Los awás de Brasil, conocidos como la tribu más amenazada de la Tierra, han escrito al ministro de Justicia del país para pedirle que “expulse a los invasores urgentemente”, coincidiendo con las noticias de que sus medios de subsistencia vinculados a la caza están ahora en peligro por las actividades de los madereros ilegales.

La carta urgente de los awás insta al Gobierno de Brasil a expulsar de su selva a los invasores, y destacan: “¡Solo entonces nos daremos por satisfechos!”.

Este llamamiento por escrito coincide también con la publicación de un nuevo testimonio en vídeo de un hombre awá que denuncia los dramáticos efectos de la tala ilegal sobre los medios de subsistencia de su tribu.

El hombre, de nombre Piar’ima’a (“Pequeño Pez”), dice: “Los niños lloran y tienen hambre. ¿Dónde voy a ir a cazar? Hay madereros aquí. No podemos salir solos, los madereros podrían matarnos”.

“Hay camiones, coches y sierras mecánicas por todas partes. Así que ya no salgo a cazar. Nos quedamos en casa. Estamos tristes porque ya no podemos adentrarnos en la selva”.

Estas restricciones son catastróficas para el futuro de los awás. La tribu es uno de los pocos pueblos cazadores-recolectores nómadas que quedan en el planeta, y dependen de la selva para su alimento y su supervivencia.

Ahora este modo de vida autosuficiente está en peligro por el avance de los madereros y colonos ilegales sobre su territorio amazónico.

“Yo no voy a su ciudad y robo cosas”, dice Piar’ima’a en el vídeo. “Así que, ¿por qué están los madereros destruyendo nuestra tierra?”.

La minería a gran escala también afecta a la capacidad de la tribu para cazar.

Este mismo mes un juez anuló una orden que había paralizado el plan del gigante de la minería de hierro Vale para expandir una polémica línea de ferrocarril cercana a la tierra de los awás.

La expansión tendrá como consecuencia el aumento del ruido y el paso de más trenes, que según los awás ahuyentará a los animales que cazan.

El director de Survival International, Stephen Corry, ha declarado hoy: “La caza es una parte fundamental de todas las comunidades awás. Es lo que hacen. Es como sobreviven. Brasil lo sabe y debe anteponer los intereses de los awás, antes de que sea demasiado tarde. Es el momento para la acción real. Desgraciadamente, ahora mismo las únicas acciones visibles son las de los invasores ilegales”.