Lima, elecciones y el voto joven


Por Desco


A poco menos de cinco meses para las elecciones municipales, las candidaturas tanto provinciales como a nivel distrital, no están del todo definidas y mucho menos las propuestas programáticas respectivas. De los 18‘713,679 votantes a nivel nacional, 45% concentra ciudadanos y ciudadanas de 18 a 35 años. ¿Qué demandan los jóvenes al futuro gobierno de la ciudad?


Casi tres millones de ciudadanos y ciudadanas jóvenes, especialmente los que viven en zonas donde la gestión metropolitana se toma más tiempo en llegar, tienen algunas prioridades que plantear y discutir con los candidatos y candidatas. No podrían pasar por alto los temas que atañen a la juventud y que la afectan directamente en el alcance de su desarrollo. Para Lima, el inminente periodo denominado bono demográfico, constituye una ventana de oportunidades para la inversión en capital humano. Ello implica mejorar oportunidades de educación y empleo, salud sexual reproductiva y planes de vida, a la par de las obras de infraestructura que proponen la mayoría de los candidatos.

La promoción del empleo y el apoyo al emprendimiento local y metropolitano, está relacionado directamente con la demanda educativa de los y las jóvenes que requieren formación técnica para incorporarse con mayores posibilidades de éxito en un mercado laboral inaccesible, donde cada vez más son los jóvenes quienes crean su propia fuente de ingresos mediante empresas independientes. Según un estudio de OSEL Lima Sur, en los once distritos que conforman el Cono Sur de Lima Metropolitana, por ejemplo, de cada 100 personas trabajadoras, 44 son mujeres y 56 son hombres. 38.3% de la Población económicamente activa de Lima Sur, tiene entre 17 y 29 años.

En el tema de salud sexual y reproductiva, se ha comprobado que es a nivel local en el que mejor se puede trabajar el tema de prevención de ITS/VIH, así como el embarazo adolescente en articulación con los planes sectoriales de alcance nacional. El gobierno local es el llamado a mejorar el acceso a información y consejería para abordar de manera frontal los principales obstáculos para el desarrollo del plan de vida de las y los jóvenes.
En términos de políticas culturales y de promoción del buen uso del tiempo libre entre los y las jóvenes, los gobiernos locales debieran gestionar tanto la promoción y el apoyo a emprendimientos culturales. Los municipios de Lima administran el mayor número de casas de la cultura, que son las encargadas de brindar un espacio a los jóvenes y la cultura, los cuales se crean en coordinación con los vecinos de cada sector. Como ejemplo de iniciativa joven en Lima Sur, podemos mencionar que en el proceso del Presupuesto Participativo 2009, en Villa El Salvador se presentaron 42 organizaciones juveniles; lo cual constituye un avance en el diálogo comunidad-gobierno local en lo que al tema se refiere.

La asignación para infraestructura –espacio público–, tendría que tomar en cuenta que el rostro de Lima Sur es joven y que vive –mayoritariamente– en distritos populares, lo que implica que los parques consideren en su diseño además de juegos infantiles, espacios dedicados a adolescentes y jóvenes, que les permita socializar y expresarse, cualquiera sea su género.

Urge gestionar desde la sociedad civil espacios de debate donde la ciudadanía –y los jóvenes, especialmente– puedan participar y acceder a información allende los medios, que faciliten la expresión y el recojo de demandas a nivel local que contribuyan por un lado a visibilizarlas en el ámbito metropolitano y conciliar intereses comunes con las otras Lima, sobre temas urgentes para la ciudad que todos compartimos. En ese esfuerzo se encuentran actualmente algunas organizaciones culturales y redes de jóvenes locales y de carácter metropolitano, que buscan organizar planes culturales distritales participativos. Y también las organizaciones de la sociedad civil (Colectivo Lima Sur), varias de las cuales trabajan con jóvenes y buscan colocar en agenda de discusión temas que atañen a esta población.

En Lima Metropolitana, el porcentaje de voto joven puede marcar la diferencia, porque 1’961,217 ciudadanos entre 18 y 29 años de edad –de los cuales el 51% son mujeres–, acudirán a las urnas para elegir al candidato o candidata que gestionará los recursos municipales para el desarrollo de sus distritos y de la ciudad. En anteriores procesos electorales, el «voto joven» ya ha sido decisivo y sería muy positivo para nuestro sistema democrático actual, mostrar que los partidos realmente representan los intereses de las mayorías.

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