Tras dos días de esfuerzos, los escuadrones de explosivos lograron desactivar la colección de explosivos que quedaron en el apartamento del sospechoso del tiroteo, James Holmes.

 

La policía cree que Holmes planificó el ataque y gastó miles de dólares en armas y municiones que llegaron en 90 paquetes en el curso de varios meses.

Entre las compras en Internet realizadas por Holmes había 3.000 balas de pistola, 3.000 balas de rifle de asalto y 350 cartuchos para una escopeta calibre doce.

Cuando la policía logró ingresar al apartamento de Holmes, que está repleto de bombas, hallaron 30 granadas de mano improvisadas y varios recipientes repletos de pólvora y gasolina. Al menos otras seis armas de fuego fueron encontradas.

Según testigos, es posible que se hayan evitado muchas muertes más debido a que el arma de Holmes se trancó cuando estaba disparando contra la multitud.