Derecho a la salud o negocio

Medico y paciente
Por Ana Muñoz (*)

Pacientes en salas de espera, nuevos barrios sin centros ambulatorios, largas listas de espera para intervenciones, camas de hospitales en los pasillos… y profesionales desmotivados y cansados, en muchos casos, con más de 200 horas de trabajo al mes. Esta podría ser la realidad de países empobrecidos, sin embargo, se trata de España.

 

Un estudio del Ministerio de Sanidad español estima que en este país faltan 3.000 médicos. España cuenta con tres médicos por cada mil habitantes, lo que sitúa a este país tan sólo por encima de Grecia e Italia. Para paliar esta situación, algunas Comunidades Autónomas han propuesto crear para el próximo año nuevas facultades que impartan la licenciatura de Medicina. Una propuesta controvertida.

Una de las críticas se refiere a que tan sólo tres de esas nuevas facultades serán públicas. Las otras seis son privadas. Por ejemplo, en Madrid tan sólo habrá una pública, la de la Universidad Rey Juan Carlos. En este sentido, la Conferencia de Decanos de Medicina ha explicado que el que haya tantos centros privados puede llevar a que la formación de nuevos médicos se vea como una forma de negocio muy rentable.

Universidades privadas, como la Francisco de Vitoria de Madrid o la San Vicente Mártir de Valencia, ya han anunciado que el próximo año se podrá cursar Medicina en ellas, a pesar de que aún no tienen un programa de estudios homologado y de que no cumplen los requisitos legales para hacerlo, según la Conferencia de Decanos.
Cada año, salen de las facultades de Medicina españolas cerca de 4.000 licenciados y se homologa un número considerable de títulos extranjeros. El número de médicos que se jubilan cada año es de 2.500. Y así se prevé que sea en la próxima década. La comunidad médica y los estudiantes aseguran que la ampliación de facultades no es la solución a la situación del sistema sanitario público.

Los médicos explican que una mejor planificación de las necesidades del sector sería un comienzo para finalizar con el colapso de la seguridad social española. Hay voces que hablan de mantener abiertos los quirófanos más horas. Con más turnos y más equipos de médicos para acabar con las listas de espera. Un mayor número de plazas para los estudios de Medicina, asegura la Conferencia de Decanos, “sólo llevará a una situación similar a la de los años 80, cuando al crear más plazas de las que el sistema pudo absorber, los nuevo profesionales se vieron abocados al paro”.
La Medicina española tiene un gran prestigio fuera de nuestras fronteras. Son considerados profesionales bien preparados y con grandes habilidades. El que haya más plazas, y muchas de ellas en centros privados, puede desvalorizar el título. “Habrá dos tipos de doctores: los que acceden a estudiar Medicina por méritos propios y los que lo hacen en base al poder adquisitivo de sus padres”, explica la Conferencia de Decanos.

El sueldo medio de un médico MIR de un hospital público español está en torno a los 1.109 euros al mes, que puede ascender a 1.500 ó 1.900 según las horas de guardia que este haga. Un médico de ambulatorio, llega a los 39.000 euros anuales; y algo más los médicos especialistas de un hospital. Sueldos que están alejados de otros países vecinos de Europa. Por ello, muchos profesionales españoles prefieren cambiar de lugar de residencia y tener una mejor calidad de vida personal y profesional. Francia, Portugal, Gran Bretaña, son algunos de los destinos elegidos por los médicos españoles.

La Unión Europea prevé que España perderá en los próximos 15 años cerca de 12.000 médicos. Habrá que enfrentarse a jubilaciones, movilidad geográfica por mejores condiciones de trabajo y bajas laborales por la presión con la que trabajan. En España, aún se puede disfrutar de una sanidad de calidad para todos. La clase política más liberal, sin embargo, cree que para mejorar la situación hay que trabajar en la privatización de la sanidad y en la formación de los profesionales sanitarios. Repetir modelos donde hacer una simple radiografía supone unos cientos de dólares. Donde la salud no es más que un negocio. Se olvidan que la salud es uno de los pilares del Estado de bienestar. Un derecho fundamental.
(*) Periodista
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