megapiranha paranensisUna piraña prehistórica que vivía en los mares hace diez millones de años era capaz de morder con más fuerza que el tiranosaurio rex, en forma proporcional a su tamaño, indica una estudio realizado por la Universidad de Washington.

El pez era un predecesor de la piraña actual y sus poderosas mandíbulas eran también más potentes que las de los tiburones come-ballenas, señala el artículo publicado en la revista Scientific Reports.
 
Estos peces, bautizados como Megapiranha paranensis pesaban 22 libras (unos diez kilos) y con sus afilados dientes podían cortar carne pero también rompían conchas, armaduras y huesos.

Stephanie Crofts, a cargo del estudio explica que las mordidas de esta piraña también eran más fuertes que los poderosos monstruos Dunleosteus terrelli, de cuatro toneladas, que vivían en los océanos hace 400 millones de años.

La fuerza de la mordida de la  Megapiranha paranensis fue calculada a partir de la mordida de las actuales pirañas, Serrasalmus rhombeus, conocidas como pirañas negras.

Una piraña de dos onzas y media muerde con una fuerza de 320 newtons (unas 72 onzas), es decir unas 30 veces el peso de su cuerpo,  el triple de la fuerza de un lagarto americano de un tamaño equivalente.

Siguiendo estos cálculos y los de otras especies en libertad, la Megapiranha paranensis habría tenido una fuerza de mordida de 1,240 a 4,750 newtons, o de 280 a 1,070 libras o más.

Se calcula que el tiranosaurio rex tenía una mordida con fuerza de 13,400 newtons o 3,000 libras, pero con un peso corporal 30 veces mayor que el de la Megapiranha paranensis.

Esta fuerza coloca a la Megapiranha paranensis en el sitial de las mordidas más poderosas entre los peces carnívoros vivos y extintos.

Hasta ahora nadie había medido la fuerza de la mordida de las pirañas, pese a su fama de depredadoras.

Además de su fuerza, las pirañas han evolucionado para tener las mandíbulas con un cierre mecánico que aventaja a todos los demás peces y su potencia reside en los poderosos músculos de sus mandíbulas y tendones que parecen cuerdas, con un peso del 2% de su peso total.

El estudio concluye indicando que la Megapiranha paranensis podía aniquilar con rapidez a los grandes animales prehistóricos.