Bajo el mismo cielo
Por David Rodríguez Seoane (*)
“Me pregunto si habría una forma de comprar un trozo de desierto en Egipto para esa gente que nos avergüenza; tendrían que asignarles los trabajos más duros”, declaró el Ministro de Exteriores de Rumania, Adrián Cioroianu, en una televisión estatal para mostrar su rechazo a la etnia gitana. El carácter incendiario de esta intervención avivó la polémica suscitada por un decreto aprobado por el Gobierno italiano, con el que se permitiría expulsar a los ciudadanos de la Unión Europea (UE) considerados peligrosos, en referencia clara a los rumanos afincados en Italia. Las palabras del ministro achacan a la minoría romaní, tan sólo un millón y medio de los 20 millones de habitantes que residen en el país, la mala imagen que Rumanía proyecta en el exterior.