Lamentablemente hay contados altos funcionarios convocados por el presidente Pedro Castillo aptos para los cargos de confianza, la mayoría son sujetos con denuncias, falta o carencia total de experiencia y conocimientos, como es el caso del secretario de Palacio Bruno Pacheco, colocado en el puesto por el mandatario solamente por ser su amigo.

 

bruno pacheco pedro castillo

Tan bajo era el nivel de Pacheco que el Presidente tuvo que destruir los requisitos establecidos para ocupar el cargo y cambiar a sólo “el que designe el Presidente”. Desde los primeros días se le vio protagonizando bochornosas faltas de protocolo en su afán de no despegarse del lado del mandatario, hasta paseó con él recibiendo honores que sólo correspondían a un Presidente.

Así las cosas este sujeto prometía ir de desbarro en desbarro, pero ya ha sido el colmo la forma tan imprudente y grotesca en que se ha inmiscuido en los ascensos de las Fuerzas Armadas

Chotanos, tacabambinos, cajamarquinos con angurria por el poder

Elegido Castillo en la Presidencia, un ejército de chotanos, tacabambinos (de Tacabamba, distrito donde nació Castillo) y cajamarquinos despertaron una súbita y febril angurria por el poder y rodearon al mandatario para exigir “su puestito”, y si ya tienen puesto en el Estado quieren ascenso, pese a que saben que no tienen formación ni experiencia suficiente, además de tener denuncias. Así tenemos a esperpentos como el ministro de Transportes Juan Silva, chotano y amigo de Castillo, con denuncias de ser pega-mujeres y violación de las normas de tránsito, nada menos que conduciendo una combi pirata arriesgando a los pasajeros, por lo cual fue sancionado.

Estamos frente a una infestación del Estado de parásitos cajamarquinos y amigotes que sin las calificaciones buscan enquistarse en cargos, por tanto se requiere una urgente fumigación.

Para complacer a su amigo tacabambino Castillo exigió ascender a general de brigada a los coroneles Ciro Bocanegra Loayza, paisano del jefe del Estado que labora en Palacio de Gobierno, y Carlos Sánchez Cahuancama, asignado a la esposa de Castillo, Lilia Paredes.

Ahora Pacheco ha sido señalado por los recién defenestrados generales del Ejército general de división (r) José Vizcarra Álvarez, y de la Fuerza Aérea, general del aire (r) Jorge Chaparro Pinto, como el individuo que dijo que el mandatario Pedro Castillo exigió el ascenso de grado de oficiales de ambas instituciones que no habían calificado durante el proceso de evaluación de los institutos armados.

El general Vizcarra declaró a La República que entre los recomendados por Pacheco para ascender al grado de general de brigada se encontraban los coroneles EP Ciro Bocanegra Loayza y Carlos Sánchez Cahuancama. Bocanegra labora en la Casa Militar de Palacio de Gobierno y es cercano al presidente Castillo, y Sánchez está asignado al servicio de la cónyuge el mandatario Lilia Paredes Navarro.

“La recomendación a favor de los coroneles Bocanegra y Sánchez me la hizo conocer el edecán del ministro del Defensa (el teniente coronel EP Youri Hurtado Llanos), Walter Ayala, y lo reafirmó el secretario del presidente, Bruno Pacheco”, declaró Vizcarra. Sorprendido por la intervención de Pacheco, el general Vizcarra se reunió con el presidente Castillo, quien le confirmó el pedido.

“Le expliqué al presidente Pedro Castillo las razones por las que los coroneles Ciro Bocanegra y Carlos Sánchez Cahuancama no podían ascender porque no tenían los puntajes, ni las atribuciones éticas y morales. Pensé que el presidente había entendido el tema, porque me dio su respaldo para continuar en la Comandancia General del Ejército. Sin embargo, el jueves 4 de noviembre se publicó mi relevo”, indicó Vizcarra.

“Ambos coroneles eran aptos para ser candidatos, pero estaban fuera de la cantidad de vacantes asignadas por no poseer el puntaje ni las condiciones ético-morales para ascender. Eso es lo que se decidió en el proceso de ascensos por el Comité de Asesores y el Comité de Selección, integrado este por los generales de división”, explicó Vizcarra.

En la FAP

“El secretario de Palacio, Bruno Pacheco, me llamó para recomendar al general Edgar Briceño, diciéndome que lo ascendiera. Yo le escuché y luego le contesté que era imposible, porque Briceño es de la especialidad de Operaciones Especiales, no tiene el mérito y no tiene ninguna competencia para ascender al grado inmediato superior, que es el grado de teniente general de la FAP”, señaló a dicho diario el general FAP Jorge Chaparro Chaparro.

“Era imposible porque la FAP ya había evaluado a los postulantes al grado de teniente general. Le dije a Pacheco que no se podía hacer eso. Incluso le sugerí que, si era un pedido del presidente Pedro Castillo, estaba dispuesto a explicarle. Pero Bruno Pacheco insistió que lo evaluara y me cortó la llamada”, relató Chaparro.

“Luego, un coronel en retiro de la Policía Nacional, quien se presentó como asesor de Bruno Pacheco, me manifestó que venía de parte del secretario de la Presidencia pidiendo que ascienda al general Briceño. Me tomó media hora explicar las razones por las cuales el general Briceño no podía ascender”, indicó.

Bruno Pacheco también recomendó el ascenso de los coroneles FAP Herbert Vilca Vargas y Carlos Castillo Ruiz, que tampoco estaban calificados.