Se vislumbra solución al problema de la deuda en los Estados Unidos

Las sombras amenazantes de la crisis en los Estados Unidos por la aprobación del límite a la deuda parecen abrirse finalmente a la luz tras el anuncio del presidente Barack Hussein Obama, quien logró un acuerdo con los principales líderes demócratas y republicanos en el Congreso, que evitará que ese país se declare en suspensión de pagos por primera vez en su historia.

 

Ahora el Gobierno  podrá elevar el límite de deuda, pero con fuertes recortes del gasto público, lo cual debe todavía pasar por la aprobación del Senado y por la Cámara de Representantes. No obstante, en esta instancia, los miembros del Tea Party y la izquierda demócrata han advertido que sostendrán su oposición.

El acuerdo incluye la reducción inmediata de un billón de dólares de gastos. Una segunda fase podría ser algunas alzas en los impuestos, lo cual, dijo Obama, no es lo que él hubiera preferido, pero esta solución permitirá “afrontar seriamente el problema del déficit y terminar una crisis que podría haber tenido efectos devastadores".

Algunos parlamentarios demócratas y republicanos mostraron su disgusto por estas medidas, pero admitieron que es necesaria la unión del Congreso debido a la crítica situación. Mitch McConnell, legislador republicano se mostró seguro y confiado en que "el peligro de una suspensión de pagos ha desaparecido".

Se espera que los dos grupos parlamentarios aprueben el acuerdo  en ambas cámaras el mismo día, 24 horas antes del vencimiento del plazo para la declaración de quiebra, fijado para este 2 de agosto.

En el Senado es casi seguro que el acuerdo pasará con pocos votos en contra. Pero en la Cámara deberá haber más consenso para la aprobación.

No obstante el anuncio de Obama, el acuerdo planteado no se conoce en detalle completo, pero cumple con las exigencias republicanas de que el aumento del límite de deuda se realice de forma gradual y que sea por una cantidad igual al volumen de recortes públicos que se apruebe. Tampoco subirán los impuestos a las mayores fortunas, por lo menos en una primera etapa.

No habría una nueva votación en el Congreso en enero próximo, como proponían los republicanos, sino que se hará de forma automática hasta comienzos de 2013, cuando terminen las elecciones presidenciales del año próximo.

Las reducciones del gasto serían de tres billones de dólares en diez años y afectarán a los programas sociales más necesarios para los pobres, incluyendo la salud y los programas para discapacitados y las familias necesitadas.

En el acuerdo prima el planteamiento republicano  de que la deuda, ahora de 14,3 billones de dólares, no supera a la reducción del déficit, con lo cual Obama obtiene dinero para que la Administración siga funcionando normalmente hasta el final de su mandato.