TLC con Chile: Manifiesto ingenuo



Un manifiesto con sabor a caviar

Por Rocío Ferrel

Este 12 de marzo de 2009 apareció en la prensa local un pronunciamiento sobre el TLC entre el Perú y Chile, suscrito por personas de diferentes profesiones y líneas políticas. Sobre esta materia, las siguientes son algunas observaciones:


1) Censuran la negativa del gobierno aprista de llevar el caso al Congreso.

Sobre este punto 1), dejar todo en manos del Congreso, parecen los autores del manifiesto vivir en otro planeta y no saber que allí hay mayoría sirvienta de Chile1. Ante esta incertidumbre, lo más seguro es la lucha en las calles, con movilizaciones populares de repudio al TLC, pues el mal ya está hecho con o sin Congreso.

2) Rechazan intento de dividir a los peruanos en víspera de gestiones en La Haya.

En este punto 2) acusan al gobierno aprista de Alan García de propiciar —queriendo o no— la división entre peruanos, pero los firmantes del documento olvidan el hecho de que todo trato con Chile, que siempre es más ventajoso para el país del Sur, necesariamente va a enfrentar a los peruanos con sentimientos patrióticos con los prochilenos a sueldo que con dinero chileno medran en los partidos políticos y en el periodismo (escrito, radial, de televisión o de internet). Por el nefasto antecedente chileno de habernos despojado de Arica y Tarapacá, en todos los sectores de la población peruana hay desconfianza ante cualquier contacto o trato con Chile, lo cual explica que se llegue a situaciones de enfrentamiento entre peruanos.

4) Ponen las expresiones “consolidar relación madura con Chile”, “que brinde beneficios recíprocos, en la paz, la confianza mutua, la integración y la unidad de América Latina”; también escriben “impidamos un mayor deterioro de las relaciones entre ambas naciones hermanas”. Invoca al Tribunal Constitucional para que resuelva bien.

El punto 4) consigna un grave error de apreciación o de concepto, cuando hablan de “consolidar relación madura con Chile”, “un comercio justo que brinde beneficios recíprocos, en la paz, la confianza mutua, la integración y la unidad de América Latina” o de impedir “un mayor deterioro de las relaciones entre ambas naciones hermanas”. Los firmantes del pronunciamiento y otras personas del mundo político no llegan a entender que la situación no deseable contra la que se manifiestan y de la que se podría salir poniendo en práctica los deseos citados entre comillas se produce justamente por la ingenuidad de creer que puede haber una relación constructiva entre el Perú y Chile.


Teniendo en primer plano la tarjeta de presentación de Chile como agresor y mutilador del Perú, es ingenuo esperar algo bueno de ese país. Esto no significa, por supuesto, que debamos asumir una actitud hostil hacia Chile, porque sería pérdida de tiempo y porque ya tiene comprados a políticos y periodistas que con entusiasmo y brío se lanzan a la bien remunerada tarea de defender los intereses de Chile y atacar o desacreditar a los peruanos que dicen “no” a Chile2. Por tanto, asimilando las enseñanzas de la Historia, lo necesario y aconsejable es mantener en un mínimo indispensable las relaciones con Chile, en todo nivel3. Por ejemplo, suspender la exportación de materiales estratégicos y poner alto y luego extirpar o disminuir la presencia de capitales chilenos en el Perú, que nadie —ni siquiera los firmantes del pronunciamiento— duda en considerar amenaza para los intereses estratégicos del Perú.

Una vez más es preciso recordar el ejemplo del Japón, pues debido al conflicto territorial que sostiene con Rusia por sus islas, los japoneses no sólo no quieren TLC con Rusia, sino que no quieren ampliar relaciones comerciales con ese país.

El mal aspecto

La presencia hegemónica de capitales chilenos trae otro efecto indeseable. Desde antes, y mucho más desde que se descubrió la extendida corrupción del gobierno fujimontesinista, el Perú es percibido a los ojos del mundo como una nación plagada de políticos corruptos. Si a esto añadimos la mala fama internacional de Chile como país que ha robado territorios de Bolivia y del Perú, el panorama que ofrece nuestra patria infectada por Chile es el de ser teatro de operaciones de políticos corruptos y de chilenos agresores internacionales. Esta visión inhibe a países y empresarios decentes de acercarse al Perú, demasiado manchado por el contubernio de nuestros políticos corruptos con los chilenos. Si queremos que vengan buenas inversiones de países industrializados, debemos limpiar el escenario. Y lo primero que se debe barrer es la presencia de inversiones chilenas, que como Lan o Lucchetti, destacan por la corrupción o el contubernio.

En el aspecto comercial, debemos partir del hecho de que al tener Chile una economía con más capitales que la peruana, siempre tendrá ventajas (¡una cosa es entrar a un negocio con un 5% de acciones y otra participar con un 70% de acciones!). Tan cierto es esto, que incluso el superávit a favor del Perú en el comercio con Chile es no sólo engañoso sino peligroso, porque se basa en las ventas a Chile de petróleo y molibdeno4. Este punto tiene dos vertientes: a) seguridad nacional, porque es error vender materiales estratégicos a un país que nos ha invadido y con el cual mantenemos una controversia en la Corte Internacional de Justicia de La Haya; b) subordinación económica, porque ancla al Perú en su condición de exportador de materias primas, situación que mantenemos desde la época colonial5, y, como ya hemos señalado, nos niega la posibilidad de desarrollar industria y de retener para el Perú el valor agregado.

“Nación hermana”

Por último, un deseo de los firmantes del pronunciamiento reza: “impidamos un mayor deterioro de las relaciones entre ambas naciones hermanas”. Esto sí que es un error grave. Naciones hermanas del Perú son Bolivia y Ecuador, por los conocidos vínculos históricos y culturales. Pero con Chile sólo nos une una relación de conflicto: tengamos presente que Perú y Chile no eran países fronterizos; alcanzan esa condición luego de que Chile roba todo el litoral boliviano y nos arrebata Arica y Tarapacá. Si esas acciones y las actuales usurpaciones chilenas que nos obligan a recurrir a la Corte Internacional de Justicia convierten a Chile en “nación hermana” del Perú, entonces aquí hay una gravísima confusión conceptual. Nada de lo que ha hecho y hace Chile contra el Perú es ni amistoso ni menos fraternal. Además del pasado de guerra, basta mirar estos ejemplos actualísimos para entender que la agresión chilena contra el Perú no termina, sino que continúa:

  • —Siguen usurpando mar peruano, por lo que nos hemos visto obligados a demandarlos ante La Haya.
  • —Desconocen el Tratado de 1929 y niegan que el Punto Concordia esté ubicado en la orilla del mar.
  • —Usurpan casi cuatro hectáreas de Tacna en torno al Punto Concordia.
  • —Colocan minas homicidas en la frontera violando la Convención de Ottawa.
  • —Se burlaron de su condición de garantes y vendieron armas a Ecuador durante el conflicto que sostuvo con el Perú en 1995.
  • —Capturan a nuestros pescadores en el mar de Tacna
  • —Promueven el antiperuanismo en las escuelas chilenas exacerbando el nacionalismo chileno y maltratando a los escolares peruanos que se encuentran en Chile, tolerando las golpizas y prohibiéndoles hablar como peruano, obligándolos a imitar el amanerado dejo chileno.
  • —Llegan, como Andrónico Lusik, a postrarse ante corruptos como Montesinos y a pagar coimas para obtener beneficios encima de la ley, violando la sana y respetuosa competencia por el mercado, como también lo hace Lan, que oscuramente recibió cielos abiertos (materia que se investiga) y hasta se atrevió a denigrar al Perú con videos ofensivos.
  • —Roban nuestros recursos y propiedad intelectual como el pisco, el pisco sour, la chirimoya, el suspiro limeño, etc.
  • —Se arman desenfrenadamente rompiendo el equilibrio en América del Sur, con sus armas orientadas hacia el Perú; y se atreven a decir, fuera de lo que debe ser un país civilizado, que donde están sus inversiones interviene su ejército.
  • —A los criminales de la guerra de 1879 los llaman “héroes” y los homenajean y les colocan monumentos, lo cual es una clara señal de la formación de sus generaciones: “roba territorio, mata a peruanos y serás héroe”.
  • —Engañan y difunden que la guerra de 1879 se originó porque el Perú y Bolivia intentaban atacar a Chile, lo cual ni el peor historiador puede sostener6.

·
¿Quién es tu “hermano”?

Es un grave mensaje moral llamar “hermano” al que lejos de arrepentirse de sus crímenes y despojos del pasado, sin siquiera pedir perdón, sino ensalzándolos, perpetúa los actos de hostilidad y agresión. Si Alemania y Francia ahora son aliados es porque Alemania devolvió territorios que robó a Francia y condena los crímenes de los nazis. A ningún alemán se le ocurriría colocar monumento a Hitler o a cualquier otro agresor.

Es iluso pensar que la solución de nuestros problemas bilaterales se encuentra en los “demócratas” o “hermanos” chilenos, como les llama este grupo. Esos “hermanos” también rinden homenaje a los criminales de 1879 y defienden los despojos territoriales del pasado y del presente.

La solución de nuestros problemas con Chile está en manos de los peruanos honestos y dignos para quienes el Perú y los peruanos deben ser respetados por Chile y por cualquier otro país, no en manos de los políticos y periodistas que por dinero trabajan para Chile dando la espalda a los intereses del Perú.

Trabajo psicosocial de los chilenos

Prácticamente desde los primeros años que siguieron a la guerra de 1879, la cancillería chilena busca por todos los medios establecer lazos de amistad con los peruanos, donde reclutan no sólo amigos, sino traidores para la causa chilena. Muchos peruanos sin memoria no aprendieron la lección (ver: La diplomacia ladrona de Chile y Guerra Perú-Chile 1879. 20 Chile, espionaje y propaganda antiperuana) .

Los chilenos se infiltran en grupos culturales, académicos, políticos y en las ONG, donde en los últimos años su triunfo más destacable es la aceptación, por parte de una camarilla de traidores, de la deformación de la Historia del Perú, en especial, en el capítulo correspondiente a la Guerra con Chile: para eso se prestan historiadores, en especial, de la Universidad Católica. ¿Qué de católico tiene mentir escondiendo la verdad de la historia? (Ver: Crisis de la profesión de Historia)

Los chilenos son la cabeza oculta de los izquierdistas peruanos, pues utilizan a su favor la doctrina marxista donde el concepto de patria se anula, el resultado es que mucha gente de izquierda reniega de los valores patrios (ver: Tapia: agente prochileno en el partido nacionalista), mientras que para los izquierdistas chilenos la patria chilena es lo primero. Recordemos que en el MRTA y Sendero Luminoso chilenos muy “hermanos” y “amigos” de los peruanos, como Sibila Arredondo, fueron capturados con dinamita en las manos, con el propósito de destruir el Perú (pero en Chile estos comunistas nunca se atrevieron a reventar nada, solamente el Perú debía sufrir destrucción, siguiendo la lógica del criminal Patricio Lynch). Algo parecido sucede con los apristas, que anteponen sus doctrinas partidarias a la patria.


Para vergüenza de la Iglesia del Perú, el cardenal Cipriani gustoso aceptó la propuesta (que sigue la línea de la cancillería chilena) de reforzar los lazos entre el Perú y Chile. Para eso llegó personalmente el arzobispo chileno Errázuriz (en Chile los Errázuriz son muy respetados por el prontuario con el que regresaron a Chile después de la rapiña en el Perú en la guerra de 1879), con lo cual Chile abrió un frente más de infiltración y de captación de “amigos” y traidores prochilenos (ver: Una visita indeseable: Errázuriz, traficante de la fe). Como corresponde a un prelado, para ejemplo moral, Cipriani debía antes haber solicitado a Errázuriz que la Iglesia chilena pida perdón por haber ayudado a promover los crímenes contra los peruanos, porque décadas antes de 1879 predicaban al pueblo chileno que debía lanzarse en guerra contra los peruanos, a los cuales tildaban de “degenerados”. Y debía haberle solicitado a la Iglesia chilena que predique no homenajear a los criminales de 1879, devolver los territorios robados, pues fue gran pecado, y que el gobierno chileno pida perdón al Perú por lo sucedido durante esa guerra.

Por tanto, las personas que suscribieron ese pronunciamiento deberían antes pensarlo bien.

____________________________

1 Son congresistas elegidos y pagados por el pueblo peruano, pero que se venden al mejor postor y permiten toda clase de tropelías chilenas contra el Perú.

2 Cuando un país tiene fuerte presencia económica en otro, su influencia trasciende al plano ideológico e informativo, y llega inclusive a dirigir aspectos educativos del país dominado (ver: ¡Infamia contra escolares al descubierto! y ¡Lavado cerebral a escolares promovido por Ministerio de Educación! y Chile pidió cambiar textos de la Guerra del Pacífico ), lo cual ya sucede con la servil anuencia del gobierno aprista. Esto afecta también la dignidad de las personas, veamos, si no, el vergonzoso caso de los marinos del monumento a Arturo Prat y la sumisión del general Otto Guíbovich a Chile (leer: García y Wagner humillan a la Marina de Guerra y General Otto Guíbovich rinde homenaje a los héroes de San Juan y Miraflores).

3 En lo político, diplomático, militar y comercial. Es absolutamente ridículo y ofensivo que la diplomacia chilena, como quien proclama un castigo para el Perú, anuncie que a la fecha no hay condiciones favorables de las reuniones “dos más dos”, que solían reunir a los ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores de ambos países. ¿Qué hemos sacado de las reuniones “dos más dos” habidas hasta la fecha? ¡Nada! ¿Ha frenado Chile su armamentismo dirigido contra el Perú?, ¿ha cesado la usurpación de nuestros 60 000 km2 de mar territorial y las casi cuatro hectáreas de tierra tacneña, originadas ambas en la negativa chilena a reconocer la existencia del punto Concordia? ¡Nada de nada! ¡La amenaza militar chilena y la mencionada usurpación continúan!

4 Al proporcionar estas materias primas estratégicas a Chile, se niega a los peruanos puestos de trabajo y obtención de valor agregado que deben ganarse para nuestro país procesando acá petróleo y molibdeno, y no dar el penoso espectáculo de sabotear a PetroPerú para que no pueda producir gasolina y dejar que los chilenos, a través de su red Prímax, vendan gasolina hecha de petróleo peruano.

5 ¡Así de retrógrada es la conducción aprista de la economía del Perú.

6 Al no poder negar el robo territorial, los chilenos presentan la guerra de 1879-1883 como respuesta a una alianza peruano-boliviana contra Chile, cuando todo el mundo sabe que en 1879, al inicio de la guerra, Bolivia y Perú eran países sumidos en el caos, las guerras caudillistas y aguda crisis económica. ¡Es lógico que Chile no haya podido ni pueda demostrar que Perú y Bolivia estaban en condiciones de atacarlo, puesto que ni siquiera pudieron defenderse bien cuando se produjo la premeditada agresión chilena!


Nota: el siguiente es el texto completo del manifiesto en mención:


MANIFIESTO SOBRE EL TLC PERU – CHILE


Los abajo firmantes más allá de nuestras posiciones políticas e ideológicas, ante la firma del Tratado de Libre Comercio con Chile, expresamos lo siguiente:

1) Censuramos la negativa del gobierno a discutir en el Congreso de la República, el acuerdo comercial ampliado con Chile, equivalente a un TLC. El argumento oficial de que estamos ante un “acuerdo ejecutivo” es insuficiente, más aún cuando existe una gran desconfianza de la ciudadanía y cuando diversos expertos sostienen que la amplitud de dicho acuerdo hace necesario que sea discutido y, de ser el caso, aprobado en el Parlamento.

2) Rechazamos este intento irresponsable del gobierno de Alan García de querer dividir a los peruanos cuando en estos días se presentará ante la Corte Internacional de la Haya nuestra posición por el diferendo marítimo que mantenemos con Chile.

3) Sostenemos, que no era necesario un nuevo acuerdo no solo porque se mantiene sin cambios en el aspecto comercial el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) de 1998 sino también porque el reciente TLC no defiende los intereses nacionales al consolidar el dominio de las grandes inversiones chilenas en sectores estratégicos de nuestra economía (puertos, energía, compra de tierras agrícolas, financieras, comercio, etc.) y al brindar nuevas e innecesarias ventajas al país del sur afectando nuestra soberanía y seguridad nacionales. Asimismo, no asegura un acceso igualitario a los profesionales y técnicos peruanos en el mercado laboral chileno.

4) Porque estamos convencidos de que es necesario consolidar una relación madura con Chile, basada en la solución de los viejos y de los nuevos problemas, en un comercio justo que brinde beneficios recíprocos, en la paz, la confianza mutua, la integración y la unidad de América Latina, hacemos un llamado a las fuerzas democráticas y progresistas de ese país para que, conjuntamente, impidamos un mayor deterioro de las relaciones entre ambas naciones hermanas. Asimismo, al Tribunal Constitucional para que defienda el orden constitucional y el Estado de Derecho, y al Congreso de la Republica para que discuta este TLC. Llamamos a todos los peruanos, mujeres, hombres, trabajadores y jóvenes, a los profesionales, a los partidos políticos a expresar su rechazo ante esta nueva imposición autoritaria que, como en el caso de la exportación del gas, en nada beneficia al país.

Alberto Adrianzén

Humberto Campodónico

Isabel Coral

Pedro Francke

Ricardo Giesecke

Marisa Glave

Cecilia Israel

Félix Jiménez

Baldo Kresalja

Sinesio López

Nicolás Lynch

Carlos Monge

José Oscátegui

Marisa Remy

Santiago Roca

Roger Rumrrill

Jürgen Schuldt

Lima, 11 de marzo de 2009