Una nueva investigación de la Universidad de Nuevo México advierte que el agua de muchos pozos y sistemas de agua comunitarios en todo Estados Unidos contiene niveles peligrosos de carcinógenos conocidos o probables y exige mejoras en la infraestructura.
El artículo, publicado en el Journal of Exposure Science & Environmental Epidemiology, señala que investigadores identificaron contaminantes como arsénico, uranio, fluidos de fracking, plomo, nitratos y subproductos de desinfección clorados, junto con sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) artificiales, más comúnmente conocidas como “sustancias químicas eternas”, que se han relacionado con un amplia gama de problemas de salud.
Algunas de las sustancias, como el uranio y el arsénico (e incluso los nitratos), son simplemente comune, dijo Johnnye Lewis, coautor del estudio, pues comúnmente se encuentran en aguas subterráneas y, a veces, es la fuente a la que se tiene acceso.
Recién ahora están empezando a idear buenos métodos para evaluar el efecto cuando estas sustancias se mezclan.
Los expertos expresaron su preocupación por los niveles químicos encontrados en el agua caño o grifo y en las fuentes de agua.
Los autores del estudio también señalaron que los sistemas de agua más grandes pueden tener la capacidad de eliminar o diluir algunos de los químicos, pero no todos los estadounidenses tienen acceso a esa infraestructura.
Según la investigación, más de 43 millones de estadounidenses obtienen agua potable de pozos privados, mientras que los sistemas de agua comunitarios abastecen a unos 320 millones de estadounidenses.
Este documento destaca la necesidad de un esfuerzo concertado para “invertir en mejorar nuestra infraestructura de agua potable... y requiere pruebas de seguridad química más estrictas”, dijeron los autores, enfatizando la preocupación por las sequías que aumentan la demanda y reducen el suministro de agua.
“Para mí, lo más preocupante es que se empieza a observar la sequía y las tensiones que eso genera en la búsqueda de fuentes de agua adicionales”, añadió Lewis, destacando los problemas recientes en el oeste de Estados Unidos. “El potencial para garantizar que esas fuentes estén limpias podría volverse más limitado”.
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