Los ciudadanos italianos, cansados de la desenfrenada inmigración atizada por los izquierdistas y personas pagadas por diversas ONG, dieron la victoria, en las elecciones generales, a la coalición de derecha liderada por Giorgia Meloni, en cuyo discurso forma parte importante el control del ingreso de extranjeros que no son bienvenidos y que han causado desde desorden hasta asesinatos y violaciones.

 

Giorgia Meloni

 

La lideresa de la derecha encabeza el bloque conformado por los partidos Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), Lega, Forza Italia y Noi Moderati

En las elecciones para el Senado, la coalición derechista obtuvo el 44% de los votos, frente al 26% del bloque de izquierda y el 15.5% del M5S, mientras que para la Cámara de Diputados, la derecha logró el 43% de los sufragios, ante un 26.2 % de la alianza de centro-izquierda y 15.3 % del Movimiento Cinco Estrellas.

Dentro de la coalición de derecha, para el Senado, los Hermanos de Italia lograron el 26.1 % de los votos, la Lega de Matteo Salvini el 8.9 %, Forza Italia de Silvio Berlusconi el 8.3 % y Noi Moderati el 0.9 %. El Partido Democrático del bloque izquierdista  obtuvo 19%. El movimiento político de Meloni y sus aliados, así como el Partido Democrático obtuvieron resultados similares en la Cámara de Diputados.

Giorgia Meloni plantea un bloqueo naval para poner fin a la avalancha de inmigrantes, muchos de los cuales son atizados por las ONG disfrazadas de humanitarias, que sólo cobran sueldo para sus maniobras que exacerban el flujo de inmigrantes, e incluso les enseñan cómo mentir para hacerse pasar por refugiados. A la mayoría nadie los persigue y tampoco quieren emigrar a otro país africano, sino que quieren invadir Europa.

Italia no tiene un destino preparado como tiene el Reino Unido en Rwanda, África, para enviar a los inmigrantes, por lo cual la invasión de estas personas de diferente cultura, en especial musulmanes y africanos, que no quieren respetar la idiosincracia y hasta las leyes italianas, se  ha convertido en un serio problema.

Lo peor de todo es que cuando un inmigrante viola o mata a un italiano, ninguna ONG humanitaria, ningún izquierdista ni el Papa acude a brindar ayuda a los deudos o víctimas y a condenar los hechos.


Estas ONG atizan el negocio de las mafias que cobran jugosas bolsas para enviar a emigrantes africanos en embarcaciones que permanecen a la deriva a la espera de que dichas ONG corran a ayudarlos a hacerlos ingresar a Italia en lugar de regresarlo a sus países de origen.

El partido Fratelli d’Italia fue creado en 2012  con raíces en el movimiento neofascista italiano del siglo XX surgido tras la muerte del líder fascista Benito Mussolini.  Meloni asegura aber eliminado los elementos fascistas del partido.

Las propuestas de este partido para “sacar a Italia de la crisis a la que ha sido arrastrada por política corta de vista e irresponsable” ha encontrado eco en los ciudadanos italianos agobiados por la inmigración, las relaciones del país con la UE y el deterioro de la economía”.

Este partido también se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo, promoviendo los valores familiares tradicionales. Meloni declaró en 2019 que busca defender a “Dios, la patria y la familia”.

Meloni propone como principales  puntos apoyar a la natalidad, el aumento del subsidio mínimo de jubilación, la reducción de la inmigración ilegal, el apoyo a las plantas regasificadoras y nuevos gasoductos, así como la lucha contra la censura arbitraria de las redes sociales y la garantía de respeto a la libre expresión del pensamiento por parte de las grandes plataformas de comunicación.

Soberanía de Italia frente a la injerencia externa

El partido promueve la reforma de las instituciones comunitarias de la UE para hacerlas menos burocráticas y menos influyentes en la política interna y ha respaldado a la OTAN y Ucrania, apoyando las sanciones contra Rusia.

Días atrás, con todo descaro, la presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen hizo alarde de poder sobre Italia al insinuar que en las próximas elecciones, si no sale elegido un candidato de su preferencia, usarían sanciones contra este país, donde está despuntando la derecha, que actualmente en Europa, es la tendencia política que más defiende los intereses de los ciudadanos.

Estas amenazas se referían a los derechistas, que buscan defender la soberanía de Italia frente a las imposiciones de la Unión de Europea.

La UE tiene “herramientas” si las elecciones en Italia van “en una dirección difícil”, dijo Von der Leyen como si fuese dueña de un látigo para torcer la voluntad ciudadana de un país.