Cheney ordenó a CIA practicar torturas

Actual director de la Agencia suspendio el programa y dio cuenta al Congreso. Prácticas ilegales se pusieron en marcha después del 11-S y duraron hasta este año cuando Obama las suspendió.

Por orden directa del ex vicepresidente Dick Cheney, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ocultó al Congreso de Estados Unidos la existencia de un programa antiterrorista secreto durante los últimos ocho años y al que puso fin el pasado 23 de junio, nada más conocerlo, su actual director, León Panetta. Él mismo fue quien lo desveló durante dos audiencias con los comités de Inteligencia de la Cámara de Representantes y del Senado a finales de ese mes.

Se desconoce contenido

El contenido concreto del programa sigue sin conocerse. Sólo se sabe que se inició justo después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 y que nunca llegó a estar totalmente operativo. Tan sólo se empezaron labores de planificación y entrenamiento, que comenzaron en aquellos meses finales de 2001 y han durado hasta el 2009.

Fuentes cercanas a lo que se discutió en ambos comités de Inteligencia del Congreso, citadas por el diario The New York Times, han insistido en que ese plan antiterrorista no está relacionado con el polémico programa sobre detenciones e interrogatorios de la CIA, que incluye el “submarino” o asfixia forzada.

Congreso no sabía nada

Como excusa para fabricar semejante plan y mantenerlo fuera del escrutinio del Congreso, sus arquitectos alegaron el temor a nuevos atentados y a que cualquier filtración pudiera provocar nuevos ataques por parte de Al Qaeda. Las fuentes mencionadas afirman que la existencia de ese programa no le fue comunicado siquiera verbalmente a lo que se conoce como “la banda de los ocho”, en referencia a los líderes republicanos y demócratas de ambas cámaras del Congreso y de sus comités de Inteligencia.

El conflicto que se avecina no es tanto por el contenido del programa como por el hecho del secretismo que practicó en líneas generales la anterior Administración y en concreto Cheney. El ex vicepresidente podría haber aprovechado para rehuir la comparecencia ante el Congreso algunas fisuras ambiguas que contiene la Ley de Seguridad de 1947, que obliga al presidente de EEUU a mantener “totalmente informados” a los comités de Inteligencia del Capitolio sobre actividades “de inteligencia”, pero que también señala que esas sesiones informativas debe “tener siempre en cuenta la prevención de la divulgación no autorizada de información clasificada”.

También escuchas

Ilegales. El conocimiento de la participación de Cheney en el programa antiterrorista de la CIA llegó justo un día después de que se hiciera público un informe redactado por cinco inspectores generales del Departamento de Justicia, que asegura que la Administración Bush coordinó una operación de vigilancia sin precedentes para reunir cantidades ingentes de información, que fue mucho más allá de las escuchas telefónicas sin orden judicial de las que ya se sabía.

Fiscal general podría acusar

El fiscal general de EEUU, Eric Holder, está considerando la posibilidad de crear una figura dentro del Departamento de Justicia que investigue las prácticas de interrogatorio usadas durante el gobierno de George W. Bush tras los ataques terroristas del 11-S. La decisión no estará exenta de polémica, ya que entrará en conflicto con el deseo manifestado en más de una ocasión por el presidente Barack Obama de “mirar hacia el futuro y dejar atrás el pasado”.

Según los medios, Holder tomará una decisión en las próximas semanas. El portavoz de Justicia, Matt Miller, declaró ayer que Holder planea “actuar según los hechos y según la ley”. “No hemos tomado decisiones sobre investigaciones ni procesos, incluida la posible designación de un fiscal”, dijo Miller. Se acusaría a Cheney, no a los agentes. (Con información de La República)