Los partidos de derecha están en la delantera en las elecciones parlamentarias de la Unión Europea, tras aplastar no sólo a la izquierda o social democracia, sino imponiéndose sobre estos partidos que son gobierno actual, como los del canciller alemán Olaf Scholz, del presidente francés Emmanuel Macron y del canciller austriaco Karl Nehammer.

 

oficinas UE

Aunque los principales partidos mantuvieron el control del Parlamento Europeo de 705 miembros el domingo, el bloque de 27 miembros optó por la derecha al parecer por el cansancio de la ciudadanía por las malas gestiones de sus gobiernos.

En Francia, la Agrupación Nacional de Marine Le Pen humilló al renacimiento centrista de Macron, quien se vio obligado a convocar elecciones legislativas anticipadas, maniobra que podría infligir más pérdidas a su partido y obstaculizar los tres años restantes de su mandato presidencial.

Según las proyecciones, la Agrupación Nacional ganaría alrededor del 33% de los votos y 31 escaños en el Parlamento Europeo entrante, más del doble que el 15% de la fórmula de Macron.

En Alemania, el partido derechista Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo el segundo lugar, lo que subraya la fuerza del partido de cara a las elecciones federales del próximo año.

Se proyectaba que el partido euroescéptico obtendría más del 16% de los votos, su mejor resultado histórico y una proporción mayor del recuento que los tres partidos de la coalición de Scholz.

La alianza conservadora de la Unión Demócrata Cristiana y la Unión Social Cristiana, que están en la oposición a nivel federal, encabezó la encuesta con alrededor del 30% de los votos.

Los Verdes de Alemania fueron los mayores perdedores el domingo, al caer 8,5% hasta el 12% por ciento, pues la gente está disgustada  por las políticas para reducir las emisiones de CO2, en línea con las expectativas de los partidos ecologistas de toda Europa, lo cual ha disparado el costo de vida, situación agravada por la crisis energética a raíz del conflicto Rusia-Ucrania.

Se proyectaba que el Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz y el tercer socio de la coalición, el Partido Demócrata Libre (FDP), proempresarial, ganarían alrededor del 14% y el 5% de los votos, respectivamente, frente al 15,8% y el 5,4% por ciento en el año anterior.

En Austria, el Partido de la Libertad, de derecha, obtuvo casi el 26% de las preferencias electorales, encabezando por primera vez una votación nacional.

El gobernante Partido Popular conservador (OeVP) obtuvo más del 24% de los votos, seguido por los socialdemócratas con alrededor del 23% y los Verdes con casi el 11%.

El canciller Nehammer se comprometió a abordar las preocupaciones de los votantes antes de las elecciones nacionales, previstas para finales de año, incluida la lucha contra la migración indocumentada.

En Italia, la primera ministra Giorgia Meloni salió fortalecida después de que su partido populista de derecha Hermanos de Italia duplicara sus escaños en el parlamento.

La derecha también se ubicó bien en los Países Bajos, donde se prevé que el antiinmigración Partido por la Libertad de Geert Wilders obtenga seis escaños, sólo dos escaños menos que el total obtenido por los partidos de centro izquierda y verdes.

Los partidos de izquierda y verdes tuvieron mejores resultados en los países escandinavos, mientras que los partidos de extrema derecha y populistas en Suecia, Dinamarca y Finlandia cayeron en su porcentaje de votos.

En Hungría, el partido nacionalista Fidesz del primer ministro Viktor Orban obtuvo la mayor cantidad de votos, pero perdió un terreno significativo en comparación con las elecciones de 2019.

Fidesz obtuvo el 44% de los votos con casi el 90 % de los votos contados. Orban reclamó la victoria en un discurso ante sus seguidores en un evento del partido el domingo por la noche.

El principal rival de Orban, el partido Tisza de Peter Magyar, obtuvo un 30% de los votos.

En general, los grupos tradicionales y proeuropeos siguieron siendo las fuerzas dominantes, y los partidos de centro derecha y centro izquierda estaban en camino de asegurar una mayoría reducida en el parlamento de 705 miembros.

El Partido Popular Europeo (PPE) sería  el grupo más grande con una proyección de 189 diputados, reforzado por las victorias de centroderecha en España y Polonia, seguido por la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas de centroizquierda con 135 escaños.

Se proyectaba que el grupo Conservadores y Reformistas Europeos, que incluye a los Hermanos de Italia, ganaría 72 escaños, seguido por el grupo de extrema derecha Identidad y Democracia con 58.

Los partidos verdes y liberales proeuropeos sufrieron las mayores pérdidas: Los Verdes-Alianza Libre Europea y Renovar Europa perdieron más de 40 escaños.