nestor batanero infantasEscribe: César Vásquez Bazán

Narración de César A. Bazo, oficial peruano sobreviviente de la "Columna de Honor", no es tomada en cuenta por periódico de Mohme.

El diario La República de Lima ha denunciado que la totalidad de las principales autoridades de la ciudad de Cajamarca no asistieron a la conmemoración del triunfo peruano en la Batalla de San Pablo. Al igual que lo sucedido con el Combate de Iquique, la noticia es una nueva vergüenza para el país y demuestra la falta de conocimiento de los políticos sobre la Guerra del Salitre y sobre los esfuerzos hechos por el pueblo para defenderse de la agresión de los genocidas chilenos.

Sin embargo, la noticia también pone en evidencia la ignorancia de La República sobre lo sucedido en la Batalla de San Pablo. Considérese el siguiente párrafo que, según el diario de Mohme, resume lo sucedido en la citada batalla:

“La historia recuerda que la guarnición chilena del pueblo de San Pablo fue atacada por las fuerzas peruanas del coronel Iglesias, tras un combate inicial favorable para los defensores éstos debieron replegarse hacia la costa en vista de la superioridad numérica de los chilenos teniendo que abandonar sus heridos y enfermos en la población los cuales son capturados por las tropas enemigas”.

Analicemos el párrafo escrito por “La República”.

1.  La guarnición chilena acantonada en San Pablo, Cajamarca, fue atacada por las fuerzas peruanas al mando del coronel Lorenzo Iglesias.

Esta afirmación es correcta. Las fuerzas chilenas que operaban en la zona estaban constituidas por seiscientos invasores, pertenecientes a los batallones “Talca”, “Concepción” y “Granaderos a Caballo” (Bazo 1905, 34). Ellos fueron enfrentados por igual número de peruanos, muchos de ellos sólo ciudadanos en armas sin preparación militar. La artillería peruana, si se puede llamar así, estaba compuesta por un obús de a dos libras y un cañoncito Blackley de a cuatro libras, al que por su díscolo comportamiento se le bautizó como “El malcriado” (Bazo 1905, 46).

2.  El combate inicial fue favorable para los defensores chilenos.

Esta afirmación es correcta. Las bestias chilenas que ocupaban las alturas del Panteón y del Batán diezmaron a los atacantes peruanos de la Primera División, que ascendían para enfrentarlas. De inmediato, los genocidas chilenos efectuaron el repase, crimen de guerra consistente en masacrar a los heridos peruanos de manera cruel y horrorosa y en no tomar prisioneros sino ultimarlos en el acto (Bazo 1905, 53).

Entre quienes fueron repasados por los criminales de guerra chilenos estuvo el capitán Manuel Bahamonde Naveda, comandante de la Tercera Compañía del “Batallón Callao No. 2”, a quien las bestias sureñas decidieron castrar. Los genocidas chilenos también asesinaron al teniente Arístides del Carpio del “Batallón Callao No. 2”, a quien le trituraron la cabeza, y al teniente Néstor Batanero Infantas, de la columna “Libres de Trujillo No. 11”, cuyo rostro quedó completamente desfigurado por los bayonetazos recibidos. No contentos con ello, las bestias chilenas descuartizaron el cadáver de Néstor Batanero. Ambos tenientes peruanos sólo tenían dieciocho años de edad (Bazo 1905, 78-79).

¿Cómo pudo convertirse esta derrota inicial en sorprendente victoria final?

Mientras las bestias chilenas asesinaban a los heridos peruanos, la Segunda División patriota culminó el ascenso del cerro “El Cardón”. Estaba comandada por el Prefecto del departamento de Cajamarca, coronel Manuel Callirgos Quiroga.

El coronel Callirgos ideó una astuta estratagema que logró romper los nervios de los chilenos y retomar para los peruanos el control de la batalla. En lo alto del cerro “El Cardón”, Callirgos hizo formar a la Segunda División y, junto a ella, a los habitantes de San Pablo que habían huido del pueblo y se habían refugiado en las alturas. Con ello, proyectó ante los chilenos ubicados abajo, en San Pablo, la imagen que tendrían que enfrentar un ejército numeroso. Callirgos también dispuso disparar sobre la plaza de San Pablo con el obús de a dos libras y el cañoncito Blackley de a cuatro libras.

A consecuencia de estas inteligentes medidas, los chilenos, concentrados en la plaza de San Pablo, comenzaron a sufrir pérdidas. Llegaron a la conclusión que inicialmente sólo se habían enfrentado a la avanzada peruana y que ahora el grueso de las fuerzas patriotas caería sobre ellos. Así interpretaron el avance de las guerrillas del “Batallón Trujillo No. 1”, “Columna Naval” y “Escuadrón Vengadores de Cajamarca”. Los genocidas chilenos decidieron entonces poner pies en polvorosa.

Gracias a la inteligencia de Callirgos, a la acción de la mini-artillería peruana, y al empuje de los montoneros, los chilenos emprendieron una vergonzosa retirada dejando en su huída parque, caballos y material de guerra.

3.  Los defensores debieron replegarse hacia la costa en vista de la superioridad numérica de los chilenos.

Esta oración es incorrecta y confunde lo sucedido en San Pablo. Recuérdese que los “defensores” son en realidad los ocupantes chilenos de San Pablo. Los que se replegaron hacia la costa no fueron los atacantes peruanos sino los invasores chilenos.

Como ya se ha explicado, los genocidas sureños debieron escapar por la acción decidida y sacrificada de los peruanos y no –como dice la oración de La República – por “la superioridad numérica de los chilenos” (¿o sea que los chilenos escaparon por la superioridad numérica de ellos mismos?).

4.  Los genocidas chilenos abandonaron sus heridos y enfermos en la población los cuales fueron capturados por las tropas enemigas.

En esta oración La República llama “tropas enemigas” a las fuerzas peruanas que se hicieron cargo de los heridos, enfermos y prisioneros chilenos. Sin duda, el periodista, el jefe de redacción y el editor del diario limeño no saben dónde están parados cuando tratan el tema de la Batalla de San Pablo.

Para evitar burradas como la de La República reproducimos  a continuación la narración de la Batalla de San Pablo escrita por César A. Bazo, oficial sobreviviente de la “Columna de Honor”.

Obras citadas

Bazo, César A. 1905. Batalla de San Pablo. Apuntes para la Historia de las Armas Nacionales. Lima: Litografía e Imprenta Badiola y Berrío.

La República. Ausencia de principales autoridades cajamarquinas desluce homenaje a héroes de la Batalla de San Pablo. Lima, 14 de julio de 2013.

© César Vásquez Bazán, 2013

Julio 14, 2013