Indulto a Crousillat fue una farsa

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El informe de la Junta Médica Penitenciaria, que pretende darle soporte científico y legal al “indulto por razones humanitarias” que le otorgó a José Enrique Crousillat López Torres, habría sido tergiversado por las autoridades del Ministerio de Justicia.
Al parecer este documento, hasta hoy desconocido, sería el único aval que da garantía al indulto otorgado al dueño del América TV.

Según afirma Perú21.pe este documento nunca consignó que la salud del indultado Crousillat haya estado bajo riesgo y, menos aún, que al cuestionado personaje le haya urgido ser trasladado a alguna clínica privada para recibir tratamiento especializado, como han argumentado sus médicos y abogados.

En una entrevista a Félix Revilla Manchego, uno de los tres integrantes de la referida Junta Médica Penitenciaria que en junio de 2009 evaluó al entonces reo Crousillat y que participó que participó en representación del Ministerio de Salud, como especialista en Cardiología del Hospital 2 de Mayo, reveló que el informe médico consigna de manera categórica una conclusión insospechada: “El paciente (Crousillat) se encuentra clínicamente estable”.

De acuerdo con Revilla Manchego, ni él ni sus colegas Frank Britto Palacios (representante del Incor-Essalud) y Pedro Cubillas Pérez (médico cardiólogo del INPE) llegaron a consignar en el informe médico que la salud de Crousillat haya estado en peligro, o en riesgo de muerte.

Es más, el informe de la junta, señala Revilla, ni siquiera difiere “en el fondo del asunto” de las evaluaciones ya conocidas efectuadas por el ex médico del penal San Jorge, José Janampa Coronado, quien examinó a Crousillat hasta en tres oportunidades y concluyó que debería retornar al penal.

Según ha referido en varias oportunidades el ministro de Justicia, Aurelio Pastor, el “indulto humanitario” está avalado por once informes médicos. Sin embargo, los considerandos de la Resolución Suprema Nº 285-2009-JUS, del 10 de diciembre pasado, que dispuso el indulto, solo hacen referencia a dos informes.

Uno es el elaborado por el médico de cabecera del propio Crousillat, Juan Dyer Otero. Obviamente, el informe de este médico también da cuenta de los problemas cardiovasculares de su cliente propios de su edad pero, a diferencia del resto de médicos, recomienda que “por ningún motivo debe reingresar al centro penitenciario, donde se carece de medios adecuados (...)”.

El segundo informe, que es el principal y el que avala el indulto, es el que preparó la referida Junta Médica Penitenciaria y cuyo diagnóstico ha sido resumido en apenas un párrafo en la resolución firmada por el presidente Alan García y Pastor, mientras que los considerandos del médico de cabecera tienen el doble de espacio.

Según se indica en la resolución, los tres médicos (Revilla, Britto y Cubillas) diagnostican las afecciones que aquejaban a Crousillat y que, por tanto, el paciente requiere de una evaluación cardiológica. Sin embargo, el doctor Revilla confirmó a Perú.21 que en el informe de la junta no se ha puesto que el paciente debería estar en la clínica. Según él, lo que requería era controles y seguimientos periódicos.

La resolución firmada por el presidente de la República y el ministro de Justicia obvió lo que quizá es la conclusión principal del estudio efectuado por Revilla, Britto y Cubillas: que Crousillat estaba clínicamente estable.

Pese a ello, el Gobierno inexplicablemente indultó a Crousillat y lo mandó a su casa. Sin embargo, Crousillat no estaba moribundo y se fue a veranear. Y lo hizo por una razón: “Una persona con ese diagnóstico, y con posibilidades económicas para tratarse y controlarse oportuna y periódicamente, estará estable”, precisa Revilla.

Pastor anunció ayer que el Gobierno ha dispuesto la revisión de los informes médicos que están en el expediente. Pero, a la luz de esta información, el Gobierno debería quitarle al informe de la Junta Médica el rótulo de “reservado” y hacerlo público de una vez. Sin embargo, en el despacho del ministro anunciaron que no lo darán a conocer el documento.

Posiblemente el Gobierno se niega a hacerlo público porque la opinión de los médicos era que el paciente no estaba moribundo ni agónico. Y lo que es más grave, el doctor Revilla afirma que se siente utilizado porque en ningún momento le pidieron que realizara una evaluación para ser utilizada posteriormente para un indulto. “Uno va a una evaluación de buena fe y luego viene todo este manoseo”, concluyó el galeno.

Fuente: Perú21