En el diario limeño El Comercio del 30 de mayo de este año, con el título “El pecado de las venias”, se lee en el artículo de Federico Salazar:

No ha sido prudente la señora Heredia en sus declaraciones. Ha querido librar responsabilidad en el tema de Martín Belaunde Lossio y sus contrataciones con el Estado. Ha deslizado, sin embargo, un supuesto alarmante de sus funciones. Unas declaraciones de pasada, a la hora de ingresar al Congreso, no son formales. Sin embargo, hay que notar que la señora Heredia decidió, por ella misma, dar esa alocución al periodismo.

Comentario

El autor incurre en impropiedad léxica al emplear el sustantivo alocución para referirse a las declaraciones de Nadine Heredia a los periodistas.

El DRAE registra alocución con el siguiente significado: “Discurso o razonamiento breve por lo común y dirigido por un superior a sus inferiores, secuaces o súbditos”.

No hay que perder la noción de la realidad, pues aunque el autor pueda admirar a Heredia, pese a su discurso aparentemente crítico sobre sus intromisiones en los poderes del Estado, Heredia no es una superior de los periodistas ni ellos son sus secuaces ni súbditos.

Heredia no es más que una ciudadana sin cargo oficial en el aparato estatal. Otra cosa es que el comentario común coincida en que ella usurpa funciones. Lo real es que Heredia no es más que la cónyuge del Presidente. Es más, la señora nunca antes tuvo un trabajo con siquiera un subordinado. Sus únicas subordinadas fueron sus empleadas domésticas.

Finalmente, resulta penoso el grado de miseria a la que puede llegar un periodista al presentarse como subordinado, secuaz o inferior de Nadine Heredia y colocar en ese mismo plano de inferioridad al periodismo peruano.

 

En el párrafo, podríamos haber dicho por ejemplo:

No ha sido prudente la señora Heredia en sus declaraciones. Ha querido librar responsabilidad en el tema de Martín Belaunde Lossio y sus contrataciones con el Estado. Ha deslizado, sin embargo, un supuesto alarmante de sus funciones. Unas declaraciones de pasada, a la hora de ingresar al Congreso, no son formales. Sin embargo, hay que notar que la señora Heredia decidió, por ella misma, dar su versión al periodismo.