Petróleo caro para rato

Por Humberto Campodónico


Según el Departamento de Energía de EE. UU. (DOE), el precio del barril de petróleo en el 2009 fue casi 40 dólares menos que el récord del 2008, cuando fue US$ 100/barril en promedio. Pero en el 2010 el DOE pronostica un precio de US$ 81/barril, subiendo a US$ 84 para el 2011. Claro, un pronóstico es solo eso, pero indica lo que hoy “están viendo” los analistas. Pero si la economía mundial se deteriorara por algún motivo, estos volarán por los aires, como casi siempre ha sucedido.

Exportaciones OPEP 2008-2010 (en US$ miles de millones)


Un precio de US$ 84/barril puede considerarse alto o bajo. Para los países importadores (entre ellos el Perú), el precio es altísimo.

Para todos aquellos que quieren la sustitución de los combustibles fósiles por otros más limpios, el precio debiera ser más alto aún, para estimular las inversiones en esos sectores y hacerlos competitivos.

Los que sí están contentos son los países productores, comenzando por la OPEP. Según un reciente estudio del DOE, sus ingresos en el 2010 aumentarían 34% con respecto al 2009 y ascenderían nada menos que a US$ 769,000 millones.

Si bien este ingreso es inferior a los US$ 965,000 millones del 2008, no deja de tener una importancia macroeconómica considerable, porque como estos países no pueden gastar todo ese dinero en su mercado interno le dan “otros usos”.

Algunos constituyen “fondos soberanos”, que invierten en todo tipo de mercados en los países industrializados y “emergentes”, incluidos los de commodities (y contribuyen al alza especulativa de los mismos). Otros compran empresas o invierten en proyectos de infraestructura. Algunos —como en la década del 70– parquean su dinero en los grandes —bancos de los países industrializados para que estos lo “reciclen” a otros mercados.
Según Ben Bernanke (antes que fuera jefe de la FED), estos petrodólares formaban parte del “exceso de ahorro global” (global savings glut) que ayudaba a financiar el déficit fiscal de EE. UU. a través de la masiva compra de bonos del Tesoro. Bernanke consideraba “normal” este proceso y no veía peligro alguno, lo que a la postre se demostró errado.

Volteando la mirada a los mercados internos de los países exportadores, los expertos no dejan de repetir que se les puede venir una “enfermedad holandesa”, pues la abundancia de dólares va a provocar una enorme revaluación de la moneda nacional, abaratando las importaciones de todo tipo, lo que desemboca en un peligro real para los aparatos productivos nacionales, con el consiguiente riesgo de quiebras y alza del desempleo.
En los países importadores el panorama es el exacto opuesto. De un lado la salida de divisas para importar petróleo deteriora el saldo de la balanza comercial y, de otro, el aumento de precios de los combustibles acicatea la inflación. En el Perú el alza ”no se ha sentido” debido al Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (el costo es S/. 35 millones semanales y ya hay S/. 600 millones acumulados).

Pero este Fondo tiene muchos problemas por su pésimo diseño: a) no se toma en cuenta el verdadero costo de importación del petróleo (que viene de Ecuador y Colombia), pues se considera el de EEUU; b) los grandes mineros están infiltrados y reciben subsidio como cualquier taxista; c) se toman en cuenta los márgenes de refinación de EE. UU., que son mucho más altos que los de aquí. El gobierno ha anunciado un “rediseño” del Fondo en los próximos días. Veremos.

Sea lo que fuere, si los pronósticos son ciertos, tendremos petróleo alto para rato.

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