La llamada iglesia anglicana continúa pisoteando la doctrina cristiana y esta vez avaló la blasfemia de un dean o párroco del Trinity College de Cambridge, quien sostuvo que Jesucristo podría haber sido transgénero.

 

Jean Malouel pieta

Pietà, de Jean Malouel, Wikimedia

 

El sujeto, Joshua Heath, dejó perplejo a su auditorio durante el sermón en dicha capilla el pasado domingo y para burlarse mostró pinturas renacentistas y medievales de la crucifixión de Jesús donde se veía la herida infligida con una

lanza, por un soldado romano llamado Longinos (según el evangelio apócrifo de Nicodemo). Dicha herida fue abierta en el costado de su tórax y Heath comparó esta lesión con una vagina.

“Si el cuerpo de Cristo es simultáneamente masculino y femenino en estas obras, si el cuerpo de Cristo como estas obras sugieren es el cuerpo de todos los cuerpos, entonces su cuerpo es también un cuerpo trans”, dijo Heath.

Este individuo es investigador asociado, informa The Telegraph. Lo que más revela la calidad de gente que dirige la confesión anglicana es el hecho de que la blasfemia de Heath fue avalada por Michael Banner, decano del Trinity College de Cambridge.

Uno de los fieles informó que en el público se encontraban niños, lo cual no importóa Heath, quien más parece practicar un culto satánico.

El parroquiano que declaró al referido diario se sentía notablemente incómodo por el discurso que calificó de “chocante” y que le “hizo sentir que no era bienvenido en la iglesia”, y agregó que “salió del servicio llorando”. “Desprecio esta idea [de Heath] de que hacer un agujero en un hombre, a través del cual puede ser penetrado, lo convierta en una mujer”, expresó.

Banner calificó la hipótesis del investigador de “legítima”. “Creo que esa especulación era legítima, independientemente de que usted o yo o cualquier otra persona no esté de acuerdo con la interpretación, diga algo más sobre esa tradición artística, o se resista a su aplicación en cuestiones contemporáneas en torno al transexualismo”, agregó.

Ambos sujetos, además de blasfemar, insultan así a todos los guerreros de la Historia que sufrieron heridas por lanzas o bayonetas, pues, según ellos, esto los convierte en “trans”. De igual manera, cualquier hombre que sufra una herida similar ya es un “trans”.

 

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