Contra el terror, democracia

Human Rights Watch
Por Xavier Caño (*)

La estadounidense Human Rigths Watch (HRW), en su informe anual sobre derechos humanos, ha acusado a EEUU y a la Unión Europea de ser condescendientes y tolerantes con los Estados disfrazados de democracia; Estados que no aseguran elecciones libres y justas, ni garantizan el respeto de los derechos humanos. Pero son aliados estratégicos.

 

Kennet Roth, director ejecutivo de HRW, ha dicho que “hoy es muy fácil a los autócratas montar con éxito una democracia fraudulenta, porque demasiados gobiernos occidentales piden elecciones, pero nada más”. El informe de HRW considera Estados disfrazados a Rusia, Pakistán, China, Bahrein, Jordania, Nigeria, Rusia y Tailandia, entre otros. Estados amigos, aliados o convenientes para EEUU y la UE.

El informe aparece después de que la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa denuncie que el uso de “listas negras” de sospechosos de terrorismo por el Consejo de Seguridad de la ONU y la UE “viola los derechos humanos, el Estado de derecho”. Y pocos días antes de que el gobierno británico haya endurecido su política antiterrorista, recortando más derechos de los ciudadanos en nombre de la guerra contra el terror: Ampliar a 42 días de prisión sin cargos ni protección judicial los 28 ya existentes para “sospechosos” de terrorismo. Sospechoso es de quien se sospecha, y sospechar es “creer, suponer o imaginar algo por conjeturas fundadas en apariencias o indicios”. ¿No es muy inconsistente que conjeturas sobre apariencias e indicios permitan encarcelar sin derechos a una persona? Huele a totalitarismo.

Al pretender explicar las razones de ampliación del ya largo plazo de detención sin cargos ni protección judicial, la ministra de Interior, Jacqui Smith, ha recurrido a la retórica: “Afrontamos una amenaza del terrorismo sin precedentes… Estamos siguiendo a 2.000 individuos que trabajan para 200 redes con 30 conspiraciones activas… Los complots terroristas están creciendo en escala y se complican…” Pero ni un solo dato, ni un hecho, ni la menor argumentación fundamentada de qué pueda haber de cierto en todo ese blablablá. Afortunadamente, además de la oposición, hasta 38 diputados laboristas están dispuestos a votar contra el proyecto de su gobierno, para salvar el Estado de derecho.

Como ha declarado recientemente el Director de la Sección Española de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, es necesario “que el Reino Unido vuelva a considerarse cuna de la democracia occidental y merezca tal nombre, y que deje de haber esas legislaciones antiterroristas en las que el Ministerio del Interior es una especie de señor feudal que decide sobre todo”.

En el caso de las listas de sospechosos de terrorismo, la Asamblea del Consejo de Europa fundamenta su denuncia en que no hay un modo establecido de ser borrado de esas listas, que hay personas que están en las mismas hace seis años sin que se haya encontrado nada contra, ellas que los incluidos en las listas no tienen derecho a ser escuchados, no tienen derecho a recurrir, no hay juez que los proteja… La Asamblea llega a calificar de “prácticas indignas” mantener y utilizar esas listas de sospechosos de terrorismo por parte de la ONU y de la Unión Europea. Porque son una quiebra del sistema democrático. Porque la democracia no es sólo que cada cuatro años haya elecciones. Ni siquiera si esas elecciones son limpias.

No hay democracia que merezca tal nombre si no hay libertad de expresión. No hay democracia, si no hay libertad de asociación. No hay democracia, si no se puede criticar al poder, tan duramente como sea, y que no pase nada a quien critica. No hay democracia, si los ciudadanos no se pueden reunir donde y cuando quieran. No hay democracia si no hay garantías procesales. No hay democracia sin protección judicial…

En cuanto a la lucha contra el terrorismo internacional, que es un problema grave, sólo dos apuntes. Todos los recortes de libertades perpetrados desde el día siguiente al fatídico 11-S no han hecho avanzar ni un ápice el fin del terrorismo, más bien al contrario. Y, como recordaba Dick Marty, redactor de la resolución del Consejo de Europa contra las listas de sospechosos de terrorismo, “el mejor aliado del terrorismo es la injusticia”. Y, añadimos, la mejor arma contra el terror criminal, la democracia en plenitud.

(*) Periodista y escritor
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