¿Por qué consumir alimentos ecológicos?
Fernando Alvarado de la Fuente(*)

Nuestra presencia humana actual en este planeta es consecuencia de una larga evolución, con miles de años de adaptación, en los que, la condición de seres errantes, yendo de un lugar a otro, obligó a colectar y consumir vegetales silvestres y a cazar algunos animales.  Así, los estudios dan a conocer que, a raíz de este consumo "al paso", nuestra dieta estuvo constituida de hasta 10 mil tipos de productos silvestres.  Es muy posible que esta sea la explicación al porqué nuestro organismo procesa más adecuada y eficientemente los alimentos naturales o los ecológicos.

 

Siguiendo con la historia, se registra que hace 10 mil años las mujeres inventaron la agricultura; una agricultura implícitamente ecológica, que respetaba e imitaba la naturaleza.  En comparación, hace escasos 60 años aparece una "nueva y moderna" agricultura, una agricultura anti-ecológica. Consumir alimentos de esta agricultura antiecológica, colmada de fertilizantes sintéticos, pesticidas y, últimamente, de semillas transgénicas, resulta en alto riesgo para la salud humana y del ambiente, pues nuestra evolución histórica no registra adaptación a los productos sintéticos.

FERTILIZANTES SINTÉTICOS

La agricultura antiecológica o convencional utiliza fertilizantes sintéticos que desordenan y destruyen la vida microscópica que habita en el suelo; por ejemplo, fertilizantes nitrogenados como la úrea (la sustancia más popular en Perú y el mundo). La úrea contiene 46% de nitrógeno para promover un gran crecimiento en los vegetales.  Tal concentración es inexistente en la naturaleza, calculándose que hasta 10 veces superior a lo natural.  Siendo así, es previsible graves consecuencias al suelo que se empobrece y a la salud de quien consuma productos de un cultivo anti-ecológico. La concentracion de nitratos y nitritos en estas cosechas puede ser 20 veces mayor a lo encontrado en un producto ecológico; en concreto, gran cantidad de radicales libres que envejecen las células y promueven diversos tipos de males y enfermedades graves, como el cáncer.

PESTICIDAS

Los fertilizantes sintéticos fomentan un círculo vicioso, pues al empobrecer el suelo, se debilitan las plantas, que luego son atacadas por insectos.

Para la economia del agricultor ello es un dilema, ya que, los nitratos inclusive, son alimento para los insectos, que gracias a esta sobre dosis en su dieta, se reproducen exponencialmente para convertirse en plaga.

Buscando altos rendimientos con fertilizantes nitrogenados, al agricultor no le queda otra que añadir gastos para adquirir pesticidas, una decisión que no estaba en su plan, pues nadie en su sano raciocinio buscará altos rendimientos con inversión en plaguicidas contaminantes.  Como su nombre lo indica, el sufijo -cida- significa "aniquilar, destruir, matar", un objetivo claro para estos insumos que buscan desterrar a los insectos promovidos por la fertilización sintética.  Al principio parecen funcionar, no más que, los insectos presentan alta adaptabilidad y cada vez requieren formulaciones más potentes, sofisticadas y de mayor frecuencia de aplicación.  Los cultivos de tomate, manzana o fresa, son fumigados de 12 a 16 veces. Las consecuencias de consumir estos productos fumigados, en la salud de las personas y el ambiente, están amplia y muy bien documentadas.

Los insectos han existido millones de años antes y permanecerían aún después que la raza humana desapareciera.  Pretender eliminarlos es lo más absurdo, anti natural y digno de mentes intolerantes.  La agricultura ecológica aprende a convivir con ellos, convirtiéndolos en amigos y controlando su población para evitar un efecto negativo en la producción.

TRANSGÉNICOS

Los transgénicos son el resultado más reciente de la agricultura anti-ecológica.  Con 15 años de existencia, se asemejan a la cerecita que coronaría un gran postre de agricultura convencional.  Son varios cientos los estudios que documentan su inutilidad.  El autor de este artículo elaboró - en colaboración con Silvia Wú Guin - siete textos en los que detalla los antecedentes y los graves problemas que acarrean su promoción. Aquí resumiremos nuestro punto de vista en el hecho que el 85% de todas las semillas transgénicas son del tipo "resistente al herbicida GLIFOSATO". La literatura científica demuestra categóricamente, cómo y de qué manera esta sustancia propicia el cáncer y que de ninguna manera los transgénicos debieran estar en nuestros platos de cada día.

AGROINDUSTRIA ANTIECOLÓGICA

Para completar la pandilla de "enemigos de una alimentación sana", se tiene a la agroindustria anti-ecológica, cuya meta única es obtener altas ganancias no importando desnaturalizar los alimentos ni contaminar a quienes los consumen.

El aspecto de la desnaturalización se entiende muy bien con el tema de los refinados. Por ejemplo, la harina 'blanca refinada' se procesó extrayéndole el germen y la fibra para alargar su vida en los anaqueles del supermercado.

Para salvar las apariencias se le incorpora preservantes, colorantes y algo de hierro para sanar el sentimiento de culpa. Con ese procedimiento se eliminaron entre el 50% al 95% de los nutrientes, minerales y fibras tan necesarias para nuestro organismo.  Como se explicó al inicio del texto, los seres humanos nos adaptamos para asimilar alimentos integrales y nutricionalmente completos; nuestra evolución no incluyó productos refinados.  En consecuencia, debemos evitar los refinados en harinas (pan blanco, fideos), en el azúcar, la sal, el arroz. Nuestro cuerpo prefiere y se nutre con lo integral.

ALIMENTOS ECOLÓGICOS

Los únicos alimentos que continúan respetando la naturaleza son los alimentos ecológicos, libres de fertilizantes y pesticidas sintéticos, libres de transgénicos, sin aditivos (preservantes, colorantes, saborizantes, antibióticos, hormonas), integrales, sanos, ricos en nutrientes y sabrosos. Adquiéralos en las BioFerias (Plaza Mayor de Surco, Parque Reducto de Miraflores, Cieneguilla) y en las diversas Biotiendas (BioZenda, Punto Orgánico, etc).

Consuma ecológico y apueste por una vida larga, productiva, sana y feliz.

(*)Presidente Centro IDEAS / miembro RAE Perú