Evitando los transgénicos

Por Roberto Ugas*

Varios amigos me han preguntado cómo evitar el consumo de transgénicos. Aquí algunas ideas, tomadas de Internet en su mayoria:

  • Los principales cultivos manipulados genéticamente son soya, algodón, colza forrajera (canola) y maíz. Otros cultivos modificados son zapallito italiano en los EE. UU., papaya de Hawaii y algo de tabaco. La papa y el tomate transgénico fueron sacados del mercado.
  • Recuerda que en el Perú se importa casi toda la soya (con la que se hace leche y carne de soya, tofu, sillao) y la mitad del maíz que comen los pollos.
  • Aquí, como en todos lados, la mayor parte de los ingredientes transgénicos se encuentran en productos procesados. La industria usa bacterias y hongos genéticamente modificados para producir enzimas, vitaminas, aditivos de los alimentos, saborizantes y agentes de procesamiento que se usan en miles de productos que sacamos de los anaqueles de los supermercados. El aspartame, rey de los alimentos light, se puede fabricar con bacterias modificadas (aunque, claro, en el producto final no se encuentra ADN modificado).
  • Si alguna vez compras margarina hecha en EE. UU. y el envase no dice claramente que no contiene sustancias genéticamente modificadas, entonces lo más probable es que las tenga (porque generalmente están hechas con aceites de algodón, maíz, soya o colza). Aun si dicen estar hechas con aceite de oliva o de girasol (que normalmente no son transgénicos), asegúrate que no tengan de los otros aceites.
  • Habría que evitar miel de abejas que venga de EE. UU., Argentina, Brasil o Canadá, los principales sembradores de transgénicos, ya que las abejas podrían haber tomado polen y néctar de esos campos.
  • En EE. UU. los lácteos pueden provenir de vacas inyectadas con la hormona recombinante de crecimiento bovino (rbGH) y la mayor parte de la carne y lácteos viene de animales alimentados con forraje manipulado genáticamente. Con el aumento de la superficie con maíz transgnico en España, hay que estar atento con los productos que vienen de ese país.
  • Ese polvo blanco, sucedáneo de la leche, que alguna gente usa para el café con leche o que té dan en los aviones, es casi con seguridad hecho con transgénicos.
  • Parece que cerca del 70% de los quesos fabricados en EE. UU. son hechos con cuajo producido bajo manipulación genética.
  • Introducir cultivos transgénicos en el Perú equivale en este momento a agregarle unas gotas al megamillonario imperio de Monsanto, que controla cerca del 70% del mercado.
  • Al analizar esta página web te sorprenderás viendo la cantidad de alimentos transgánicos que ya consumimos: http://www.truefoodnow.org/shoppersguide/guide_printable.html
  • A estas alturas es casi imposible evitar los transgénicos, sobre todo si se consume mucho alimento procesado y chatarra, y por supuesto, es de fascistas negarle al consumidor el derecho a que se etiquete claramente todos los productos que contengan transgénicos o hayan sido producidos ellos.
  • Toma en cuenta que hay diferencia entre comerse una barra de chocolate con un ingrediente transgénico y darle a tu hijo en el desayuno una papilla hecha con aceite de soya transgénica o un cereal que es casi puro maiz transgenico.
  • Pero, principalmente, trata de aumentar el consumo de alimentos orgánicos (porque la certificación o el sistema de garantía prohiben el uso de sustancias genéticamente modificadas, entre muchos otros requisitos de calidad en el proceso productivo), así como los productos provenientes de la pequeña agricultura, la campesina.

Buena suerte.

* Roberto Ugas es docente de la UNALM y desde hace unos meses VicePresidente de IFOAM (Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica).