Benedicto XVI explica su viaje a Alemania

La televisión alemana ARD emitió el sábado 17 de septiembre, en el programa "Wort zum Sonntag", un saludo del Santo Padre a sus compatriotas con motivo de la visita que realizará esta semana a su país. La grabación se efectuó hace algunos días en el palacio apostólico de Castel Gandolfo.

"Dentro de poco viajaré a Alemania y me alegro mucho -dijo el Papa-. Pienso particularmente en Berlín, donde habrá muchos encuentros, y pienso también en el discurso que pronunciaré en el Bundestag (Parlamento), y en la Misa  que  celebraré en el Estadio Olímpico".

"Uno de los momentos importantes de la visita será Erfurt: en aquel monasterio agustino, en esa iglesia donde Lutero inició su camino, me encontraré con los representantes de la Iglesia Evangélica de Alemania.  Rezaremos juntos, escucharemos la Palabra de Dios, pensaremos y hablaremos juntos. No esperamos ningún evento sensacional: de hecho, la verdadera grandeza del acto consiste propiamente en esto, en  que en este lugar pensemos, escuchemos la Palabra de Dios y recemos juntos; así  estaremos realmente  cerca y se pondrá de manifiesto el  verdadero ecumenismo".

"Para es mí muy especial el encuentro en Eichsfeld, esta pequeña franja de tierra que, no obstante haya pasado a través de todas las peripecias de la historia, sigue siendo católica. Después el Sudoeste de Alemania, con Friburgo, esa gran ciudad, y los encuentros que en ella tendrán lugar, sobre todo la vigilia con los jóvenes y la Misa solemne que concluirá el viaje".

"Todo esto no es turismo religioso, y menos aún un "show". El lema de estos días explica de qué se trata: "Donde está Dios, allí hay futuro". Debería tratarse del regreso de Dios a nuestro horizonte; ese Dios a menudo totalmente ausente, pero que tanto  necesitamos".

"Puede que me preguntéis: "Pero, ¿Dios, existe?' Y si existe: ¿Se ocupa realmente de nosotros?, ¿Podemos llegar hasta Él?". Es verdad: No podemos poner a Dios sobre la mesa, ni tocarlo como un utensilio o tenerlo en la mano como cualquier objeto. Debemos desarrollar de nuevo la capacidad de percibir a Dios; una capacidad que poseemos. Podemos intuir algo de la grandeza de Dios en la grandeza del cosmos. Podemos utilizar el mundo a través de la técnica porque está construido de manera racional. En la gran racionalidad del mundo podemos intuir el espíritu creador del que proviene y, en la belleza de la creación, podemos intuir algo de la belleza, de la grandeza y también de la bondad de Dios. En la Palabra de la Sagrada Escritura podemos escuchar  palabras de vida eterna que no proceden solamente de los seres humanos,  sino de Él, y en ellas resuena su voz. Y también, finalmente, vemos casi a Dios en el encuentro con las personas tocadas por Él. No pienso solamente en los grandes: de Pablo a Francisco de Asís, hasta la Madre Teresa; pienso en tantas personas sencillas  de las que no habla nadie. Y, sin embargo, cuando las encontramos, sentimos que de ellas promana algo de bondad, de sinceridad, alegría, y sabemos que ahí está Dios y que Él también nos toca. Por eso, en estos días queremos comprometernos en volver a ver a Dios, para volver a ser personas a través de las cuales  irradie en el mundo la luz de la esperanza, que es luz que viene de Dios y que nos ayuda a vivir".