Vuelven a subir los combustibles

Por: Humberto Campodónico

El gobierno acaba de realizar dos modificaciones que van a afectar los precios de los combustibles y, también, los ingresos tributarios. La primera consiste en aumentar la banda de precios de los combustibles. De esta manera los precios que cobran las refinerías estarán más cerca del Precio de Paridad de Importación (PPI). En buen castellano, aumentarán los precios de venta al público de los combustibles.

La segunda consiste en la reducción del Impuesto Selectivo al Consumo (ISCOM) que tienen que pagar los combustibles. Si el impuesto es menor, entonces el público paga menos impuestos y, lógicamente, el fisco recauda menos.

¿A cuánto ascienden estos aumentos en los precios que cobran las refinerías? En las gasolinas y diésel, el producto que más aumenta, en términos nominales, es la gasolina 97 y el diésel tiene el menor aumento. Estamos hablando de aumentos que van desde el 5.7% hasta el 6.3%. Queda claro que las refinerías tendrán mayores ingresos por lo que se va a reducir la deuda que el gobierno tenía con ellas.

Pero ese no es el aumento que se va a trasladar al público, porque hay que descontarle la rebaja del ISCOM. La mayor reducción (nominal) está en la gasolina 97 y la menor en el diésel. Esto significa que el público no va a sufrir el 100% del aumento del precio a las refinerías y, también, que el Estado va a recaudar menos (1).

¿Cuál es el impacto neto que va a sentir el público? El menor será en el diésel (S/.039/galón) y el mayor en la gasolina 97 (S/. 0.50/galón). En términos porcentuales, más aumenta la gasolina 97 (4.1%) y aumenta menos el diésel (3.8%).


Con respecto al balón de GLP, el aumento solo ha sido en el precio de la refinería, pues no paga ISCOM. El aumento en el balón de 10 kg ha ido de S/. 17.8 a S/. 18.3, el 2.8%.

La crítica que hacemos es a la metodología del PPI porque “infla” los precios que se les tienen que pagar a las refinerías y, por tanto, eleva el precio al consumidor. ¿Por qué? Porque establece que los precios en el Perú deben ser los mismos precios que rigen en los EE. UU., a lo que se agrega el flete y otros costos (2).

Pero sucede que el petróleo crudo que usan las refinerías (tanto el que se produce en Perú como el que se importa de Ecuador y Colombia) es más barato que el referente West Texas que se usa en los EE. UU. Y, también, que los costos de refinación en EEUU (por una serie de razones) son más elevados que los de Talara y La Pampilla.

Estos dos factores hacen que el PPI genere un precio superior al que incurren las refinerías. Ese sobrecosto, que asciende a varios centenares de millones de soles, lo acabamos pagando los consumidores.

Por tanto, en el corto plazo hay que cambiar la metodología PPI por una que refleje los costos verdaderos de las refinerías, lo que hará bajar el precio de los combustibles. Y, desde ahora, hay que masificar el consumo del gas de Camisea, sustituyendo al petróleo caro importado. ¿No es cierto?

(1) En ninguno de los cálculos del cuadro se ha considerado el IGV de 18%, que rige para todos los combustibles. (2) Ver “Sí pueden bajar los precios de los combustibles”, www.cristaldemira.com 11/05/11.

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