soldados siria 2Tamer Sarkis Fernández: DIARIO UNIDAD/Liga Siria Antidifamación

Hace dos semanas el diario El Mundo publicaba una noticia en torno a la ofensiva antimercenaria y antiyihadista que los kurdos vienen protagonizando al nordeste de Siria. En la noticia, El Mundo se hacía eco de las angustiosas declaraciones hechas al Observatorio Sirio de Derechos Humanos por el General Salim Idris, oficial militar máximo del Ejército Libre de Siria, y que enseguida habían sido reproducidas por la Agencia REUTERS. El General se lamentaba casi textualmente como sigue: “Tanto las brigadas Al-Nusra como el ISIS (Estado Islámico de Iraq y del Levante) están perdiendo posiciones aceleradamente a favor de los kurdos en el nordeste. Estos ocupan más y más terreno mientras se apropian de yacimientos petroleros, de los campos y otros recursos. No hay derecho: están acaparando aquello que no pertenece sino a Siria y a los sirios en su conjunto. Miles de árabes, habitantes de las aldeas y pueblos de la zona, huyen despavoridos”.

No deja de ser clarificador (de nuevo) escuchar al “poli bueno” del ELS dando alerta sobre la desbandada entre sus compinches los “polis malos” de al-Nusra y del ISIS, poniéndose al descubierto tanta patraña relatada sobre el supuesto “desvínculo interno”, “opositor”. Además, tiene este señor más cara que espalda:

(1) Los kurdos habrían de estar desplegándose ocupando territorio (porque por lo visto ése no es su territorio; son kurdos alienígenas);

(2) Los combatientes en las filas de al-Nusra y el ISIS, con quienes han procurado entenderse corriendo distinta suerte unas u otras brigadas del ELS, por lo visto sí son sirios (¡!); 

(3) Recorrer, tal y como el ELS, pueblos y territorios ejerciendo de apocalípticos jinetes del etnicismo, aniquiladores de cuanto no sea exclusivismo sunní (y a decenas de miles de víctimas sunníes para empezar), sí debe de albergar perspectiva “de Siria y de los sirios en su conjunto”;

(4) En el sentido del punto (3), los lugareños árabes de ese área y de otras no huyen ante el avance de losmercenarios y de los fanáticos sectarios, entre ellos los comandados por Idris. De quien han huido y huyen las decenas de miles de sirios expulsados (mal llamados “refugiados de guerra”), sería nada menos que “del avance kurdo”, y no del ELS. ¡¿Pero se puede caer más bajo?!

(5) Los salteadores proturco-qataríes del ELS sí son ejemplares guardianes de la Soberanía Nacional siria sobre recursos, entregando el petróleo a la UE y a Turquía, caso también del algodón, mientras las hileras de camiones cargados con las piezas industriales de plantas enteras desmontadas, pasan la frontera Norte. Otro tanto decir de al-Nusra y sus “guerreros” parasitarios, quienes se han ido montando en la región una especie de chiringuito precapitalista estilo “neodespotismo Oriental”, sólo que puramente predador y donde la visión de productividad agraria brilla por su ausencia.

Pero lo de verdad “curioso” (y ahí voy) es leer a Idris categorizar coincidiendo en el fondo con esos “activistas” y “periodistas” que, desde fuera de Siria, en uno u otro lugar del Mundo, se erigen en voz paladina de los supuestos deseos kurdos en mi país: los kurdos no son sirios; son un ente aparte, una variable a abstraer, a demarcar y a crearle “condiciones propias”, y a tal fin tienen “sus tierras”, debiendo desenvolverse en su reserva y sin “ocupar” las tierras “de los demás”. Este parece ser el axioma. Supuesta obviedad en que confluyen unos y otros, los asesinos de los kurdos como Idris y su “ejército libre”, y quienes les toman la palabra a los kurdos.

Pero, ¿Es esto así?, ¿así lo quieren por lo general los kurdos allá?

Nuevos empleadores para los huérfanos del Jhruschovismo      

Para sorpresa de los más, Siria ha encajado a las duras el tremendo puñetazo con que desde hace casi tres años el hegemonismo anglo-sionista ha querido romperla para dar luego legalidad internacional a cada uno de los pedazos en nombre de la seguridad y la soberanía de las “distintas” poblaciones. Viejo y recurrente es el uso wilsoniano de la “autodeterminación”, de Panamá a Sudán del Sur pasando por Eritrea y por Kosovo. Este último trozo de Yugoslavia, más que un país con base de la OTAN, es una base de la OTAN detentando a un país. Quizás en el Mediterráneo occidental puedan los yanquis y su ejército abrir una nueva franquicia, pero ya ha fracasado la repartición de Siria en áreas de influencia “homologables”. Remover “la cuestión kurda” y atribuirle una aparentemente tautológica territorialidad, es el último tren de los estadounidenses, que estos verán pasar también dado su drástica irrealidad. El sionismo tendrá que conformarse con la plataforma militar y de inteligencia que Israel ha instalado ya en Azerbayán. Demasiado tarde para los azeríes, quienes ahora se arrepienten, mirando como miran hacia una “confederación económica y comercial” centroasiática que imanta hasta a Georgia y crece a los rusos en calidad de avalistas a cambio del viraje geopolítico georgiano.

No obstante, no es de extrañar que en su ensueño de tallarse un caballo de Troya como delantera, el sionismo en general y sus agentes regionales qataríes en particular compren y paguen bien, aquí y acullá, a sus nuevas barraganas de la pluma, de la cámara, del clip o de la canción. Los sionistas y sus arabescos golfos tienen donde elegir entre tanto exdependiente del jhrsuchovismo, legión de huérfanos desclasados con la caída de aquel nloque revisionista que los nutría, y que corrieron oportunistas al Otro Lado con tal de seguir ejerciendo “la revolución” como profesión (en este caso, “la revolución siria” in diferido y a distancia, o “la kurda”). Era eso o nada. El mercado laboral no entiende de “profesionales de la revolución”, pero la cultura de la dependencia había terminado por acostumbrarlos a no tener que saber hacer otra cosa.

Urgió “renovarse” hacia la socialdemocracia y entrar a la postre en el Parlamento del imperialismo español, a cogestionar el expolio allende los mares y la explotación del proletariado “propio”, genuflexión borbónica mediante. Así que ahora trabajan con al-Jazeera o cobran en $. El Emir dirige sus filmaciones. Los servicios de Estado galos (recaderos de la finanza USA) ingresan en cuenta bancaria a los diarios. Tan mantenidos en el tiempo como Arzalluz, y comiendo de la misma mano. Por desgracia la naturaleza del hegemonismo es así: un pólipo canceroso que alarga sus tentáculos tocando los confines del Planeta y guardando una carta de juego en cada una de sus terminaciones. Maneja a los cazarecompensas que se llevan a los kurdos por delante y, sin embargo, ante el fracaso de los primeros en implementar una biopolítica de las poblaciones homogeneizadora en parcelas, el propio hegemonismo agita ahora la bandera de llevarse al menos un trocito de Siria a la boca y a la cartera, suponemos que para berrinche de los Salim Idris y de los Erdogan de turno, ladrones que pueden acabar finalmente siendo robados de un enclave que desde hace un año y pico venía siendo su oleo-pozo particular.

Los (supuestamente) “pobres kurdos” de Siria: última tabla de salvación para la agenda de quienes pagan y para el bolsillo de quienes cobran por “informar”. ¡Cuánto les importan los kurdos a estos voceros!: les importan tanto a los voceros, que están trabajando para el canal qatarí mientras el Emirato sigue financiando la desposesión y la aniquilación programadas. “¡Viva el Ejército Libre de Siria!” y “¡Viva el pueblo kurdo!” se combinan alegremente en boca de estos señoritos, mientras el Estado turco, mano entre manos que mecen la cuna del Ejército Libre, sigue llenando de kurdos las fosas comunes. Y el hegemonismo estadounidense ríe entre bastidores, usando de rompehielos a la fantasiosa Turquía neootomanista. 

Siria: Nación material y Nación jurídico-civil, con sus distintas confluencias histórico-culturales    

La realidad nacional siria se desdobla en dos acepciones diferenciadas. La primera es la histórico-cultural, que desborda con creces las fronteras sirias actuales para incumbir a Líbano, Jordania, Palestina, una parte de Turquía (Iskandarona), Iraq y la isla de Chipre. Hunde sus raíces en las comunidades amorreas y en sus “descendientes”, los cananeos, para extenderse a través de la antigua Babilonia de mano de la cuna amorrita de sucesivas dinastías imperiales (entre ellas la de Hammurabi, el amorrita, y su célebre Código jurídico).

Desde el Neolítico cerámico, los procesos de sedentarización y el desarrollo de plusproducto, junto con el perfeccionamiento de las técnicas de conservación y almacenamiento y correlativamente con la ampliación de los intercambios mercantiles y de la distribución de sobreproducto, más el gregarismo protourbano, conformaron la base material para el despliegue de unas relaciones humanas que a su vez fueron generando toda una superestructura nacional objetiva (idiosincrasia; primigenio concepto de Dios, o El; ramificación idiomática de la lengua paleoárabe y emparentamiento de las variantes; exogamia, proliferación de las relaciones de alianza y de parentesco y así consanguineidad, etc.). Ni qué decir tiene que dicha superestructura objetiva produjo su propio correlato subjetivo en el nivel de la autoconciencia, la autorepresentación, etc.

No voy a ahondar en esta dimensión primera de la nación, pues aquello que me interesa es contrastarla o, mejor dicho, solaparla, con la dimensión segunda de la nación siria: la dimensión jurídico-civil. Ésta segunda acepción se ciñe, por Derecho positivo, a las fronteras actuales de una Siria troceada por el Tratado Sykes-Picot (1916), que supuso la repartición del país entre los colonialistas ingleses y franceses. Cotejando las dos Variables (las concepciones 1.a y 2.a), nos resulta que los miembros nacionales jurídicos —y sujetos de Derecho— de la RAS (República Árabe Siria) son una minoría del total de miembros de la nación siria material (la llamada históricamente “Siria natural”). Y, paralelamente, no todos los conjuntos culturales de Siria participan del tronco árabe-semítico: los kurdos, por ejemplo, son un grupo ario de la rama irania, descendientes de los medas caucásico-pérsico-septentrionales. Sus ancestros remotos, igual que los persas, los indo-védicos y los armenios, hubieron formado parte de aquel tronco común paleoario arraigado en el décimo mileno en lo que hoy es Afganistán, y que fue diversificándose con los distintos cursos migratorios. Aunque hubo antiguos núcleos poblacionales kurdos en la franja norte y nordeste de Siria (entonces aún muy minoritarios en esas latitudes), la mayor parte de los kurdos llegaron a Siria huyendo de la persecución otomana. Migraron, por tanto, desde los territorios turco-imperiales norteños y se instalaron en mi país, que fue para ellos refugio y acogida. Gracias a tal flujo migratorio devinieron mayoría en esas áreas sirias, y ellos forman parte de Siria desde entonces. Profesan mayoritariamente la religión sunní (yezidíes en vasta proporción), aunque también los hay cristianos y alawíes. 

Hay, pues, en Siria, otras naciones en el sentido histórico-cultural, pero que no por ello dejan de formar parte de la nación siria. Y forman parte de la nación siria en aquella primera dimensión aludida material, pues la relaciones objetivas de Reproducción Social atraviesan a unos y otros grupos en la medida en que la división del trabajo los engloba en una totalidad y produce los rasgos sociales de los sirios en conjunto, sin que debamos por ello omitir la dialéctica entre lo general y lo particular. Por supuesto, los kurdos y otras nacionalidades forman también parte de la nación siria en la segunda dimensión aludida, que remite al Derecho Civil.

Aparecen a diario sofísticos textos urdidos desde el exterior y que se arrogan exponer en prensa UN presunto horizonte kurdo sirio en realidad inexistente fuera de una parcialidad marginal de fracciones y de grupúsculos. Me estoy refiriendo por ejemplo a Gara-Naiz y a vividores que ahora intentan seguir viviendo del momio sirviendo en asesinas televisiones emirales. Se trata de los mismos venales chupatintas que vienen tergiversando la realidad de Siria desde el inicio del asedio hegemonista contra ese país. Huelgan comentarios. Nosotros los sirios, kurdos o no kurdos, tenemos claro que es atentado a nuestra nación el contraponer los conceptos de colectividades culturales y nacionalidades sirias, respecto de los conceptos de nación siria (de Derecho) y de nación siria material (fruto y fundamento de la relación productiva vinculante que reproduce la totalidad social siria y co-produce a las partes integrantes). Y, más aún que atentado, constituye agresión a Siria el ser cizañero del divisionismo y del enfrentamiento exclusivamente rentables a las ofensivas militares del Ejército “Libre” y a las aspiraciones hegemonistas por hacerse con enclaves territoriales operativos.

Regresando a las Categorías que empleaba anteriormente para “nación”, cada nación y colectividad humana histórico-cultural debe poder en Siria afirmarse en todo ámbito y manifestación. Ello partiendo del principio de Igualdad que preside la acepción jurídico-civil de la nación siria. Y todo ello no desarmoniza con —sino que fortalece— la acepción material —objetiva— de la nación como grupo humano vinculado por relaciones materiales social-reproductivas que a su vez producen, en su seno, un conjunto de superestructuras objetivas y subjetivas. .. Y cada uno que hable como quiera, conmemore en la calle una u otra fecha emblemática, pasee a la imagen y bandera que quiera o no las pasee, rece a quien tenga en veneración y transmita-aprenda su historia distintiva de palabra y por escrito. Que todo eso, en el fondo, también es de todos. 

La Soberanía de los kurdos bajo el prisma englobante de la Resistencia Árabe                          

Con la afirmación de la paz en Siria, se hará indispensable avanzar en el ejercicio kurdo de la autodeterminación. No habrá excusa para no materializar este ejercicio reconociendo y respetando los dispositivos políticos y de autogobierno ya puestos en marcha por los kurdos y sus milicias allí donde están defendiendo su integridad de pueblo contra los fanáticos que les atacan teniéndolos por herejes (los kurdos son sunníes y yezidíes en notable proporción, pero ni los Hermanos Musulmanes del ELS, ni los salafistas apoyados por Qatar, ni los wahabitas de la órbita de los Saud transigen con matices).

Señores cizañeros “periodistas”: ya sabemos que les pagan a ustedes por inventar una supuesta realidad “independentista” del actual combate kurdo en Siria. Mas, como alguien diría, “los hechos son tozudos”: las principales fuerzas políticas y militares kurdas sirias son autonomistas, y en absoluto separatistas. Los kurdos saben que tal “independencia” sería sellar su dependencia a la más fuerte de las potencias y a sus actores, mientras que, por eso mismo, acabaría suponiéndoles el fatal aislamiento y separación respecto de los demás grupos humanos kurdos de la zona, lo que a la postre truncaría su perspectiva de unidad más allá de las distintas fronteras que reparten a esa nación.

A inicios del asedio contra Siria, los habitantes del municipio de Ras al-Ain (nordeste), kurdos y sirios cristianos, codo con codo organizaron la resistencia y expulsaron a los invasores reaccionarios de la cínicamente llamada “revolución siria”. A los saltimbanquis colaboradores de al-Jazeera que abusan ideológicamente de los kurdos (en el peor sentido del término “ideología”), no les gusta hablar de ello. Más tarde, entró al-Nusra, pero en fin volvió el pueblo a vencer. Señores de Gara-Naiz: no por repetir muchas veces que “los kurdos luchan en Siria tanto contra Assad como contra los yihadistas”, la mentira se convierte en verdad. Dicen ustedes exactamente igual que el diario El País a tutti pleni en sus contraportadas, porque, en el fondo, todos ustedes dependen de fondos de inversión norteamericanos nucleados en la médula de las entidades-pantalla que aparecen repartiéndose cuotas de la propiedad jurídica de unos y otros medios de “información” peninsulares. Las milicias kurdas y el Ejército Árabe Sirio van a una; ustedes lo saben, previamente pactadas con el Gobierno diversas contraprestaciones en materia de autogestión soberana, ¡faltaba más! Y les diré más: cientos de personas entre la población civil siria que ha podido armarse en la zona del nordeste han ingresado de facto en las milicias kurdas y están combatiendo con ellas a esos “rebeldes” cuyas vergüenzas no han hecho ustedes otra cosa que taparles e idealizar desde el inicio del supuesto “conflicto”, con tanta grosería como la que sus “fuentes” anglosajonas exhiben.

Nada menos que la política organizada kurda en Iraq (es decir, las fuerzas que representan y ejercen la soberanía kurda al Norte de Iraq) hace algo más de un mes que declararon la expedición militar masiva a Siria, y en concreto al nordeste, a fin de luchar contra los mercenarios turcos. O sea, que la toma de partido contra la llamada “revolución siria” tan querida de tantos cizañeros “prokurdos” oportunistas, ha sido decretada por la política kurda iraquí como una cuestión nacional general, que atañe a los kurdos allá donde estén.

Repito: como una cuestión nacional general. No se trató sólo de un llamamiento a la solidaridad de voluntariado: es que el Ejército kurdo de Iraq tiene órdenes de entrar en Siria en socorro de sus paisanos. El Estado sirio da la bienvenida y el Ejército Árabe Sirio coopera tácticamente, como no podría ser de otra manera. Pues solamente aquí, ante ciudadanía tan desinformada por la prensa, puede esa misma prensa estar disfrazando el carácter objetivo unitario actual de la lucha de la Resistencia árabe y de la kurda contra los liquidacionistas de los pueblos y naciones de la región.

La generalidad de los kurdos sirios está bien en sobre aviso del tramposo axioma hegemonista anglo-sionista “No habrá solución a la cuestión de Oriente Medio sin dar antes solución a la cuestión kurda”. Ellos saben que es exactamente al revés: No habrá solución a la cuestión kurda sin la victoria de la perspectiva unitaria árabe y, por tanto, sin la única solución progresiva posible a la problemática de un Oriente Medio receptáculo de los afanes del sionismo, supremacista y esclavizador de todos los pueblos y naciones del contexto.

En un nuevo marco de consecución común de esta condición permisiva, los kurdos sirios abogan por el cultivo de la unidad relacional de los kurdos por encima de las particiones fronterizas actuales que atraviesan su integridad geográfica de asentamiento. Este objetivo no debe confundirse con separar de Siria o de países árabes terceros los territorios de mayoría kurda. Y ni mucho menos con la constitución de un “Kurdistán” que, separando a los kurdos respecto del marco general humano y político árabe, asegura no su independencia, sino su vasallaje a las potencias o a los distintos polos imperialistas emergentes. Así como desemboca tendencialmente en una nueva partición territorial según áreas de influencia apadrinadas (Turquía, Israel-USA, Reino Unido, Alemania). E incluso en una descomposición política hacia la entronización de bandas en competencia distintamente apoyadas, y por ende hacia la disolución de cualquier perspectiva de construcción nacional kurda.

Si, una vez resuelta históricamente la contradicción principal —la cuestión del hegemonismo y de sus actores— que hoy nos atenaza a todos y por tanto determina nuestra unión y nuestra perspectiva común, el pueblo kurdo decidiera fundar el Kurdistán, debe respetársele. Pero hablamos aquí de un futurible, a no confundir con el burdo mito de un “Kurdistán” histórico, que no existe ni existió jamás como no fuera en las falsas promesas coloniales otomanas y después inglesas, y que hoy el imperialismo usa como sugestión pseudohistórica para confundir y ganar a la opinión pública.

Multilandia y el falso “internacionalismo” de la cizaña

Los kurdos en Siria han reclamado durante décadas libertad para vivir y aprender en su idioma y el reconocimiento de su especificidad como pueblo, y siguen luchando por ello, pero en congeniación con la pertenencia jurídica a la categoría indistinta y común de ciudadanía siria. En Siria nadie quiere una etnificación del país, salvo los enemigos de Siria; y los kurdos son los primeros que se oponen. De hecho, estuvieron contra la política pretérita, décadas atrás, centrada en reconocer una "diferencia" que daba carta oficial de especificidad a los kurdos y al mismo tiempo les excluía del Derecho Civil inherente a la ciudadanía común completa.

Los medios referidos tienen todo el derecho, y hasta el deber internacionalista, de opinar sobre la cuestión kurda y proponer desde aquí recetas para la misma. Pero este derecho no justifica su empeño en hacer pasar su propia perspectiva tendenciosa como si de un hervir popular kurdo en dicha dirección precisa se tratara. En las contadas excepciones en que estos medios dejan de lado pintarnos una fantástica deriva independentista de masas, escriben para hipertrofiarles la voz a las “aves extrañas” cuyas “soluciones” desde Siria son “a la libanesa”: un Estado “multi” basado en regular con arreglo a cuotas y a % la participación y oportunidades de la sociedad civil; número de escaños precisos reservados a los kurdos, a los siríacos, a los armenios, a los drusos, etc. Distribución corporativa “multiculti” en organismos especializados. Acceso “proporcional” a puestos de Administración. A ello añaden la propuesta de reserva paritaria de puestos en el Ejecutivo y el Legislativo, de modo que, por ejemplo, el Presidente de una “autonomía kurda” deba ser kurdo, al ser los kurdos mayoría en el territorio autónomo. Los sirios, kurdos y no kurdos, sabemos adónde suelen llevar (caso libanés sin ir más lejos) este estilo de “alternativas”, profundamente desajustadas a la realidad del país, rotundamente disonantes con el horizonte central y mayoritario asumido por los kurdos, y peligrosamente violentadoras del principio de igualdad y universalidad jurídicas entre los millones de sujetos nacionales.

La realidad demográfica kurda es transversal en Siria, igual que la realidad de los ortodoxos, de los maronitas o de los armenios. El cuadro que expone a Siria como a un mosaico de cajones “étnicos” compartimentados no pasa de ser sucia irrealidad propagandística pagada por los amigos del descohesionamiento y de la desmembración. Hay kurdos en Alepo, en Damasco, conviviendo con los armenos kassabíes del noroeste... Y otro tanto para cada presunto “grupo” sirio. ¿Es lícito convertir a un kurdo en un sujeto jurídico o político dispar en función de su residencia o no en, por así decirlo, “tierras kurdas”? Y, de idéntico modo, ¿qué pasa con los sirios no kurdos en “tierras kurdas”, de realizarse ese panorama de sujetos de Derecho y de decisión asimétricos, característico del posmoderno Estado-collage “multi”?. Los sirios luchamos durante muchos decenios y realizamos una revolución democrática anticolonial para superar tal cacao neofeudalista; tal Estado de “cortar y pegar”. Ustedes, señores de Gara-Naiz y adláteres, en su casa luchen por lo que quieran. Pero sepan que la segmentación poblacional siria en “comunidades territorializadas” es una farsa: la mentira con que se pretende licitar la realización (objetivación), a sangre y fuego, de ese Plan enemigo de ingeniería. Yo tenía parientes maronitas nada menos que en Deir Ezzor, prácticamente en la rivera del Éufrates, donde el barrio católico se vinculaba a la ciudad en toda dimensión económica y convivencial. Y en Alepo les tengo todavía, aunque pocos quedan. La población siria cristiana ha pasado desde 2011, de ser el 16% al 5%. Eso de que “los cristianos viven en la costa y la cordillera litoral” no es un a priori, sino un producto deliberado.

Por otro lado, por ejemplo los Estados Unidos comprenden aún hoy una población “noruega” mayoritaria en vastas áreas rurales de Minnessota. “franceses” en Mississipi, Nueva Orleans... “irlandeses” en la Costa Este y concretamente en Massachussetts. “alemanes” en los campos de Indiana u Ohio. Por no hablar de los latinos, de los chicanos (quienes se enfadan a veces si se les confunde con los “latinos”), etc. Sería ridículo reclamarle a los Estados Unidos recomponerse a imagen de un collage jurídico y de una distribución administrativa “multi” vertebrada por cuotas “comunitarias”. Allí es inconcebible, y en Siria nos lo quieren hacer tragar con ayuda de quienes tergiversan la realidad distributiva de preferencias entre la misma población kurda: ¿por qué? 

En una futura Euskal Herria independiente no sé cómo se tomarían ustedes que no hubiera vascos, sino tipologías de los sujetos políticos en función de ser uno “euskaldún” residente al Norte de Iruña o de serlo al Sur de Iruña. O de ser “navarro-aragonés” en ciertas comarcas. O “alavés”. O “castellano”. Sin olvidar a los gitanos. ¡Pero no gitanos vascos, no...!, sino “gitanos en Euskal Herria”, “comunidad de excepción”. ¿Qué les parece? Separados por una regulación específica de sus vínculos con la administración del Estado. Añádase a ello la noción de territorialidad aplicada a barrios o a zonas rurales donde la población gitana (por ejemplificar) fuera o pudiera alguna vez ser “mayoría”.

Combatiendo junto al Ejército Árabe Sirio, por Siria, por los kurdos mismos, construyendo su autogestión, los kurdos ya están a día de hoy autodeterminándose con claridad, aunque no en la senda que quisieran algunos y que se empeñan en hacer ver. Por el momento, en estos días formalizan su proceso autogestionario una vez acordado éste con la propia RAS. ¡Y tras la victoria ya constataremos qué deciden; habrá que preguntarles! Los kurdos de Siria son kurdos sirios y, más profundamente, son sirios. Ningún antagonismo al respecto. Dejen en paz a Siria, señores especialistas de la cizaña.


Artículo a petición de EUSKAL HERRIA-SIRIA y habiendo dado la primicia de publicación a dicho colectivo

 

                                                                                 Tamer Sarkis Fernández,

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