El mundo se ha vuelto aldea
Por José Carlos García Fajardo*
Muchas leyes no nos obligan porque son injustas, aunque legales. Cada día más personas toman conciencia de que es absurdo que unos tengan tanto y otros no alcancen lo necesario. Es una aberración que va contra los derechos fundamentales de los seres humanos. No podemos ser cómplices con nuestro silencio.