Elecciones y la megalomanía de Susana Villarán


Por Rocío Ferrel


Tras pasar de personaje rechazado en la política con porcentajes de 0.6%, súbitamente Susana Villarán tuvo la suerte de que Álex Kouri, aspirante que disputaba el primer lugar, se retire y que Jaime Bayly emprenda la campaña más cara de la historia de la política, valorizada en unos 10 millones de dólares, en favor de Villarán y contra Lourdes Flores.


Verse en los titulares parece haber hinchado su ego hasta la estratósfera, o tal vez continúa fumando sus "tronchos" de marihuana, pues primero Villarán se comparó con Luis Inacio Lula da Silva y Michelle Bachelet; y después con Ghandi y Luther King.

¿Qué tiene que ver Lula con Villarán? Lula fue obrero y con su esfuerzo, honestidad y habilidad en dirigir a las masas sindicales avanzó hasta convertirse en Presidente. Villarán sólo fue hija de una familia acomodada, pero que se hace "la pobretona":

• dijo que no posee ninguna propiedad, pero primero salieron tres tiendas, luego una casa de playa y un café;
• ocultó que su padre estudió en el exclusivo colegio Inmaculada y aseguró que estudió en la nocturna del colegio Nuestra Señora de Guadalupe, colocándolo entre los más pobres de los pobres de los escolares, lo cual nadie cree;
• aseguró que gana 3 mil soles mensuales, pero sospechosamente tiene consumos relativamente recientes de más de 100 mil soles sólo en sus tarjetas de crédito, como mostró Canal 5, sin contar cuánto gasta en efectivo;
• además de sus consumos de tarjeta de crédito, debe pagar una mensualidad por una hipoteca de US$ 54,000 dólares americanos.
• en su movimiento migratorio de los últimos años registra más de 110 viajes al exterior, muchos de ellos caros por tener como destino a Europa;
• con esos ingresos exorbitantes, muestra al público complacida un taco roto de su zapato, dando a entender que es ya casi indigente;
• cuando recibió a un reportero en su vivienda gozaba diciendo que ésta es muy pequeña;
• dice ser honesta pero el informe de auditoría del ministerio de la Mujer revela que cuando ella fue ministra se otorgaron millonarias sumas por consultorías inservibles a los amigos de Villarán, lo cual sería un indicio de repartija de este dinero; ella proclama que no fue sancionada, pero en el Perú muchos corruptos no son sancionados;
• dice tener la campaña más franciscana, pero ya hemos visto que es la más millonaria, valorizada tal vez unos 10 millones de dólares, financiados con la publicidad de unas 80 horas por Canal 2;
• con gran satisfacción proclamó que no posee vehículo propio diciendo que es una simple ciudadana que usa el transporte público.



Con Bachelet también hay bastante distancia, pues ésta fue perseguida por el régimen dictatorial de Pinochet, mientras que Villarán lucró con una farsesca defensa de los derechos humanos de la dictadura fujimorista, llegando al extremo —no sólo por simular defender los DD. HH, sino por oponerse a Ollanta Humala— de ir a Madre Mía a llorar por unos huesos que nunca aparecieron; y para vergüenza de Villarán pronto Humala salió libre de las acusaciones. Sin embargo, habiendo muchos verdaderos esqueletos acusadores contra Alan García por las matanzas de Cayara, Accomarca, el Frontón y otros, Villarán fue tan inmoral que hizo cola, junto con Humberto Lay Sun, para felicitarlo cuando ganó las elecciones (y esto sin contar con las acusaciones contra él por enriquecimiento ilícito que lo llevaron a fugar a París a esperar la prescripción).

Como si fuera poco, Villarán avaló con su silencio cómplice la esterilización forzada de indígenas perpetrada por Fujimori, donde hubo incluso muertes por habérseles tratado peor que al ganado, sin darles cuidados postoperatorios, lo cual tendría su explicación porque muchas ONG (como las que proporcionan miles de dólares de ingresos a personajes como Villarán) reciben fondos de la AID y otras organizaciones de fachada de derechos humanos, que buscan desestabilizar gobiernos (ver Usaid, la Agencia para la Desestabilización Internacional estadounidense) y promover la despoblación andina.

Su plantón postelectoral

Tras las elecciones, permaneció en silencio mientras los resultados indicaban un margen de diferencia de alrededor de 1% a favor de ella. Cuando la diferencia se redujo a menos del 0.2% envió a sus escuderos a proclamar que hay una actitud "tendenciosa" de la ONPE, cuando este organismo desde el primer momento dijo que para contabilizar los votos no emplean ninguna técnica estadística de proyección de resultados, sino que cuentan las actas conforme llegan.

Ese día su incondicional Eduardo Zegarra, que muestra estrecha inteligencia, acusó a la prensa diciendo que con sus titulares da a entender que la tendencia a favor de Villarán puede revertirse. Con ello se contradicen pues Villarán repite que respetan a la prensa, pero enviando a Zegarra a difundir tal acusación atenta contra el derecho de la prensa de opinar lo que desee del proceso electoral. Si la opinión de un medio es acertada o desacertada, es el público el que juzgará.



Su febril fantasía también la lleva a compararse con Martin Luther King y Mahatma Gandhi al decir que como ellos será vigilante y realizará un plantón. Igual que en los casos anteriores, insulta la memoria de estos dos personajes de talla mundial.

Villarán no le llega ni a la punta de los pies a King, un verdadero luchador de los derechos de los negros estadounidenses, lucha que realizó sin pago alguno, no como Villarán, que se llena los bolsillos de dólares con una falsa defensa de los DD. HH.

Ni qué decir de Gandhi, para quien primero era su patria. Villarán, en cambio, sólo utiliza el Perú cuando le conviene y arrastra una ideología apátrida que lucha contra el patriotismo peruano, como todos los llamados caviares, y colabora sospechosamente con silencios cómplices cuando se trata de defender los intereses soberanos de nuestro país, en especial ante Chile: la demanda ante la Haya, el TLC con Chile, la destrucción de los pequeños comerciantes peruanos por parte de las cadenas explotadoras chilenas, sobre las cuales jamás se pronunció sobre sus salarios de abuso, los faenones de Collique, San Lorenzo, etc.

Gandhi, además de su importante lucha pacífica sin recibir pago por ello, practicó una vida ascética, no como Villarán, que lleva vida de rica y se disfraza de "pobretona".

Gandhi también fue respetuoso de su credo religioso, en cambio, Villarán manosea el catolicismo. Villarán hace alarde de ser muy católica. Gusta de exhibir a la prensa sus fotos de primera comunión y proclama ser discípula del padre Gustavo Gutiérrez, pero la verdad es que Villarán se ensucia en el catolicismo:

  • En sus declaraciones promueve el matrimonio entre homosexuales, contradiciendo al mismo Papa. El Vaticano es muy preciso y está en contra de los casamientos civiles calificándolos de inmorales. Claramente lo dijo el entonces cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI en el documento que publicó siendo prefecto de la Congregación Para la Doctrina de la Fe
  • Promueve el aborto, crimen grave contra el cual la Iglesia Católica realiza una lucha en todo el mundo.
  • Promueve el consumo de drogas al proclamar que fumó drogas. Pero como las víboras, dijo brevemente que no recomienda fumarlas, no obstante, inmediatamente después dijo que Bill Clinton fumó drogas, soltando así a la juventud el mensaje de que puedes llegar a ser importante si fumas drogas. Claro está, sabemos que los EE. UU. es sólido yno depende de lo que haga un presidente y ese país si quiere puede darse el lujo de elegir a un payaso, por eso los escándalos de Clinton afectaron algo la democracia y la moral, pero no su economía ni su estabilidad como país.
  • No contenta con promover el consumo de drogas, Villarán se pronunció a favor de la venta libre de la droga. Además, ¿qué autoridad moral tiene para hablar de esa materia una persona que consumió drogas y que no sabemos si las sigue consumiendo?

 

Como vemos, compararse con esos cuatro personajes internacionales no es más que un gran delirio de grandeza de Villarán y si habla de respetar la voluntad de los electores, su partido debería aprender algo de las leyes electorales, pues brillan por su ignorancia: primero acusaron al PPC de impugnar miles de actas, lo cual no sólo no fue cierto, porque son unas 100, el resto son actas observadas por la ONPE; y aun cuando el PPC hubiera impugnado, todos los partidos tienen derecho a impugnar. Y si hay actas que están mal elaboradas, simplemente sus personeros deberían haber vigilado que se elaboren conforme a ley, lo cual no pudieron hacer por su ignorancia e improvisación.