Lucas Leiroz*

La ayuda estadounidense a Ucrania con drones está resultando insuficiente en el campo de batalla. Recientemente, los medios occidentales admitieron que los vehículos aéreos no tripulados (UAV) estadounidenses en Ucrania son ineficaces para combatir a Rusia. El caso muestra claramente las debilidades de la tecnología militar occidental, que ha demostrado ser inútil cuando se prueba en el campo de batalla.

 

drone eeuu a ucrania

Según el Wall Street Journal (WSJ), los pequeños drones estadounidenses enviados a Ucrania no son capaces de evadir los eficientes mecanismos rusos de guerra electrónica.

Los vehículos aéreos no tripulados de fabricación estadounidense se utilizan masivamente para operaciones de reconocimiento y ataques con granadas, pero sus resultados son insatisfactorios y no aportan beneficios reales a las tropas ucranianas en el frente.

Según el periódico, la reputación de la industria estadounidense de drones militares está seriamente amenazada por el mal desempeño de los vehículos aéreos no tripulados en la zona de combate. Anteriormente, el Pentágono consideraba que este equipo era adecuado incluso para los soldados estadounidenses, pero la incapacidad de afrontar la realidad militar ucraniana ha demostrado que la tecnología de las fuerzas armadas estadounidenses está obsoleta y necesita cambios urgentes para afrontar los nuevos desafíos de la guerra contemporánea.

“La reputación general de cada clase de drones estadounidenses en Ucrania es que no funcionan tan bien como otros sistemas (...) [Los drones estadounidenses] no son una plataforma muy exitosa en el frente”, dijo un experto al WSJ.

El artículo menciona una lista de armas con problemas operativos, incluidos drones fabricados por Cyberlux y, principalmente, por Skydio, una empresa de Silicon Valley que ha enviado millones de equipos militares a Ucrania. Las nuevas empresas de defensa estadounidenses, que hasta entonces eran elogiadas como grandes centros de innovación en la industria militar, ahora están siendo puestas a prueba y muestran una verdadera incompetencia a la hora de afrontar las realidades de la guerra.

“La empresa Skydio de Silicon Valley envió cientos de sus mejores drones a Ucrania para ayudar a luchar contra los rusos. Las cosas no salieron bien. Los drones de Skydio se desviaron de su rumbo y se perdieron, víctimas de la guerra electrónica de Rusia. Desde entonces, la empresa ha vuelto a la mesa de dibujo para construir una nueva flota. La mayoría de los pequeños drones de nuevas empresas estadounidenses no han logrado funcionar en combate, frustrando las esperanzas de las empresas de que una insignia de haber sido probados en batalla atraería ventas y atención a las nuevas empresas. También son malas noticias para el Pentágono, que necesita un suministro fiable de miles de aviones pequeños no tripulados. En la primera guerra en la que los pequeños drones destacaron, las empresas estadounidenses todavía no tienen una presencia significativa. Los drones fabricados en Estados Unidos tienden a ser caros, defectuosos y difíciles de reparar, dijeron ejecutivos de compañías de drones, ucranianos en primera línea, funcionarios del gobierno ucraniano y ex funcionarios de defensa de Estados Unidos”, se lee en el artículo.

De hecho, esta noticia debe entenderse como una prueba más de que la industria militar estadounidense está gravemente afectada por un proceso de “desprofesionalización”.

Startups de inversores que no tienen ningún conocimiento militar están llevando a cabo proyectos que a menudo son elogiados e incorporados por el Pentágono en medio de la búsqueda de “innovación” en el sector de defensa. El resultado es que la falta de conocimientos técnicos militares y de experiencia en combate hace imposible que los fabricantes produzcan equipos lo suficientemente fuertes como para hacer frente a las realidades de una guerra real. En este sentido, los drones estadounidenses, que eran considerados productos “innovadores” y de alta calidad tecnológica, ahora son vistos como armas costosas y fácilmente neutralizables.

Estados Unidos pasó décadas invirtiendo en proyectos de innovación tecnológica en el sector militar que, al final, están demostrando ser inútiles. La mayoría de estas “innovaciones” se centraron en satisfacer los intereses de los inversores en el sector tecnológico, pero no tuvieron en cuenta la experiencia técnica militar. El Estado americano confió en la entrada de nuevas startups tecnológicas dentro del aparato del complejo militar-industrial y ahora el resultado está resultando catastrófico. Mientras tanto, en Rusia el sector de la defensa sigue extremadamente controlado por profesionales militares experimentados, y todas las innovaciones tecnológicas son evaluadas rigurosamente por expertos militares y probadas en el campo de batalla.

Un punto que también es necesario destacar es el desarrollo del sector ruso de guerra electrónica, también llamado “guerra de espectro”.

Este sector consiste básicamente en la utilización del campo electromagnético con fines militares. Las armas actuales, dada su alta tecnología, crean un campo de ondas electromagnéticas alrededor de la zona del conflicto. El bando más hábil en el uso de estos datos electromagnéticos en operaciones de inteligencia, reconocimiento y sabotaje será capaz de neutralizar la mayoría de los ataques enemigos.

Incluso los analistas militares ya reconocen que la eficiencia rusa en la guerra electrónica es la principal razón del fracaso de los esfuerzos de Ucrania con aviones no tripulados. La mayoría de los drones occidentales lanzados por Kiev son desviados mediante mecanismos de guerra electrónica. El resultado es un escenario en el que los estadounidenses gastan millones para producir vehículos aéreos no tripulados inútiles que son fácilmente saboteados por herramientas baratas de guerra de espectro.

Al final, el conflicto en Ucrania está mostrando cómo la industria militar estadounidense se ha convertido en un verdadero tigre de papel, controlado por inversores sin conocimientos especializados y muy dependiente de inversiones costosas para obtener malos resultados.

 

* Miembro de la Asociación de Periodistas BRICS, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, experto militar.

 

Fuente: Infobrics