¿Marcha por la Paz o gran psicosocial?
Por Juan Sheput
Cerrar filas contra el peligrosísimo terrorismo era la táctica favorita de Alberto Fujimori en su estrategia para la reelección. Revivir el temor de la década de los 80 surtía efecto en una población atemorizada y, claro que sí, desinformada.
 |
Cerrar filas contra el peligrosísimo terrorismo era la táctica favorita de Alberto Fujimori en su estrategia para la reelección. Revivir el temor de la década de los 80 surtía efecto en una población atemorizada y, claro que sí, desinformada.
En estos días la incompetencia del gobierno y de sus ministros de defensa e interior, ha elevado al narcoterrorismo a categoría de enemigo de la patria. Pero este mismo narcoterrorismo no tendría nada que hacer si tuviera al frente a generales capaces y no corruptos, como los que vemos que se encargan de la compra de alimentos en el VRAE. El problema no es que el narcoterrorismo sea una gran amenaza que haga peligrar al Estado. El problema es que los que están al frente del gobierno son muy incapaces para enfrentarlos.
Bolivia, Ecuador o Venezuela por ejemplo, no son potencias futbolísticas porque le ganen al Perú. El problema futbolístico de nuestro país es por los dirigentes y entrenadores incapaces, algunos de ellos acusados de corrupción. Salvando las distancias, lo mismo sucede con el "rebrote" del terror.
Así que llamar a una gran Marcha por la Paz es una exageración que le hace el juego al terrorismo. Uno de los objetivos del narcoterrorismo es generar miedo para poder extorsionar, chantajear, intimidar. Con la Marcha por la Paz que promueven con oportunismo el comediante Carlos Álvarez y el alcalde de Jesús María, se le hace el juego a un grupo al margen de la ley que bien puede ser enfrentado por oficiales eficientes, que los hay, y por un ministro de Defensa con un mínimo de conocimiento del tema y no una persona que ha demostrado de lejos no estar capacitada para el cargo como el ex embajador Rafael Rey.
Creo que no procede el llamado a una Marcha por la Paz. En estos momentos es un cántico al fujimontesinismo que quiere construir un monstruo donde lo que hay es la consecuencia del mal trabajo de ministros sin capacidad. Y se hace en un momento en el cual el Poder Judicial se pone del lado de la impunidad al liberar a un marino que asesinó quemando vivo al ciudadano Indalecio Pomatanta.
Los tontos útiles (para usar palabras caras al fujimontesinismo) serán aquellos que asistan a esta "marcha por la paz".
http://mate-pastor.blogspot.com/
Bolivia, Ecuador o Venezuela por ejemplo, no son potencias futbolísticas porque le ganen al Perú. El problema futbolístico de nuestro país es por los dirigentes y entrenadores incapaces, algunos de ellos acusados de corrupción. Salvando las distancias, lo mismo sucede con el "rebrote" del terror.
Así que llamar a una gran Marcha por la Paz es una exageración que le hace el juego al terrorismo. Uno de los objetivos del narcoterrorismo es generar miedo para poder extorsionar, chantajear, intimidar. Con la Marcha por la Paz que promueven con oportunismo el comediante Carlos Álvarez y el alcalde de Jesús María, se le hace el juego a un grupo al margen de la ley que bien puede ser enfrentado por oficiales eficientes, que los hay, y por un ministro de Defensa con un mínimo de conocimiento del tema y no una persona que ha demostrado de lejos no estar capacitada para el cargo como el ex embajador Rafael Rey.
Creo que no procede el llamado a una Marcha por la Paz. En estos momentos es un cántico al fujimontesinismo que quiere construir un monstruo donde lo que hay es la consecuencia del mal trabajo de ministros sin capacidad. Y se hace en un momento en el cual el Poder Judicial se pone del lado de la impunidad al liberar a un marino que asesinó quemando vivo al ciudadano Indalecio Pomatanta.
Los tontos útiles (para usar palabras caras al fujimontesinismo) serán aquellos que asistan a esta "marcha por la paz".
http://mate-pastor.blogspot.com/
