Guerra e intercambio tecnológico

Soldado ruso en un Humvee

¿Israel venderá a Rusia sus aviones sin piloto?

Medios de prensa de Rusia informan de la intención que tiene ese país de comprar en Israel aviones de reconocimiento sin piloto (en inglés se llama drone ‘zángano’ a este tipo de avión). Es una noticia sorprendente, porque los rusos, desde tiempos de la Unión Soviética hasta la fecha venden armamento a países con los que Israel ha tenido o podría tener guerras.

Una explicación sería que, pese a todo, hay un ambiente político de distensión entre ambos países. Por ejemplo, los rusos pueden entrar sin visa a Israel (y viceversa) y los partidos de gobierno de ambos países han abierto filiales en la capital del otro (los judíos en Rusia, y los rusos en Israel). Añádase a esto el gran número de turistas rusos que llegan a Israel (son más que los turistas franceses, por ejemplo). En todo esto, debe tener algún peso el hecho de que la sexta parte de ciudadanos israelíes son de origen soviético o ruso.

Tales buenas relaciones, sin embargo, no explican bien cómo los israelíes pueden vender a Rusia esos aviones, que son el resultado de años de esfuerzo técnico y científico y que, por supuesto, contienen secretos tecnológicos. Los aviones sin piloto son por lo general mucho más pequeños que los aviones tripulados, lo que dificulta muchísimo derribarlos desde tierra con fuego antiaéreo (sí son fácilmente derribables por aviones de combate). Estas aeronaves no tripuladas cumplen fundamentalmente dos funciones: a) realizar reconocimiento electrónico (descubrir las frecuencias de comunicación radial y de radar del enemigo); b) transmitir imágenes de los lugares sobrevolados.

Intercambio tecnológico militar

Con o sin guerra, no es raro que material bélico caiga en manos de un país hostil. Durante la guerra de Corea, los estadounidenses ofrecieron una elevada recompensa para quien desertara hacia Occidente con un MiG-15, avión de retropropulsión ruso que causaba estragos en la fuerza aérea de Estados Unidos y sus aliados, y lograron que un piloto norcoreano aterrizase en Corea del sur a bordo de esa buscada aeronave. Los rusos se resarcieron de esto cuando un Sabre F-86 estadounidense se vio obligado a hacer un aterrizaje forzoso en la zona comunista.

Descartando que Israel arriesgue su seguridad al vender aviones sin piloto a Rusia, noticias publicadas por fuentes israelíes e iraníes indican que las razones de la posible venta son otras que las esbozadas: simplemente los aviones sin piloto israelíes (algo mejores que los rusos) ya no contienen ningún secreto tecnológico.

Ocurre que durante el conflicto de Georgia (mes de agosto de este año 2008), los rusos contraatacaron con todo para desalojar a los georgianos de Osetia del Sur. Así, mientras la infantería, blindados y aviones golpeaban a los georgianos, fuerzas especiales rusas (Spetsnaz) en ataques sorpresivos incursionaron en bases militares y aéreas de  Georgia, con la finalidad de destruir objetivos predeterminados, capturar documentos y personas importantes y llevarse armas y artefactos tecnológicos de valor.

Entre el botín capturado por las fuerzas especiales se cuentan precisamente aviones sin piloto que Israel había proporcionado a Georgia. Ante esta realidad, lo que les queda a los israelíes es hacer negocios con Moscú. En muy corto tiempo los ingenieros y científicos rusos han de haber desmontado y analizado minuciosamente todos los sistemas de propulsión, electrónicos y de aeronavegación de los aviones sin piloto. Con los avioncitos completamente desmontados y estudiados y ya sin secreto tecnológico que descubrir, y posiblemente teniendo a sus especialistas ocupados en el desarrollo de diversos proyectos, ha parecido razonable a los rusos prever la compra de tales aviones, en vez de hacerlos ellos mismos.

Por el lado israelí, una ventaja no económica de la venta es que tendrían cierto control sobre el destino de los aviones vendidos; por ejemplo, pueden poner como condición que los rusos no los revendan ni pasen su tecnología a países hostiles a Israel.

Los estadounidenses, aunque no han perdido en Georgia tecnología tan sensible como los israelíes, tienen también motivo para sentirse fastidiados. Parte del botín de guerra han sido varios Humvee de último modelo. Los yanquis reclamaron: “¡Devuelvan los Humvees o paguen!”, ingenua petición que entre los aludidos sólo causó sonrisas y comentarios sarcásticos.