Príncipe Carlos: “culpo a los transgénicos por los suicidios de los agricultores”

Asocia los transgénicos al “comercio sin moralidad” y “ciencia sin humanidad”

A menos de dos meses de su condena a los transgénicos, el príncipe Carlos subió el tono de sus ataques esta semana y no dudó en culpar a los transgénicos del “verdaderamente espantoso y trágico” número de suicidios de agricultores pobres de la India, dejando en claro que no se amilana por las críticas que ha recibido por su postura.


Las duras palabras del príncipe resonaron en la conferencia de grupos antitransgénicos llevada a cabo en Nueva Delhi esta semana.

El príncipe manifestó que no se preocupa por esta materia porque es algo bueno para su propia salud, sino “precisamente porque creo fundamentalmente que, a menos que trabajemos con la naturaleza no conseguiremos restaurar el equilibrio que necesitamos para sobrevivir en este planeta”, aseguró.

Carlos puso de relieve uno de los puntos más dramáticos del debate sobre los transgénicos: los suicidios de pequeños agricultores. Decenas de miles agricultores se suicidaron en la India tras encontrarse envueltos en deudas apremiantes. Una de las razones serían los altos costos de las semillas.

En su discurso, en el que participó por invitación del Dr. Vandana Shiva, fundador de Navdanya, el príncipe de Gales subrayó “la verdaderamente espantosa y trágica tasa de suicidios de agricultores en la India, originada en parte por el fracaso de muchas variedades de transgénicos”.

Se atribuyen fallas a la variedad de algodón Bollguard de Monsanto, pese a que esta compañía defiende su algodón transgénico y aduce que las semillas llegaron después de los suicidios.

Carlos advirtió que los transgénicos “inevitablemente contaminarán los campos vecinos”, lo que hará imposible mantener la integridad orgánica de las cosechas convencionales y añadió que por primera vez en la historia esto ocasionará que un sistema de agricultura de un hombre destruya efectivamente la elección de otro hombre y “convierta toda la cuestión en una materia moral global”.

Citó a Mahatma Gandhi, que condenó el “comercio sin moralidad” y “ciencia sin humanidad” y agregó que nos debemos preguntar si (aunque sea sólo por precaución) sería sabio mantener algunas áreas del mundo libres de transgénicos.

El príncipe condenó la pretensión de que “los transgénicos son esenciales para alimentar el mundo” señalado que las cosechas transgénicas son menores que las convencionales y consideró —esas pretensiones— como un desvío equivocado en el camino que el mundo debe seguir para una alimentación sostenible y durable, además de ser una distracción riesgosa y cara, que distrae la atención sobre los recursos reales y sobre las soluciones de largo plazo, como las variedades de cosechas que responden bien a sistemas de bajo esfuerzo, que a su vez, no emplean combustibles fósiles.

Hay evidencia sustancial “que muestra que una población en crecimiento puede ser alimentada de manera más exitosa a largo plazo con sistemas agrícolas que emplean la tierra con límites ecológicos”, indicó.

Añadió que estudios recientes muestran que las técnicas de agricultura orgánica han incrementado la producción en Brasil en 250% y en Etiopía hasta en 500%, y señaló que el profesor Bob Watson, ahora jefe científico del Department for Food, Environment and Rural Affairs del Reino Unido, respalda a la agricultura orgánica antes que a los transgénicos para combatir el hambre.

Kirtana Chandrasekaran, de Friends of the Earth, admitió que el príncipe tiene razón, pues las cosechas transgénicas y los cultivos industriales están enriqueciendo a las grandes empresas y no están alimentando a los pobres.