facebook’, así como a la red telefónica ‘Skype’ y al servicio de correo electrónico ‘Hotmail’. Y en Myanmar, antaño conocida como Birmania, la dictatorial junta militar que sojuzga al país, simplemente cortó el acceso a Internet para evitar que salieran informaciones hacia el extranjero. Hay más, pero nos faltaría espacio.

 

Uno podría pensar que el retroceso de libertades se da en países poco desarrollados o emergentes. No. Tales ataques a la libertad se inscriben en una amenaza más general, que es esgrimir la guerra contra el terrorismo como justificación para convertirnos a todos en sospechosos.

En la Alemania gobernada por Ángela Merkel, al frente de una coalición conservadora-socialdemócrata, se promulga con urgencia una ley ‘para prevenir atentados terroristas’ que permitirá guardar durante medio año los nombres de quienes llamen por teléfono y a quien, desde donde y durante cuanto tiempo. Además, el año próximo, el gobierno podrá espiar el contenido de los discos duros de todos los ordenadores sin autorización judicial siempre que le de la gana, aunque la coalición gobernante a esa voluntad la denomina ‘situaciones ‘excepcionales’. También dejaran de existir los secretos profesionales para abogados, médicos y periodistas.

En el Reino Unido, desde principio de año se ha puesto en marcha la masiva grabación de datos de llamadas telefónicas desde fijos o móviles (nombres, duración, desde donde, a quien). ¿Quién nos asegura que, en nombre de la 'guerra antiterrorista, más adelante no espionarán las llamadas sin más? Desde principio de enero, también se registra masivamente el acceso a Internet, duración de navegación, dirección IP, contactos y asuntos de los correos electrónicos.

Pero lo peor es que para asegurar esas medidas y otras, el ministro del Interior, Charles Clarke, ha dicho a los jueces del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo que ajusten sus sentencias a la política antiterrorista del gobierno de Londres. Clarke ha tenido la osadía de amonestar a los jueces de la más alta instancia jurisdiccional de la Unión Europea por entorpecer medidas del gobierno británico en nombre de los derechos humanos. “Si los jueces no entienden este mensaje, los políticos dirán que tiene que haber un cambio de régimen”, dijo.

El señor Clarke ha descubierto el antiguo régimen, el absolutismo, que se suponía finalizó con las revoluciones americana y francesa a finales del XVIII, aquel régimen en el que el poder ejecutivo era todos los poderes a la vez. Es tan bárbaro tal ataque del señor Clarke al concepto mismo de democracia, que no vale la pena decir nada más. Y todo en nombre de la lucha antiterrorista, en medio de la creciente cultura del miedo con la complicidad de los medios y especialmente de las televisiones.

¿No hay que preocuparse por la seguridad? Por supuesto, pero los sistemas democráticos, con sus tres poderes separados actuando —legislativo, ejecutivo y judicial—, con sus policías y servicios de información, tiene resortes suficientes para actuar contra quienes atentan o pretendan atentar. Siempre y cuando haya voluntad política de hacerlo. Y no parece haberla del todo en tanto continúen ciertas prácticas y errores, nefastos y rentables, como la pervivencia de los paraísos fiscales —donde se blanquea el dinero de los terrorismos del mundo, de la corrupción y del crimen organizado—, como la falta de control del comercio de armas de todo tipo... Caldos de cultivo coadyuvantes de terrorismo y violencia.

El terrorismo es un feroz ataque contra los derechos humanos. ¿Vamos a combatir la agresión contra los derechos recortando derechos? No olvidemos nunca que el poder ejecutivo tiende a querer más poder. Por eso debe haber tres poderes separados.

Ante recortes de libertad, como los denunciados, los habitantes de los países democráticos hemos de elegir entre ser ciudadanos o siervos de la gleba. La seguridad es otra cosa, no es retroceder en libertades.

Escritor y periodista
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