Asesinato del director de cárcel Castro Castro

El Apra y el crecimiento del delito: repitiendo la experiencia 1985-1990
Manuel Vásquez Coronado


El execrable asesinato del director de la cárcel Miguel Castro Castro, Manuel Vásquez Coronado, no es sino otro episodio más de la escalada de violencia delictiva que encuentra en la irresponsabilidad del gobierno aprista el caldo de cultivo e incentivo ideal para prosperar y fortalecerse, como  durante el primer gobierno de Alan García, que terminó desastrosamente en 1990.


Como se sabe, Vásquez fue acribillado en la puerta de su domicilio al ser presa fácil por no contar con siquiera una persona para su seguridad, pese a que era de conocimiento del ministro de Justicia, Aurelio Pastor —y de autoridades como el propio Presidente de la República y del jefe del Instituto Nacional Penitenciario, Rubén Rodríguez Rabanal—, que había recibido amenazas.

Aurelio Pastor
Pastor salió muy suelto de huesos a declarar ante la prensa justificando su negligencia y en el colmo del desparpajo culpó al fallecido por su propio asesinato: “Él estaba siendo objeto de seguimiento. Eso le fue comunicado de manera oficial. Se le recomendó solicitar seguridad personal al jefe de Seguridad del Instituto Nacional Penitenciario. Eso requiere de un trámite. Sin embargo, no contamos con algún documento oficial en el que el señor Vásquez haya solicitado esto”; manifestó. Es decir, todo un ministro de Justicia sabía de la amenaza, no brindó la protección del caso y ahora culpa al muerto.


En conferencia de prensa Pastor fue preguntado: “¿Por qué un director del penal de máxima seguridad debe hacer una solicitud para tener resguardo policial, cuando está en peligro constante?”. Su respuesta fue el silencio, luego ensayó excusas burdas. Parece no interesarle, y la delincuencia no lo afecta, como a muchos funcionarios que gozan de protección las 24 horas del día.

Las declaraciones más cínicas corresponden a García: “Él había recibido amenazas por haber tomado con mucha decisión el establecer la disciplina, evitar el ingreso de celulares y de drogas e, inclusive, una banda liderada, según se dice, por el ‘Cojo Mame’, le había amenazado en varias ocasiones; es un funcionario que se convierte en mártir por su voluntad de trabajo”, manifestó el Presidente. Si sabía que estaba amenazado, ¿qué esperaba para brindarle protección? ¿O esperó pacientemente que se cumpla en crimen para regodearse con él? ¿Para García Vásquez debía morir por atreverse a imponer orden en la cárcel? Sindo una de las clases más golpeadas por la delincuencia la clase media, pues los ricos gastan en seguridad y están protegidos y los muy pobres tienen muy poco que robarles, ¿es esto parte de su plan de destrucción de la clase media, la cual ofreció aniquilar durante su primer gobierno? Son preguntas válidas si tratamos de explicarnos las razones por las cuales no se le brindó protección y por qué las acciones del gobierno conducen al fortalecimiento de la delicuencia.

Como durante el primer gobierno, promoviendo el delito y el terrorismo

Durante su primer gobierno, los canales oficialistas abundaban en noticias y filmaciones sobre destrucción de pistas de narcotraficantes, de captura de delincuentes, pero al terminar su mandato lo único que se pudo comprobar fue el crecimiento de la delincuencia común, particularmente del narcotráfico, que se asoció al terrorismo, al cual hizo prosperar y emprender una escalada destructiva contra la sociedad. Si alguna vez decidió hacer algo lo hizo con brutalidad y violación de los derechos humanos, como las matanzas en los penales y las masacres de campesinos de Cayara y otros lugares, donde en lugar de hacer trabajar a la inteligencia recurrieron al arrasamiento criminal.

De igual manera, ahora abundan las fotos de nuevos patrulleros (no sin escándalos como el de la mafia chilena de Gildemeister), las noticias de captura de pasajeros con paquetes de droga, etc., pero los hechos son preocupantes:
  • Drogas: con todo cinismo, Lima Airport Partners, empresa que obtuvo la concesión del aeropuerto Jorge Chávez en proceso irregular, impide o restringe el acceso de la policía antidrogas para que realice su trabajo de detección o investigación de tráfico de drogas en el transporte aéreo, hecho que incluso fue denunciado por el general Miguel Hidalgo. Lo raro es que nunca "vean" dónde se encuentran los grandes centros de producción de droga, aquellos que son capaces de producir toneladas.
  • Terrorismo: nuevamente, como en su primer gobierno, Sendero Luminoso impone islas en las cárceles, donde ejerce el control sin ninguna intervención de las autoridades y hasta instala escuelas de adoctrinamiento terrorista.
  • Violencia urbana: las bandas de delincuentes azotan a los ciudadanos por todo el país, siendo ciudades como Trujillo las más afectadas, al punto de haber desatado una ola sin precedentes de secuestros, extorsión y cobranza de cupos, etc.
  • Violencia no urbana: los delincuentes hacen de las suyas en las carreteras e incluso en lugares donde antes había apacibles campiñas ahora el hampa acecha el tiempo de cosecha para abalanzarse sobre los agricultores, con lo cual, en lugar de fomentar el desarrollo del agro se alienta la migración a las ciudades. Particularmente grave es el caso del campo huachano, donde los delincuentes reinan ante la pasividad del gobierno.

¿Qué se propone el gobierno, crear caos social alentando con su inacción el crecimiento de todas las formas de delito? ¿Qué busca García fortaleciendo a la delincuencia?