Relaciones Ecuador-Perú en buen estado


Perspectivas de desarrollo Bolivia-Perú-Ecuador

La reciente visita a Lima del presidente ecuatoriano Rafael Correa demuestra la voluntad del Ecuador de mantener en buen estado su relación con el Perú. Debemos añadir que el señor Correa ha anunciado que su país no responderá la invitación de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para que haga conocer su posición en el litigio entre el Perú y Chile.


Esta actitud amistosa hacia el Perú responde también a intereses del Ecuador. En primer lugar, no existe ni controversia territorial ni riesgo de conflicto, las aguas no están agitadas ni conviene agitarlas; en segundo lugar, aunque tengan amistad con Chile, los ecuatorianos saben que cualquiera sea el fallo de la CIJ —favorable al Perú o favorable a Chile—, eso no los va a beneficiar ni perjudicar, no les incumbe1; en tercer lugar, si interviene en esta disputa de terceros Ecuador corre el riesgo de deteriorar las buenas relaciones diplomáticas y comerciales con el Perú, algo importante para los ecuatorianos considerando que su relación con Colombia es tensa desde el ataque colombiano de marzo de 2008.

Sabido es que a lo largo de la historia, Chile ha cultivado buenas relaciones con el Ecuador, con la finalidad de diluir o debilitar la posición peruana en caso de conflicto armado. La cosa es así: Chile, que ha robado territorios de Bolivia (Antofagasta) y del Perú (Tarapacá y Arica), siente que para consolidar su robo y usurpación territorial debe tener ventaja militar sobre los países afectados; entonces, su nexo con el Ecuador sirve para que en caso de conflicto armado Perú-Chile, nuestro país tenga que distraer fuerzas en el norte, ante un posible amago de las fuerzas militares ecuatorianas.

Este tipo de amenaza en que a un país lo ponen en el centro de un emparedado o, como decimos acá, le hacen “pan con pescado”, no es nada nuevo, ocurre en otras latitudes. En Europa, por razones históricas Turquía (país musulmán) no ha tenido buenas relaciones ni con Armenia (país cristiano) ni con Grecia (país cristiano). En caso de guerra Turquía-Grecia, los turcos saben que algo puede pasar en la frontera con Armenia; y si la guerra es entre Turquía y Armenia, los turcos saben que tienen que vigilar bien la frontera con Grecia.



Afortunadamente, el mundo va cambiando y en vez de hipótesis de conflicto se busca más bien algo de sintonía política. En este aspecto, la diplomacia turca trabaja activamente en mejorar sus relaciones con Grecia y con Armenia; en favor de los turcos está el hecho de que no tienen problemas fronterizos con ninguno de sus vecinos ni han robado territorio a nadie (he aquí la gran diferencia con Chile, que es país con antecedentes de terrorista y ratero).

Bloques naturales

Culminada la llamada Guerra Fría que enfrentó a las naciones comunistas con las naciones capitalistas, la situación política y económica del mundo ha cambiado, ya no hay una nación que por sí sola pueda imponerse a los demás. Parecía que los EE. UU. iban a tener la hegemonía mundial pero su crisis económica, la participación en guerras inganables (Iraq y Afganistán) y su enorme gasto militar (tiene 800 bases militares fuera de su territorio) han neutralizado sus ímpetus.

En este panorama, saltan a la escena poderosos países emergentes, como el grupo BRIC, siglas de Brasil, Rusia, India y China, que agrupan la mayor parte de la población mundial y ocupan la mayor extensión de territorio en el mundo (Rusia sola es el país más grande del planeta). Los países del bloque BRIC han superado bien la crisis económica mundial iniciada en 2008 y están encaminados al fortalecimiento económico, contrariamente a lo que ocurre con los EE. UU., cuyos problemas económicos y financieros son de muy difícil solución.

Otra agrupación de naciones importante en el mundo es la Unión Europea, que ha crecido con la inclusión de países que formaban parte del bloque soviético; pero ahora enfrenta serios problemas económicos y financieros al haber sido todos ellos afectados por la crisis financiera mundial. El rescate de la economía griega ha costado muchísimo dinero a los socios más fuertes (Francia y Alemania) de la Unión Europea, que no midieron las consecuencias de incorporar a países pequeños como Grecia y Portugal, que no condujeron adecuadamente su gasto fiscal.

Es interesante notar que en varias partes del mundo los países forman subbloques o espacios de intercambio económico particulares, que con toda seguridad van a atenuar los efectos de la crisis económico-financiera de los países occidentales. Un caso que se debe observar es el de Rusia, Bielorrusia y Kazakhstan, tres países ricos en toda clase de recursos naturales y con cierta base de industrialización (Bielorrusia y Rusia), que están trabajando para alcanzar una unión aduanera2, paso inicial para una integración económica.

Espina dorsal de América del Sur

Hasta la fecha ha habido varios intentos de integración económica en esta parte del continente; tenemos, por ejemplo, el Mercosur y Grupo Andino, que ha quedado reducido a Bolivia, Ecuador y Perú (años atrás se retiró Chile) pero tienen poca coordinación, lo cual se notó especialmente cuando el Perú decidió establecer por su cuenta un TLC con la Unión Europea, en lo que no coincidió con Bolivia y Ecuador.

Esa disonancia se ha dado hacia fuera, y en cuanto al intercambio entre estos tres países andinos (Bolivia, Perú y Ecuador) podemos decir que no se le da la suficiente importancia; no ocurre en la medida e intensidad deseadas por los pueblos. Desde la época del Tahuantinsuyo y del virreeinato, estos tres países tenían mayor integración e intercambio que ahora. Las raíces históricas y el intercambio actual deben intensificarse, lo cual es favorecido por la continuidad geográfica. Es necesario que así como el Mercosur está potenciado principalmente por las economías de Brasil y Argentina, en el lado del Pacífico Bolivia, Perú y Ecuador se esfuercen, si existe la voluntad política, para constituir un espacio de complementación económica que contribuirá mucho a la estabilidad y bienestar de los tres pueblos, en estos tiempos de incertidumbre que vive el mundo como resultado de la crisis económico-financiera de los llamados países occidentales.



Aspecto político

En nuestro subcontinente han ido ganado terreno propuestas políticas tendientes a una posición de independencia respecto de los EE. UU. Los gobiernos de Nicaragua, Ecuador, Venezuela, Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia —con distintos matices— están en esta orientación. Visto este panorama, es necesario que el Perú tenga un gobierno que en vez de ser como el gobierno aprista, sirviente de Chile y vasallo de una potencia declinante como los EE. UU., trabaje seriamente por el fortalecimiento de nuestras relaciones con Bolivia y con Ecuador. Un intercambio económico y comercial fluido y equilibrado entre estos tres países de raigambre tahuantinsuyana será un buen complemento para los TLC existentes y podría ser un seguro en caso de producirse el temido derrumbe económico-financiero mundial3.

La relación histórica Chile-Ecuador no tiene fundamento histórico e ideológico, simplemente se ha desarrollado por el interés de Chile, ladrón de territorios, de utilizar al Ecuador como pieza bajo la manga en caso de guerra con el Perú, como hemos señalado. Lo natural es que como países vecinos y herederos de una misma cultura y con un componente demográfico similar, Ecuador y el Perú, como pueblos hermanos, tengan amplias relaciones de intercambio comercial y siquiera un mínimo de afinidad política; en este último aspecto, por el servilismo prochileno del gobierno aprista, es el Perú quien no sintoniza bien con Ecuador y Bolivia.

Una complementación Bolivia-Perú-Ecuador, cuya población conjunta se acerca a los 55 millones de habitantes, beneficiaría a los tres países, que tienen similar grado de desarrollo y raíces históricas que los unen. Ya bien afirmada la coordinación entre los tres países, podrían establecer, como grupo, relaciones más ventajosas en sus tratos con países grandes o grupos de países (Unión Europea, Apec, etc.).

En cuanto a Chile, diríamos que ya se ha curado en salud: conscientes de que por su historia de rateros y terroristas son mal vistos en esta parte del continente, han firmado TLC con los EE. UU., y con países de Europa y Asia. Siendo así, la consolidación de los tres países tahuantinsuyanos no afectaría a Chile ni tendría que haber un cierrapuertas al usurpador del vecindario4; antes bien, familiarizados por sus TLC con los tratos entre grupos de naciones, los chilenos podrían tener buen intercambio con los tres países andinos, y ese flujo mutuamente beneficioso podría alejarlos de la tentación de seguir robando territorio.
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1 Además, si se involucran en una disputa de terceros (Perú y Chile) tendrían que gastar mucho dinero para contratar abogados especializados.

2 Así empezó la Unión Europea, cuando todo lo hacía con cuidado. Luego de la unión aduanera pasaron por un periodo de unos quince años de coordinación de índices de inflación controlados, seguimiento del equilibrio presupuestal de cada país, etc. Esa coordinación permitió que se llegara a una moneda única, el euro.

3 Que afectaría a los EE. UU., Europa y China.

4 Un asunto particular del Perú con Chile es la eliminación de la hegemonía chilena en la economía del Perú. Un gobierno verdaderamente nacionalista expulsará a las empresas chilenas instaladas en el Perú y anulará la territorialidad que Chile va ganando en el Perú mediante la compra de tierras peruanas. En el Perú no hay inversión chilena inocente; deben irse todos, empezando por la aerolínea LAN. Si Chile quiere conservar sus inversiones en el Perú debería devolvernos Tarapacá y Arica. Como ello no va a ocurrir, deben irse, porque en su libro blanco establecen que su ejército puede intervenir más allá de sus fronteras, donde se encuentren sus inversiones.