Japón arroja al mar más de 11 millones de litros de agua con radiación

fukushima_mar_abr_2011Más de 11 millones de litros de agua con radiación fueron arrojados al mar por Japón, tras semanas de lucha contra el accidente nuclear que siguió al terremoto de 9.0 grados y tsunami que azotó a ese país el 11 de marzo.


Según la Agencia para la Seguridad Nuclear de Japón, no hay riesgos para la salud con estas aguas contaminadas provenientes de la dañada planta nuclear de Fukushima.

La expulsión del agua contaminada se realizó para “facilitar las tareas” de sus operarios que intentan encontrar la fuente de las filtraciones en esta central.

La empresa operadora de esa planta nuclear, Tokyo Electric Power (Tepco) señaló que la operación que comenzó a las 19H00 locales (10H00 GMT), y que en unos cinco días el total que vaciarían es de 11 mil 500 toneladas de agua procedente de depósitos especiales y del sótano de los reactores 5 y 6, las únicas de las seis unidades de la central que están por ahora controladas.

Yukio Edano, vocero del gobierno japonés, dijo que es la única opción que tenían el arrojo de esas aguas, cuya carga es superior en cien veces al límite legal de yodo-131, un nivel relativamente bajo en comparación con el del agua que inunda algunas áreas de la planta nuclear, con una radiación hasta 100 mil veces superior, dijo Tepco.

Precisaron que con ello dejan espacio en los depósitos para almacenar el agua altamente radiactiva que inunda los edificios de turbinas de los reactores 1, 2 y 3, y que “dificulta seriamente las labores de los operarios para enfriar esas unidades”.

Los ingenieros japoneses prevén construir una cortina gigante de sedimentos en el océano para impedir que la contaminación se expanda desde la planta de Fukushima, mientras tratan de recuperar el control de los reactores averiados en el peor accidente nuclear desde Chernóbil, en 1986.

Edano advirtió que las operaciones que buscan controlar la situación podrían durar varios meses.

Ahora se ha corroborado la existencia de una grieta de 20 centímetros en el segundo reactor, con fuga de radiactividad al mar.

Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), 21 de los trabajadores que permanecen en Fukushima sufren alteraciones genéticas a causa de la radiación. Todos ellos deberán seguir reconocimientos intensivos para estudiar su evolución ante el aumento de la probabilidad de sufrir cáncer.

Dos trabajadores, de 21 y 24 años, desaparecidos desde el 11 de marzo en la central de Fukushima, fueron encontrados sin vida en el sótano de una de las unidades de la planta nuclear.