Por Rocío Ferrel

Días después de la muerte de Richard Hidalgo, montañista que pereció en el Himalaya, los medios todavía destacan su figura y alaban el montañismo, sin pensar en el daño perpetrado a la naturaleza.

 

Coropuna

 

Hidalgo hizo flamear la bandera peruana en grandes cumbres e hizo sentir orgullosos a muchos, pero estas alegrías tienen su contraparte que no debemos dejar de analizar.

La mayor parte de deportes debería recibir respaldo, pero hay algunos que deberían ser abolidos, unos por ser peligrosos para los propios deportistas y otros dañinos para el entorno. El montañismo es muy pernicioso. Sólo en una de las montañas del Himalaya, el Everest, el año pasado se recogió 2.3 toneladas de excremento humano, sin contar el número todavía mayor de toneladas de orines, que no se pueden recoger, y la basura arrojada.

En una montaña de Alaska, más de 60 toneladas de heces humanas están a punto de derretirse. El montañismo no es lo poético que se pueda pensar, y, aunque las deyecciones se recojan, cada una de ellas contaminó una porción más amplia del hielo o tierra y el aire. El hielo poco a poco se derretirá y volcará esta inmundicia a los ríos.

Además, el trajín de los montañistas remueve el hielo y acelera el deshielo en las alturas. Muchas veces pisan nieves muy frágiles, que ya están castigadas soportando los embates del cambio climático, que golpea fuerte al Peru.

Para suerte de nuestro país, no es tan grande el número de montañistas que se aventuran en nuestros Andes. Pero si se trata de realizar campañas, los ecologistas deberían ser los primeros en combatir el montañismo y no sólo preocuparse de aquellos asuntos por los cuales les pagan.

Turismo

Terminar con el montañismo es una idea que será del desagrado de intereses turísticos, pero primero está la higiene y la protección a la naturaleza.

No obstante, las empresas turísticas no tendrían de qué quejarse porque el Perú es un país con un potencial turístico inmenso. El ministerio del Ambiente y el de Salud deberían ocuparse de que las activiaddes turísticas se realicen allí hasta donde el operador turístico pueda ofrecer un elemental baño al turista, ya sea fijo o portátil. Deben invertir, no todo debe ser sólo ganancia.

El turismo es una actividad de lucro, pero también se dirá que da trabajo, por eso deberíamos establecer prioridades y tenemos la obligación de reparar el daño que se ha hecho a la Tierra en todo el mundo y no continuar causando mayores estragos.

¿Por qué los ecologistas se lanzan en coro a hablar de la cabeceras de cuenca que puede dañar la actividad minera y no se ocupan de la contaminación fecal humana, que puede ser igual o más peligrosa?

Y en cuanto a los deportistas, hay miles de formas de hacer trabajar a nuestros músculos, sean creativos, las posibilidades son infinitas.

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