El aceite de oliva Virgen Extra de la Denominación de Origen Protegida de Baena, los vinos de la Denominación de Origen Protegida Ribera del Duero, y el Jamón Serrano amparado por la ETG Jamón Serrano a través de Confecarne, son tres de los productos españoles más representativos de la diversidad y calidad de los ingredientes que integran la Dieta Mediterránea.

 

La Dieta Mediterránea, hoy reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO,  es una filosofía de vida basada en la forma de alimentarnos, de cocinar los alimentos, de compartirlos, de disfrutar del entorno y el paisaje, de vivir y de relacionarse con el medio, de generar arte y cultura, historia y tradiciones, todo ello vinculado a los alimentos emblemáticos y tradicionales de cada territorio  y, por tanto,  a su origen.

La cocina mediterránea es una sabia combinación de alimentos, equilibrada, rica, completa y saludable, que es muy apreciada en la gastronomía mundial, no solo  porque los productos que la componen gozan de unas cualidades naturales valiosas y reconocidas para nuestra salud, sino porque se trata de una forma de alimentación  compuesta de ingredientes tradicionales, con recetas y modos de cocinar propios, económica en recursos pero, sin embargo, logra con pocos y sencillos ingredientes, platos nutritivos, sabrosos y apetecibles.

Entre sus ingredientes más representativos y característicos están estos tres magníficos productos, un aceite, un jamón y un vino que merecen formar parte de las más cuidadas alacenas en cualquier rincón bañado por el Mare Nostrum o en el que se sienta su poderosa influencia.

Las Denominaciones de Origen Protegidas de Baena y Ribera del Duero junto con la Fundación  Jamón Serrano, a través de Confecarne, tres ingredientes magníficos, respetuosos con las esencias y la tradición mediterránea, participan conjuntamente en Plan de Promoción Europeo “ORIGINAL FLAVORS, The Mediterranean Essence”, a través del cual se promocionarán durante los próximos tres años por Europa para dar a conocer las bondades de sus productos y la importancia que confieren los sellos de calidad diferenciada reconocidos por la Unión Europea.

“A través de las figuras de calidad diferenciada (Denominaciones de Origen Protegidas, Indicaciones Geográficas Protegidas y Especialidades Tradicionales Garantizadas), la UE certifica los productos amparados por estos sellos de calidad, garantizando al consumidor unas mayores garantías de calidad en comparación con otros productos similares” (1). “La UE creó estas figuras de calidad  no solo para ofrecer al consumidor un sistema que asegure que las prácticas agrícolas o el procesamiento de los productos se realicen bajo métodos específicos de producción y estén asociados a materias primas específicas, sino también para proteger a los productos territoriales o regionales, así como proporcionar a los productores una poderosa herramienta para su comercialización que dote a los productos de una importante ventaja comparativa” (2).